Los inmigrantes no cometen más delitos que los nacidos en EE.UU., según estudios

18 de septiembre de 2016 11:07 AM Actualizado: 19 de septiembre de 2016 12:51 AM

El candidato republicano Donald Trump, en su reciente discurso en Arizona, expresó que hará un cambio sustancial en las políticas migratorias para terminar con los delitos cometidos por los inmigrantes que viven en Estados Unidos.

El argumento de Trump se basa en “un informe de 2011 de la Oficina de rendición de cuentas del gobierno encontró que los inmigrantes ilegales y otras personas que no son ciudadanos del país, que están en nuestras cárceles y prisiones, suman juntos alrededor de 25.000 arrestos por homicidio”.

Sin embargo, por el aumento del flujo migratorio en las últimas décadas se han realizado diversos  estudios que han evidenciado lo contrario a lo expresado por el candidato sobre la inseguridad migratoria.

(Foto: Gustavo Caballero/Getty Images)
(Foto: Gustavo Caballero/Getty Images)

Estudios

Una investigación realizada en 103 ciudades de 1994 a 2004 encontró que el índice de delitos violentos se reducía conforme aumentaba la concentración de inmigrantes. Numerosos estudios han demostrado que una gran parte de la reducción del índice delictivo en los años noventa fue resultado de un aumento de inmigración.

En una investigación realizada por un grupo de criminólogos, sociólogos y economistas, se dictaminó que: los vecindarios con más inmigrantes tienen tasas más bajas de delincuencia; una afluencia de inmigrantes se ha demostrado que disminuye la delincuencia; y que las personas de origen extranjero cometen menos delitos que sus pares nacidos en los EE.UU.

Los profesores universitarios y expertos en criminología Ramiro Martínez Jr. y Matthew Lee publicaron un estudio en el año 2000 titulado ‘Sobre Inmigración y Crimen’, explorando diversas estadísticas e investigaciones de las últimas décadas.

El estudio admite que “hay razones importantes para creer que los inmigrantes deberían estar involucrados en crímenes en un mayor grado que los nativos estadounidenses”, por ejemplo, la dificultad de asimilación, la residencia en vecindarios donde suele haber altos índices de violencia y pobreza. Pero los datos demuestran que en todo el siglo XX “los inmigrantes están típicamente infrarrepresentados en las estadísticas criminales”.

Un estudio publicado en 2007 por las investigadoras Kristin F. Butcher y Anne Morrison Piehl, con datos de los censos de 1980, 1990 y 2000, reveló que los hombres inmigrantes de entre 18 y 40 años tenían índices de encarcelamiento inferiores a los de sus pares nacidos en Estados Unidos.

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Los investigadores Walter Ewing, Daniel E. Martínez y Rubén G. Rumbaut, del American Immigration Council, extendieron el estudio hasta 2010, afirmando que los hombres pobres estadounidenses de entre 18 y 39 años tenían un índice de encarcelamiento de 10.7%, frente a 2.8% de los nacidos en México y 1.7% de los nacidos en El Salvador y Guatemala, en el mismo rango de edad y nivel socioeconómico.

“Dadas las abundantes investigaciones científicas disponibles, es altamente probable que los extranjeros cometan menos crímenes que las personas nacidas en Estados Unidos”, asegura al Detector de Mentiras Bianca Bersani, profesora de Sociología y Directora del Programa de Justicia Criminal de la Universidad de Massachusetts, Boston.

En su estudio, Bersani analizó datos de crímenes recogidos de los inmigrantes de primera y segunda generación. Luego comparó esas tasas de criminalidad con los otros adultos nacidos en el país y encontró similitudes sorprendentes entre los inmigrantes de segunda generación y blancos no hispanos nacidos en el país.

“El aumento del crimen entre la primera y la segunda generación no implica que la segunda generación sea particularmente violenta Mi investigación muestra que ellos se comportan de forma similar a sus pares también nacidos en Estados Unidos. Así que, aunque están involucrados en crímenes en un nivel superior que sus pares nacidos en el exterior, no son diferentes al resto dela población nacida en el país”, afirmó Bersani.

Estadísticas

Si bien los estudios revelan un porcentaje inferior en cuanto al número de delitos cometidos por inmigrantes en comparación con los crímenes efectuados por los ciudadanos nacidos en Estados Unidos, diferentes entidades de seguridad nacional han arrojado cifras detalladas de los arrestos por los delitos en que han incurrido a lo largo de los últimos años los inmigrantes que han ingresado a territorio estadounidense.

Un informe de la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno (GAO en inglés) indicó que entre 2009 y 2010 se estimaba que unos 350.000 inmigrantes se encontraban en las prisiones de Estados Unidos.

El número de inmigrantes criminales en prisiones federales en el año 2010 fue de alrededor de 55.000, y el número de encarcelamientos penales de migrantes en los sistemas penitenciarios estatales y cárceles locales estaba a punto de 296.000 en el año 2009, y la mayoría eran de México.

(Peter Macdiarmid/Getty Images)
(Peter Macdiarmid/Getty Images)

En noviembre de 2009, el ICE informó que en su primer año de funcionamiento el programa Comunidades Seguras había identificado a 111.000 inmigrantes deportables en centros de detención locales. El ICE notó que del total de los inmigrantes identificados bajo el programa Comunidades Seguras, aproximadamente 11.000 fueron acusados o condenados por crímenes violentos u otras ofensas serias (crímenes de nivel 1), mientras que otros 100.000 fueron acusados o condenados por crímenes de nivel 2 ó 3.

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Conclusión

Pese a estas cifras, se afirma que los inmigrantes suelen estar insuficientemente representados en las estadísticas criminales globales de Estados Unidos que los americanos nativos. Hay variaciones de este hallazgo general, pero estos parecen estar vinculados más a las diferencias en las condiciones estructurales de las zonas donde se asientan los inmigrantes que a las tradiciones culturales de los grupos de inmigrantes. El contexto local parece ser la influencia central para la participación criminal de los inmigrantes y nativos.

También existen investigaciones recientes que muestran que los inmigrantes tienen un respecto más fuerte a la ley y a la legitimidad del sistema de justicia criminal que muchos estadounidenses. La mayoría de las personas que deciden migrar a Estados Unidos mantienen las tradiciones culturales que dan prioridad a la familia sobre el individuo.

Kristin Butcher, directora del Departamento de Economía de Wellesley College, explicó al Detector de Mentiras que “muy pocas investigaciones académicas encuentran alguna relación causal entre inmigración y crimen”, y dijo que si existe alguna es que “la inmigración reduce el crimen, particularmente el crimen violento”.

Butcher cita el concepto del “modelo económico del crimen” de Gary Becker –según el cual, quien tiene pocas oportunidades laborales legales piensa dos veces antes de asumir el riesgo de cometer crímenes para subsistir– y dice que este no aplica para la mayoría de inmigrantes a Estados Unidos pues “aun si sus oportunidades son relativamente pobres comparadas con los residentes, probablemente sean mucho más valiosas en relación con las oportunidades en sus países de origen”.

 

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