La historia del antiguo caballo de troya chino

Por Leo Timm
20 de abril de 2020 8:30 AM Actualizado: 24 de abril de 2020 7:54 PM

Mientras muchas naciones y reinos son conocidos por su valentía en luchas hasta la muerte con fuerzas superiores, un antiguo gobernante chino hizo exactamente lo opuesto para apoderarse de la victoria desde las garras de la derrota.

Esta es la historia de cómo un paciente rey esperó el momento para ejecutar un largo juego… uno que tomó 20 años.

Comienzos de una contienda épica

A inicios del siglo 5 a.C., cerca del comienzo del Período de los Reinos Combatientes (475–221 B.C.), el sureño estado chino Yue se encontraba en peligro. Su vecino estado Wu, recién había derrotado al enorme reino Chu usando estratagemas brillantes ideadas por Sun Zi, autor de “El Arte de la Guerra”. Entonces Helü, el rey del estado Wu, se fijó en el debilitado y poco preparado Yue.

Complicando los asuntos, el rey de Yue acababa de morir, dejando a cargo al rey Goujiang, joven e inexperto. Durante el período del entierro, las tropas de Wu encabezadas por el propio Helü, lanzaron un ataque traicionero al estado más débil. Goujian dirigió a su propio ejército, irremediablemente superado en número y anticuado, en la batalla.

La espada excavada que pertenece al rey Gou Jian de Yue. (Siyuwj/CC BY-SA 4.0/WikimediaCommons)

Pero durante la batalla, Goujian ejecutó una táctica que dejó al rey Wu indefenso y un general de Yue lo comprometió a duelo. El envejecido Helü no era rival. Sufrió una herida mortal y murió cuando sus tropas salían hacia su patria.

El rey Gou Jian entrega su estado y se convierte en un esclavo

El nuevo rey de Wu fue Fu Chau, el hijo de Helü y él quería venganza. Pidió a sus subordinados que le recordaran diariamente que las tropas de Yue habían asesinado a su padre. Dos años más tarde Wu reconstruyó su fuerza y Fu Chai atacó una vez más el estado de Yue. Esta vez, a Goujian ya no le quedaban trucos y envió a su ministro Wen Zhong a pedir condiciones de paz.

Las negociaciones fueron difíciles. Además, convirtiéndose Yue en un estado vasallo de Wu, todos, el rey Goujian, su reina y su principal ministro Fan Li, debían ir a Wu y ser esclavos. Con la ausencia de Goujian, el estado de Yue fue regido por Wen Zhong.

El rey de Yue, su reina y el ministro, trabajaban desde al alba hasta la puesta del sol en los establos reales, a plena vista de la gente común de Wu. Fu Chai a menudo venía a caballo a ver a sus cautivos, quienes ahora trabajaban afanados para él.

Pero nunca, Goujian ni sus compañeros se quejaron en lo más mínimo. Ni una sola palabra amarga se habló por la noche, ni siquiera un suspiro se oía desde sus cuarteles al caer la noche. Mientras tanto, el estado de Yue estaba bajo la dirección de Wen Zhong. Él hizo todo lo posible para complacer a los señores Wu, quienes nunca dudaron de la sumisión de Yue hasta que fue demasiado tarde.

Fan Li y Xi Shi, paseando en barca por el lago Tai He. (Shizhao/CC BY-SA 3.0/WikimediaCommons)

El estado vasallo que no lo era

La esclavitud de Goujian duró tres años. Para ese entonces, Fu Chai pensaba que Yue estaba sin peligro bajo su control, por lo cual permitió a Goujian que regresara a casa. Fan Li, su compañero de esclavitud y ministro, creó grandes planes para su venganza.

Incluso después de recibir su libertad, el rey Goujian no había olvidado para nada su humillación. Él y su esposa asumieron un estilo de vida común. A menudo trabajaba en los campos con sus amigos campesinos para mantenerse en contacto con sus constituyentes.

El rey era también famoso por un antiguo ritual que se obligó a seguir. Para mantener vivos sus recuerdos de esclavitud, dormía en una cama de paja y colgaba la vesícula biliar de una serpiente encima de ella. Cada mañana se levantaba y lamía el órgano amargo.

El rey Goujian preparaba secretamente a su nación para una guerra. Para maximizar el crecimiento de la población, hombres y mujeres podían casarse sólo si sus edades no distaban mucho entre si. Para aliviar la carga de la gente, evitó aumentar sus impuestos. Así creció el poder del estado Yue.

