La guerrilla más antigua del mundo deja las armas después de 50 años de conflicto. Las FARC y el Gobierno colombiano han anunciado este miércoles un acuerdo crucial sobre justicia transicional, por el que se establecerá un tribunal especial y se emitirán condenas que no serían pagadas con cárcel. El acuerdo incluye elementos de judicialización para todos los actores del conflicto –guerrilleros, militares, políticos, paramilitares…–, confesión de delitos y reparación de las víctimas contándoles la verdad de lo sucedido, según ha adelantado Caracol Radio.
También se ha puesto fecha a la firma del acuerdo con la guerrilla para poner fin al conflicto armado colombiano.
Poco después de conocerse este avance, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, comunicó que viajaba a La Habana, donde se han desarrollado las conversaciones.
Haré escala en La Habana para reunión clave con negociadores con el fin de acelerar el fin del conflicto. La paz está cerca.
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) September 23, 2015
Junto a Santos ha viajado el delegado de Estados Unidos para las conversaciones en La Habana, Bernard Aronson.
El máximo comandante de las FARC, Timoleón Jimenéz, Timochenko, también se trasladó a La Habana con su delegación de negociadores en los diálogos de paz con el Gobierno.
Santos reconoció que «no todo el mundo quedará contento», en alusión a uno de los aspectos más controvertidos de la negociación de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
«No importa donde trace uno la raya, algunos quedarán insatisfechos de lado y lado, algunos querrán más paz, otros querrán más justicia y estamos en esa negociación en este momento», remarcó Santos en unas declaraciones que también recoge Caracol Radio, para agregar: «No todo el mundo va a quedar contento, pero estoy seguro que a la larga será muchísimo mejor».
El acuerdo incluye la posibilidad de que, una vez firmada la paz, los guerrilleros podrían ser recluidos en colonias agrícolas, participar en programas de desminado y en comisiones de la verdad.
«Dentro del esquema de justicia restaurativa, que busca reparar el daño causado, se establecerá una priorización de casos emblemáticos que permitan el juzgamiento para que eso procesos no queden en la impunidad», agrega.
El acuerdo deja claro que las víctimas son el eje central y las FARC se comprometen a repararlas contando la verdad de lo sucedido e incluso entregando tierras y dinero.
Del equipo que viajó a la capital cubana forman parte el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle; el alto comisionado de Paz, Sergio Jaramillo; y los negociadores Frank Pearl y Óscar Naranjo, este último general retirado de la Policía.
En el ciclo negociador anterior, que terminó el 17 de septiembre, las FARC afirmaron que están listas para «abordar y discutir» los procedimientos para el «tránsito de organización alzada en armas a movimiento político abierto».
Al sistema de justicia, reparación y no repetición se incorpora la justicia restaurativa, la que busca reconciliar a las víctimas con los victimarios. Y que podría hacerse efectiva, según informa el diario El Tiempo, con el trabajo de guerrilleros de las FARC en las obras de infraestructura que servirán a las comunidades que han afectado con sus acciones armadas. Por ejemplo, en la construcción de puentes, vías y escuelas.
El martes pasado, el presidente Santos se adelantó al debate que podría generar el acuerdo y dijo: «El meollo de toda esta negociación es dónde traza uno la línea de justicia y paz. Si uno le pregunta a una víctima dónde la traza, esa víctima va a pedir más justicia. Si uno le pregunta a una futura víctima, va a querer más paz porque no va a querer ser víctima. No importa dónde trace uno la raya, algunos quedarán insatisfechos».
Lo que queda en el proceso de paz, que comenzó el 19 de noviembre del 2012, son las decisiones sobre la manera como el grupo armado concentraría sus frentes para un cese bilateral y definitivo del fuego cincuenta años después de conflicto.
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