Después de las dos explosiones masivas en un depósito del puerto de la ciudad de Tianjin, China, este 12 de agosto, todavía no hay declaraciones oficiales sobre la causa del desastre.
Lo que se sabe es que la explosión se produjo en el almacén de productos químicos peligrosos propiedad del Puerto Internacional de Logística Dongjiang Ruihai de Tianjin, una empresa que se especializa en el almacenamiento y transferencia de mercancías peligrosas. El puerto de Tianjin es el décimo más grande en el mundo y el séptimo más grande de China.
Los funcionarios chinos, que están tratando de mantener un estricto control de la información sobre el accidente, dijeron que están realizando las investigaciones del caso.
Dado el bien documentado historial de China en cuanto a su laxitud en la aplicación de las normas de seguridad en el manejo de mercancías peligrosas, parece probable que ésta fuese una de las causas que contribuyó al desastre.
Bob Richards, ex administrador adjunto del Programa de Seguridad para el Transporte de Materiales Peligrosos del Departamento de Transporte de Estados Unidos, es un especialista con más de 30 años de experiencia en el desarrollo e implementación de normas de seguridad Internacionales para materiales peligrosos.
Richards dijo que no le parece excepcional el accidente sucedido en Tianjin.
«No me sorprende debido a que la vigilancia de la seguridad en China es muy laxa», dijo y agregó que la falta de supervisión se extiende a quienes realizan empaques y embarques.
Richards -quien desempeñó un papel importante en el desarrollo de la actual versión del Código marítimo internacional de mercancías peligrosas-, argumentó: «Cualquier cosa se puede almacenar y embarcar de forma segura, siempre y cuando se cumplan los estándares adecuados», señalando que las normas deben aplicarse.
«Existen transportistas inescrupulosos [en China] que muchas veces no siguen las reglas internacionales», dijo, agregando que en el 95 por ciento de los casos donde hay un incidente, todo se reduce a que la gente no siguió las reglas existentes.
Los socios europeos de China han castigado a este país por sus deficientes prácticas de supervisión y seguridad.
Según el Grupo de Trabajo de Transporte Marítimo, establecido en el año 2000 para representar los intereses europeos en el transporte marítimo de China, el transporte marítimo de cargas peligrosas desde y hacia China es una preocupación constante.
«Se han reportado muchos casos de declaraciones fraudulentas de cargas peligrosas procedentes de China, que han terminado en incendios frecuentes y en el aumento del riesgo de accidentes, daños a contendedores y una fuerte contaminación. Por ejemplo, una carga declarada de juguetes de plástico podría en realidad ser de fuegos artificiales; dejar a estos contenedores cerca de la sala de máquinas podría ser catastrófico», señala un informe del mencionado grupo del año 2012.
Las sustancias que se suelen depositar en el almacén donde ocurrió la explosión, incluyen una larga lista de materiales peligrosos tales como carburo de calcio, cianuro de sodio, soda cáustica, sulfuro de sodio, argón, metil etil cetona, ácido sulfúrico, potasio ácido nítrico, nitrato de sodio, ácido fórmico, ácido fosfórico, gas natural comprimido, entre otros, según informó Caixin, un medio de comunicación chino.
Dudoso reporte oficial de víctimas
Unos días después del suceso, el número de muertos reportado por las autoridades ascendía a algo más de 100 personas, con docenas de desaparecidos y 700 heridos.
Sin embargo, muchos comentaristas de las redes sociales chinas especulaban que esas cifras serían mucho más elevadas. En primer lugar, saben que es una práctica común del Estado restar importancia a la magnitud de cualquier desastre, ya se trate de inundaciones, terremotos, epidemias o descarrilamientos de trenes a alta velocidad.
Además, por las descripciones de los efectos de las explosiones, el número oficial parece sospechosamente bajo. The Associated Press reportó que los contenedores de transporte cayeron como bloques de juguete por las explosiones, un dormitorio de trabajadores quedó destruido por completo (la mayoría de los trabajadores estarían durmiendo a la medianoche), 1.000 autos nuevos se convirtieron en hojas de metal quemado y las ventanas quedaron hechas añicos.
El Apple Daily de Hong Kong publicó un informe exclusivo citando a un oficial de policía no identificado quién dijo que de los 120 bomberos y policías que entraron a la zona de desastre, solo cuatro habían salido.
Oriental Red, un medio de comunicación de Hong Kong, citó testimonios publicados en redes sociales que afirmaban haber visto soldados trasladando cientos de cuerpos.
Los usuarios de las redes sociales se quejaron de que sus posteos fueron borrados.
Control de la información
A pesar del silencio oficial sobre la posible causa de las explosiones, la prensa estatal informó que el personal directivo de Ruihai Internacional ya había sido detenido y que el líder del régimen chino, Xi Jinping, exigió castigo severo para todos los responsables de estas explosiones.
Las autoridades acordonaron la zona de desastre, manteniendo a los periodistas y transeúntes alejados a un kilómetro y medio de distancia del sitio.
En una muestra de la sensibilidad con la que se maneja el incidente, la cadena estatal CCTV rápidamente cortó la transmisión de una rueda de prensa en vivo desde Tianjin cuando el jefe de la Oficina de Protección Ambiental de la municipalidad, Wen Wurui, dudó en responder a la pregunta de si los productos químicos en el almacén habían sido almacenados lo suficientemente lejos de las residencias.
Un policía de Tianjin publicó mensajes en rede sociales de Internet advirtiendo a los usuarios a basarse en los informes oficiales sobre el número de muertos y heridos, y que habría «tolerancia cero para la creación de rumores».
Contribuyeron a este reportaje Frank Fang, de La Gran Época, y The Associated Press.
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