Los simpáticos osos se utilizan para reforzar acuerdos y también para expresar desaprobación por cuestiones políticas.
Un nuevo estudio de la Universidad de Oxford sostiene que los cerca de 50 pandas que llegaron como préstamo a diversas partes del mundo se utilizan para formar “guanxi”, o relaciones profundas y duraderas, a cambio de “acuerdos comerciales y de inversión extranjera”.
Australia, Francia y recientemente Canadá recibieron pandas en préstamo cuando los acuerdos por uranio con el régimen chino se habían estancado. Las transacciones de pandas también ocurrieron con naciones asiáticas como Malasia y Tailandia como parte de sus acuerdos de libre comercio.
Publicado en Environmental Practice, el estudio apunta a una tercera fase que está emergiendo en la estrategia del Partido Comunista Chino para regalar y prestar pandas, según la cual los países con recursos y tecnología importantes pueden alquilar los osos blancos y negros por una considerable suma. Este nuevo patrón parece estar relacionado con el terremoto de 2008 que azotó la provincia de Sichuan y dañó el Centro de Reproducción de Wolong, lo que significó que los 60 pandas que vivían allí necesitaban otro hogar.
En la primera fase, en la época de Mao Zedong en las décadas de 1960 y 1970, los pandas se regalaban para formar amistades estratégicas. Durante el régimen de Deng Xiaoping, a partir de 1978, la fase 2 implicó prestar a los osos mediante un modelo capitalista de arrendamiento basado en transacciones financieras.
Los investigadores predicen un incremento en la tercera fase de la diplomacia de pandas con la renovación de la reproducción en cautiverio ahora que el Centro de Reproducción de Wolong ha sido recuperado.
“Desde una perspectiva china, compartir el cuidado de un animal tan precioso fortalece los lazos de China con sus países del ‘círculo íntimo’”, afirmó la autora principal del estudio, Kathleen Buckingham, en un comunicado de prensa. “El préstamo de pandas no es simplemente una parte de un acuerdo mayor; en cambio, representa un ‘sello’ de aprobación y una intención de lograr una relación larga y próspera…”
El estudio menciona un par de pandas que el Zoológico de Edimburgo recibió en 2011, cuando el entonces vice Primer Ministro del régimen chino negoció contratos por £ 2.600 millones (casi U$S 4.200 millones) por salmón, tecnología de energía petroquímica y renovable, y Land Rovers.
“¿Por qué el Zoológico de Edimburgo obtuvo pandas y el Zoológico de Londres no? Probablemente porque Escocia tiene recursos naturales que le interesan a China”, continuó Buckingham. “Los países que reciben a los pandas necesitan evaluar las consecuencias ecológicas totales de ‘cerrar el trato’ con China antes de aceptar el préstamo de pandas, ya que estos generalmente son una señal de que China espera un compromiso a largo plazo en la entrega de los bienes –sea uranio, salmón u otros recursos naturales”.
Además de crear un ‘sello de aprobación’, los osos pueden ser reclamados para expresar desaprobación, creen los investigadores. Por ejemplo, dos ositos nacidos en Estados Unidos debían regresar a China en 2010 por contrato, pero fueron reclamados dos días después de que Beijing advirtiera sin éxito a Barack Obama que no se reuniera con el Dalai Lama.
“Hace mucho tiempo que el panda simboliza los esfuerzos de Occidente por conservar la vida silvestre”, afirmó el investigador principal Paul Jepson en el comunicado. “Sin embargo, esta última fase de la diplomacia de pandas sugiere que China está reclamando el poder blando que el panda encarna tanto como emblema y como animal”.
“Como resultado, las imposiciones políticas, comerciales, económicas y culturales de China podrían tener estrategias más explícitas para proteger y restaurar las poblaciones silvestres de pandas”, concluyó.
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