Si uno se basa en lo que informa en general la prensa, le daría la impresión de que Estados Unidos violó algún código internacional al vender armas por U$S 1.830 millones a Taiwán, y que la operación de alguna manera está relacionada con el belicismo de USA hacia la política china.
Esto no podría estar más lejos de la realidad, pero dada la gran proliferación de propaganda del Partido Comunista Chino (PCCh) que tiene influencia sobre la prensa occidental, es necesario aclarar las cosas.
NBC News informó el 17 de diciembre que “China convocó a un alto diplomático de EE. UU. y lo amenazó con imponer sanciones” después de que Estados Unidos anunciara la venta de armamento. El medio también cita al viceministro de relaciones exteriores chino diciendo que esta venta por parte de EE. UU. “daña gravemente la soberanía y los intereses de seguridad de China”.
También utiliza una frase usada comúnmente en las noticias sobre la venta de armas, que indica que el PCCh considera a Taiwán una “provincia disidente”. Dice que aunque Estados Unidos no reconoce formalmente a Taiwán como una nación independiente, ha estado continuamente vendiendo armas a Taiwán como parte de un acuerdo que comenzó en los ‘70.
Por supuesto, quienes están familiarizados con la historia china saben que la situación es un tanto más compleja.
Antes, el gobierno de Taiwán solía ser reconocido ampliamente como el gobierno oficial de China, mientras que le PCCh era visto como un régimen canalla.
Naciones Unidas cambió su postura sobre Taiwán en octubre de 1971, con la Resolución de la ONU 2758, que le quitó el asiento de “China” a Taiwán y se lo entregó al PCCh.
No fue sino hasta el 1 de enero de 1979 que Estados Unidos cambió su reconocimiento de gobierno oficial de “China” de Taiwán al PCCh.
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En otras palabras, la historia de la venta de armamento de EE. UU. a Taiwán, que ahora se cataloga de hostilidades de Estados Unidos hacia China, en realidad era exactamente lo opuesto: comenzó como una venta de armas a la China oficial y democrática, que estaba siendo (y aún lo es) amenazada por un régimen hostil y totalitario.
Muchos medios de comunicación tomaron el argumento del PCCh sobre la venta de armas a Taiwán –y si uno se basa en lo que dice la prensa estatal del PCCh, el acuerdo no suena nada bien. La línea general, informada en Xinhua, fue que la venta expone una especie de “mentalidad” que desafía la ley y las regulaciones internacionales y conlleva una actitud hostil.
Otras fuentes del PCCh evaluaron cómo responder. Un informe del Departamento de Diplomacia Americana del PCCh, del Instituto de Estudios Americanos de la Academia China de Ciencias Sociales, sugirió que el PCCh use sanciones económicas contra las industrias de defensa involucradas en la venta de armamento.
El Wall Street Journal realizó un análisis similar al de la Academia China de Ciencias Sociales. El ángulo de su artículo del 17 de diciembre indica que “las opciones [del PCCh] para castigar a empresas de EE. UU. involucradas en la venta son limitadas”.
El artículo también sugiere una agenda política del lado norteamericano, destacando que la venta fue anunciada justo antes de las elecciones presidenciales en Taiwán y poco después del diálogo entre el líder del PCCh, Xi Jinping, y el presidente de Taiwán, Ma Ying-jeou.
El contexto real de la venta fue bastante diferente. Lo que el artículo del WSJ no menciona es que el PCCh ha estado amenazando a Taiwán con respecto a las próximas elecciones presidenciales.
Ente mayo y junio, el Ejército Popular de Liberación (EPL) del PCCh realizó abiertamente ejercicios militares apuntados a Taiwán. En una imagen del ejercicio publicado en la prensa estatal china, los oficiales del EPL daban instrucciones militares frente a un mapa de Taiwán.
IHS Janes’s informó que los ejercicios militares coincidieron con la visita a Estados Unidos de Tsai Ing-wen, la candidata del Partido Democrático Progresista de Taiwán, el 29 de mayo.
El PCCh ha estado particularmente preocupado con las próximas elecciones taiwanesas, dado que el Partido Democrático Progresista apoya la independencia de Taiwán, y está liderando las encuestas. De hecho, si las encuestas tienen razón, Tsai Ing-wen será la próxima presidente de Taiwán, y su partido político también tendrá la mayoría legislativa.
El PCCh realizó pronto otro ejercicio militar en Mongolia Interior, esta vez con un mensaje más claro de advertencia a Taiwán.
CCTV, uno de los portavoces oficiales del PCCh, emitió el 5 de julio un video que mostraba un ejercicio militar donde soldados chinos atacaban un edificio semejante al de la oficina presidencial de Taiwán.
Quartz informó sobre este video el 23 de julio, e indicó que “algunos sugieren que la simulación del ataque es la manera en que China le recuerda a Taiwán que cumplirá su promesa de invadir Taiwán si éste declara la independencia”.
National Interest escribió el 16 de julio que el ejército del PCCh estaba entrenando para invadir Taiwán.
Ante estos incidentes, el ejército taiwanés publicó un informe el 27 de octubre que afirma su creencia de que el PCCh podría invadir Taiwán hacia el año 2020.
Today, un medio de comunicación de Singapur, informó que “China ha completado su plan de refuerzo de fuerzas para el combate militar contra Taiwán, y está en camino a asegurarse la victoria en una batalla decisiva hacia 2020, afirmó el Ministerio de Defensa de Taiwán en su Informe Nacional de Defensa publicado hoy [27 de octubre]”.
El 19 de noviembre, el presidente del Comité de Servicios Armados del Senado de EE. UU., el Sen. Jon McCain (R-Ariz.), junto con el Sen. Ben Cardin (D-Md.) enviaron una carta a la Casa Blanca cuestionando por qué Estados Unidos no había continuado su venta de armas a Taiwán con la administración Obama, y solicitando que EE. UU. continuara con las ventas.
“Estamos preocupados porque han pasado cuatro años –el periodo más largo desde la adopción de la Acta de Relaciones con Taiwán en 1979– desde que la administración ha notificado al Congreso sobre un nuevo paquete de venta de armas”, indica la carta.
La carta también destaca que “seguimos preocupados porque la continua modernización militar de China, y la amenaza que representa para la paz y la seguridad en el Estrecho de Taiwán, no están siendo tratadas adecuadamente”.
Entonces, viendo el contexto completo, la venta de armas de EE. UU. a Taiwán fue bastante diferente de lo informado en general –algo que generalmente ocurre si sólo se consultan los canales de desinformación del PCCh.
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