Mengzi, también conocido como Mencio, es el sucesor de la doctrina de Confucio y considerado como uno de los grandes filósofos, teórico político y educador de la historia china.
Mencio nació en el año 372 a.C. durante el período de los Reinos Combatientes (403-222 a.C.). Su padre murió cuando tenía tres años, así que su madre debió criar sola al pequeño niño, y lo hizo con tanto esmero, que se mudaron de casa varias veces hasta que finalmente se establecieron cerca de una escuela donde ella creía que el ambiente educativo tendría buena influencia para su hijo. Cuando Mencio creció, se convirtió en un erudito.
Fue una época caótica después de la desaparición del antiguo sistema feudal Chou y el aumento de un nuevo orden. Duques ambiciosos y señores feudales que estaban tomando fuerza, creaban guerras unos contra otros para ampliar sus territorios y obtener el liderazgo, por lo que los estrategas y asesores políticos fueron muy demandados para luchar por el poder en China. Sin embargo, Mencio y sus estudiantes decidieron viajar para promover la idea de moralidad y benevolencia.
De acuerdo con la filosofía de Mencio, cuando las atenciones de uno no se reconocen, se debe mirar hacia adentro para preguntarse si la atención fue suficiente. Cuando el consejo de uno no se toma, uno debe preguntarse si era lo suficientemente sabio. Cuando la bondad de uno no se aprecia, hay que preguntarse si fue lo suficientemente sincero. Cada vez que se recibe una respuesta desagradable de los demás, uno siempre debe examinarse a sí mismo para encontrar la razón en lugar de culpar a los otros.
Desde el punto de vista de Mencio, una persona no debe ser juzgada por su riqueza o rango, sino por su capacidad para mantener un alto estándar moral. «Al mirar hacia arriba, no tiene motivo para avergonzarse ante el Cielo, y al mirar hacia abajo, no tiene razón para sonrojarse ante los hombres», reflexionaba el sabio. También solía decir que para evitar enredarse en las posesiones materiales y las comodidades físicas, hay que regresar a la bondadosa naturaleza innata, esto requiere de una gran determinación y capacidad de resistencia.
Mencio era muy respetado, pero su noble filosofía y teoría de gobierno humano no era considerada entre duques y príncipes, ya que estaban más interesados en su ambición de poder. Un duque le dijo a Mencio: «Estoy muy apenado. Con mucho respeto, lo que necesito es alguien que me ayude a ganar la guerra».
Después de pasar por muchos Estados, recibiendo apenas la oportunidad de ver su filosofía implementada por aquellos duques, finalmente Mencio estaba lleno de decepciones y suspiró: «eh, este período de guerras no es el momento para mi filosofía, ¡tal vez es mejor que me vaya a casa!». Luego regresó a su ciudad natal y se centró en la enseñanza a sus alumnos hasta que murió a la edad de 83 años en el 289 a.C.
Mencio fue nombrado como «segundo sabio» en honor a su carácter y conocimiento. Su filosofía era considerada un confucianismo ortodoxo.
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