El periodista investigativo y autor Ethan Gutmann recibió una nominación al Premio Nobel de la Paz 2017 por su trabajo en exponer la masiva sustracción forzada de órganos a los practicantes de la disciplina espiritual tradicional Falun Gong (también conocido como Falun Dafa) en los hospitales estatales de China.
Gutmann, junto con el abogado de derechos humanos David Matas y el exparlamentario canadiense David Kilgour, lanzaron un informe, “Cosecha Sangrienta, el Matadero: una actualización”, en junio de 2016. El informe muestra que el número de trasplantes de órganos en China es entre seis y diez veces mayor que el estimativo anual presentado por el Partido Comunista Chino, con entre 60.000 y 100.000 trasplantes llevados a cabo por año en China en los últimos 15 años.
Todos estos años, el régimen chino ha negado los alegatos de que asesina prisioneros de conciencia para suministrar órganos a su industria de trasplantes. Gutmann cree que el informe de 2016 cambia todo.
“En 2016 se rompió la represa, la historia cambió y, de pronto, cuando nos despertamos en 2017, Beijing había perdido la discusión”, dijo Gutmann a La Gran Época.
En 2008, Gutmann, siendo un galardonado autor, lanzó una investigación independiente sobre la sustracción forzada de órganos en China y entrevistó más de 100 médicos, refugiados y miembros de las fuerzas policiales. El proyecto surgió del interés previo de Gutmann sobre la persecución a Falun Gong, sobre lo que comenzó a escribir alrededor del año 2002, aproximadamente tres años luego de que el Partido Comunista Chino comenzara su campaña en contra de la práctica.
“El Matadero”, publicado en 2014, incluye relatos de doctores que participaron en la sustracción de órganos a los practicantes de Falun Gong o doctores que sabían sobre el espeluznante procedimiento.
“Le debo al hecho de que había una historia digna de ser contada al mundo por los testigos: los refugiados de campos de trabajo, los desertores y los doctores como Enver Tohti y Ko Wen-je”, continuó, refiriéndose a un doctor que ayudó a construir el sistema voluntario de trasplante de órganos en Taiwán.
En “El Matadero”, Gutmann detalla cómo Ko fue a China continental y accidentalmente descubrió que los órganos sustraídos a los prisioneros de conciencia de Falun Gong se utilizaban en los trasplantes.
“Todo lo que tenía que hacer era sacar su historia a la luz, escribir. Hacer que se publicara. Tenía un acuerdo tácito con los testigos, lo cumplí. Es por eso que dormiré bien, no porque fui nominado a un premio”, dijo Gutmann.
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