Varios cientos de policías y guardias nacionales comenzaron a lanzar gases lacrimógenos en una avenida del norte de la ciudad para impedir el avance de miles de opositores hacia la Defensoría del Pueblo en el norte de la ciudad el sábado.
Algunos manifestantes, con los rostros cubiertos con telas, empezaron a lanzar objetos contundentes a los agentes.
La marcha fue convocada en protesta contra el gobierno y el Tribunal Supremo de Justicia en medio de las tensiones generadas por la inhabilitación política de Henrique Capriles, uno de los líderes de la coalición opositora.
Entre banderas venezolanas y carteles que decían «no más dictadura», miles de manifestantes tomaron una de las principales avenidas del este de la capital Caracas.
«Vivimos una situación terrible donde lo que impera es la inseguridad, el hambre y la escasez. Si no salimos a calle a protestar, esta tragedia no terminará», afirmó Ligia Pérez, una abogada de 65 años, mientras levantaba con su brazo derecho un cartel con la fotografía del dirigente y ex candidato presidencial, Henrique Capriles, quien fue inhabilitado la víspera por la Contraloría General.
«Queremos libertad y paz, y que nos regresen la democracia que perdimos», afirmó Albani Rojas, una contadora de 29 años, quien se cubrió el rostro con una máscara que tenía los colores de la bandera venezolana, en protesta por la situación del país.
«Nos quieren quitar la Asamblea Nacional que fue elegida por el pueblo. No se lo vamos a permitir. Nosotros somos los únicos que tenemos el derecho de decidir quién se queda y quien se va», agregó.
Luego de finalizada una concentración, los miles de manifestantes habían decidido marchar hacia la Defensoría del Pueblo, en el centro de la ciudad.
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