La mayoría de gente cree que tenemos almas, pero saben poco acerca de cuándo y cómo un alma comienza a dominar un cuerpo humano. Podemos encontrar algunas pistas en una historia del libro «Zibuyu Volumen II» escrito por Yuan Mei, un erudito y escritor que vivió en la dinastía Qing (1636-1912).
Según cuenta la historia, había un viejo campesino que vivía en la zona de Jinshan de Shanghai durante la dinastía Qing. Una noche del primer día del mes, el anciano soñó que un magistrado vestido de verde lo visitaba, trayendo un documento oficial.
El magistrado le dijo: «Tu vida debe terminar el día 17 de este mes. Como has sido trabajador y escrupuloso toda tu vida sin grandes faltas, después de la muerte reencarnás y nacerás en una familia acomodada como tu hijo. Estás en relativa comodidad sin preocupaciones toda tu vida hasta llegar a la vejez”.
El magistrado también le dijo al viejo campesino que vino especialmente a darle el anuncio para que pudiera arreglar los asuntos en casa antes de su partida.
Al final, el magistrado dijo: «Cuando llegue el momento, vendré a buscarte para la reencarnación».
El viejo campesino se despertó, contó a su familia sobre el sueño y dio instrucciones detalladas a sus hijos. Todo quedó resuelto en pocos días, y esperó a que el magistrado lo recogiera.
En la doceava noche, volvió a soñar con aquel magistrado de verde, que venía a pedirle que se fuera. El viejo campesino se negó, ya que aún no había llegado el momento.
El magistrado respondió: «Por supuesto que lo sé. Pero la mujer embarazada se deslizó y cayó hace tres días, y el bebé no puedo esperar hasta el 17 y nació prematuramente. Un espíritu debe entrar en él para permitir el funcionamiento normal como comer, beber, etc. Han pasado tres días desde que esto sucedió, y si no te vas, el bebé no podrá sobrevivir.
El viejo campesino entendió que un cuerpo sin alma no es más que un pedazo de carne. Si su alma no entraba al cuerpo del bebé, el bebé probablemente nacería muerto.
Después de contarle a su familia, se acostó en la cama y murió.
Editado por Sally Appert.
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