Los Ángeles—David Kilgour- ex miembro canadiense del Parlamento y Secretario de Estado (Asia-Pacífico)- viaja por todo el mundo hablando sobre la cuestión de la sustracción forzada de órganos de presos de conciencia en China; hay algunas personas que le dicen que esto ya terminó en 2015.
El 1 de enero de 2015 es la fecha en que el ex viceministro chino de Salud, Huang Jiefu prometió abiertamente que China dejaría de usar órganos de presos ejecutados para trasplantes.
«La gente no quiere creer que esto todavía está sucediendo. Quieren creer que ya se detuvo» dijo durante una entrevista en la oficina de La Gran Época en Los Ángeles el viernes 3 de febrero, antes de una proyección del galardonado documental «Human Harvest» (sustracción forzada de órganos) en el UCLA Ackerman Grand Ballroom.
Durante años, Kilgour ha investigado las acusaciones de la sustracción forzada de órganos en China. En junio del año pasado publicó una versión actualizada de su informe de 2006 titulado «Bloody Harvest» (cosecha sangrienta), coautor del abogado internacional de derechos humanos David Matas y en colaboración con el investigador y autor de «El Matadero» Ethan Gutmann.
Los investigadores dicen que China está llevando a cabo de 60.000 a 100.000 trasplantes de órganos al año y la mayoría vienen de practicantes de Falun Gong y otros presos de conciencia quienes mueren en el proceso.
Mientras tanto, los funcionarios chinos afirman que sólo se realizan 10.000 trasplantes cada año.
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Sin embargo, Kilgour dijo que la mayoría de los datos utilizados en su informe actualizado provenían directamente de los sitios web del gobierno chino durante los últimos dos años. Y el número de trasplantes fue muy superior a 10.000.
Toda la evidencia apunta a un gigantesco banco de «donantes» de órganos vivos, quienes al encajar sus tejidos con los de ricos turistas chinos y médicos son asesinados cuando son requeridos, dijo Kilgour. La película «Human Harvest» del cineasta de Vancouver, Leon Lee cuenta la escalofriante historia en detalle.
«La gente vuela a China y recibe un riñón o un hígado y volverá a casa con él y no quieren pensar de dónde viene el hígado», dijo. «Eso es simplemente inhumano y tiene que parar».
Kilgour dice que ha encontrado esperanza en una fuente improbable, la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
A finales del año pasado, Trump eligió a Peter Navarro para dirigir un nuevo Consejo Nacional de Comercio. Navarro ha escrito duros libros y ha creado una película sobre los riesgos que Estados Unidos y el resto del mundo enfrentan de China en temas como el desequilibrio comercial y el ejército.
Kilgour piensa muy bien de Navarro e incluso escribió un respaldo para el libro de Navarro «Tigre agachado: lo que significa el militarismo chino para el mundo» y lo llamó «análisis brillante y claro».
«Creo que se están produciendo grandes cambios por la forma en que China trata con Estados Unidos y creo que con el mundo, creo que esto va a mejorar», dijo Kilgour.
Aunque Kilgour no es un partidario de Trump, cree que es probable que el nuevo presidente de Estados Unidos sea más duro con China que el gobierno anterior y puede presionar al régimen chino para asumir la responsabilidad por el delito de la sustracción forzada de órganos.
«En la historia del mundo, ningún otro gobierno en la faz de la tierra [ha hecho] esto excepto China», dijo. «Hasta que no se detenga, China no debe ser parte de la comunidad comercial mundial y no debe ser parte de la comunidad civilizada».
Kilgour dijo que durante sus viajes, ha notado a más y más personas en todo el mundo tomando conciencia del tema de la sustracción forzada de órganos. Sus recientes visitas a Ucrania, Letonia y Polonia fueron ampliamente cubiertas por los medios de comunicación locales.
Dijo que también es optimista de que la horrenda práctica de la sustracción forzada de órganos en China pronto terminará, a pesar de que ésta podría estar generando hasta 9 mil millones de dólares al año.
«Más y más personas en China lo saben, estoy seguro de que se levantarán para que el Partido deje de hacerlo», dijo.
Hasta que eso ocurra, espera que Estados Unidos, Canadá y otros países puedan unirse a Israel, España y Taiwán para que aprueben una legislación que prohíba a los ciudadanos participar en el turismo de trasplantes a países que venden órganos que fueron tomados a la fuerza.
«La cuestión ahora es hacer algo al respecto», dijo Kilgour.
Para obtener más información, visite endorganpillaging.org
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