Exteriormente, los líderes de Yue eran muy obedientes a sus amos Wu. Al hacer negocios, Goujian y sus ministros siempre permitían que Wu obtuviese el mejor trato. Muchas mujeres hermosas fueron enviadas como concubinas desde Yue a Wu.

Una belleza como un arma

A pesar de repetidas advertencias de su experimentado ministro mayor Wu Zixu, el rey Fu Chai estaba convencido de que Yue ya había sido vencido y que ya no habrían más conflictos entre los dos países. Siendo mucho más joven que Wu Zixu, Fu Chai lo consideraba como un viejo y senil hombre, que parecía inclinado a oponerse a él a cada paso.

Cuando Fu Chai quiso hacer la paz con Yue en lugar de destrozarlo completamente, Wu Zixu lo criticó. Cuando Fu Chai permitió que Goujian regresara a Yue, Wu Zixu lo criticó. Cuando Fu Chai atacó imprudentemente otras naciones, Wu Zixu lo criticó.

Y cuando Fan Li, la mano derecha de Goujian, envió a una belleza llamada Xi Shi para que se convirtiera en la concubina de Fu Chai, nuevamente Wu Zixu se opuso.

Xi Shi, una de las Cuatro Bellezas de China. (DominioPúblico / WikimediaCommons)

Xi Shi, una de las Cuatro Bellezas de China, era una chica deslumbrante, a quien Fan Li descubrió cuando ella lavaba ropa en un río. Tenía poca educación y etiqueta, pero Fan Li la entrenó en varias habilidades, como música y danza. Después de tres años, era un material perfecto como concubina.

No era de extrañarse que Fu Chai aceptara a Xi Shi inmediatamente. Para complacerla, dio grandes sumas de dinero para la construcción de palacios y hasta un lago artificial; y, en vez de importarle los asuntos políticos, dedicó sus días para estar a su lado. El poderoso estado de Wu se acercaba más y más a su ruina.

Decadencia, deterioro y destrucción

No fue solo Fu Chai quien fue seducido. Otros funcionarios también se entretenían con las bellezas de Yue y la gente rica gastaba enormes cantidades construyendo sus propias fincas. Para alimentar el frenesí de la construcción de Wu, Goujian y Fan Li enviaban troncos tan enormes que sólo podían ser transportados por el río aguas abajo. La riqueza de Wu fue así desperdiciada.

Después de varios años, Wu era sólo una orgullosa sombra de su antiguo poder. El rey Fu Chai y sus ministros estaban rendidamente enamorados de sus mujeres y palacios. Wu Zixu, el único que habría podido salvarlos, fue obligado a suicidarse cuando ofendió al rey una vez más, lo que ya fue demasiado. Cuando una sequía azotó al país, su pueblo estaba al borde de una revuelta. A ese punto, Fu Chai pidió granos de Yue. Manteniéndose como un vasallo obediente, Yue estuvo de acuerdo.

Pero hubo un problema, antes de enviar el grano a Wu, Fan Li primero lo hizo poner en agua hirviendo. El grano todavía se podía comer, pero no se podía utilizar para cultivos. La desesperación de los agricultores de Wu, pronto sería eclipsada por una mayor calamidad.

Goujian ahora sabía que Wu estaba maduro para ser cosechado. Levantó un ejército y conquistó Wu con poca resistencia. Abatido por vergüenza y remordimiento, Fu Chai se quitó la vida.

Pero el triunfo de Goujian sobre Wu fue un arma de doble filo, incluso después de derrotar al enemigo odiado, no podía descansar. Con el tiempo se volvió en contra de sus propios ministros, pensando que lo iban a traicionar. Goujian ejecutó a Wen Zhong, el hombre que había salvado a Yue en su hora más oscura y Fan Li escapó al estado de Qi. A veces se dice que se convirtió en el rico hombre de negocios Tao Zhu Gong. En cuanto a la belleza Xi Shi, la leyenda dice que ella siguió a Fan Li, que era su verdadero amor, a Qi.

Más tarde Goujian fue descrito como alguien que «mantuvo su arco, incluso después de que las aves habían sido derribadas; y sacrificaba a sus perros, para comerlos después de la caza». Después de haber alcanzado tanta gloria en tiempos de guerra, su reino no podía sobrevivir la paz. Poco después de la muerte de Goujian, Yue cayó en el caos. Ambos estados fueron finalmente conquistados por el reino mucho más grande y con gran resurgimiento de Chu, con lo que el círculo completa la historia.


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