Autoridades mexicanas hallaron 17 cadáveres, en una barranca en el estado de Guerrero, y que según una organización que busca desparecidos fueron reportados por un hombre que viajó desde Estados Unidos en busca de un familiar.
La fiscalía general informó el martes que se realizó un operativo entre el 8 y el 11 de diciembre, en respuesta a una denuncia anónima. Declararon que se hallaron nueve cuerpos totalmente calcinados y ocho semicalcinados en la comunidad de Chichihualco, que pertenece al municipio de Leonardo Bravo, dijo a la AFP un funcionario de la fiscalía que pidió el anonimato.
La identidad de los cuerpos desconoce y fueron localizados en una barranca de unos 500 metros cuadrados en este pueblo rural del centro de Guerrero, conocido por su producción de balones de fútbol hechos a mano.
El funcionario dijo que aún no se puede informar sobre la edad y sexo de las víctimas, así como el tiempo que tienen de fallecidos.
La investigación, en la que participaron peritos forenses, criminalistas y otros expertos, está a cargo de la recién creada fiscalía especial para búsqueda de desaparecidos.
Pasar desapercibido
Mario Vergara, que encabeza la organización Los Otros Desaparecidos que busca desaparecidos en Guerrero, dijo a la AFP que el hombre que viajó de Estados Unidos se topó con los cuerpos tras una larga búsqueda por la región.
Explica que cuando llegó tuvo que hacerse pasar por un campesino para pasar desapercibido porque en esa zona se siembra marihuana y compró chivos para recorrer los cerros.
Describió que los cuerpos estaban a la vista, algunos en el suelo, otros colgados de los árboles, indicó Vergara.
De acuerdo con el periódico Milenio, los peritos forenses han recabado 639 pruebas de ADN a pobladores de la región que tienen familiares desaparecidos en relación con el caso.
Los integrantes del Comité de Familiares y Amigos de Secuestrados, Desaparecidos y Asesinados de Guerrero, creado en 2007 y que integra 45 casos de desaparecidos en la región, pidieron a la fiscalía que les tomara muestras de ADN para verificar si se trata de sus familiares, dijo a la AFP Isabel Rosales, miembro de esa agrupación.
Para contener la creciente inseguridad en la región, el gobierno reforzó hace una semana la presencia policial con unos 200 agentes de seguridad federal en una zona conocida como Tierra Caliente, en Guerrero.
Siete secuestrados
Guerrero es la región donde desaparecieron los 43 estudiantes de Ayotzinapa en septiembre de 2014, cuando fueron brutalmente atacados por policías y luego entregados a integrantes del crimen organizado que, según la versión oficial, los habrían asesinado e incinerado.
A raíz del caso de Ayotzinapa salió a la luz que en este convulso estado hay cientos de desaparecidos en medio de una fuerte disputa entre grupos criminales por el acopio de goma de opio y por las rutas de trasiego de otras drogas.
En Apaxtla, ubicado a unos 234 km de Leonardo Bravo, se registró hace cinco días el secuestro de siete hombres, confirmó el martes en Radio Fórmula el alcalde Salvador Martínez Villalobo.
De acuerdo con el responsable municipal, un grupo de hombres armados que traían ropa militar apócrifa, que calzaban sandalias y portaban rifles de alto poder y granadas, interceptó una camioneta del transporte público de donde bajaron a cinco jóvenes y se los llevaron en vehículos.
Más tarde, secuestraron a dos campesinos que habían ido a recoger leña y a dos cazadores. En el camino, dos de las víctimas lograron escapar.
Muchas veces los integrantes del crimen organizado «se llevan a algunas personas para incorporarlas a su grupo delictivo», dijo el alcalde tratando de aclarar el móvil y tomando en consideración que los secuestrados son hombres jóvenes.
En junio pasado diez cadáveres fueron exhumados de siete fosas clandestinas en una zona marginal del turístico puerto mexicano de Acapulco, ubicado también en Guerrero.
Cerca de 26.000 personas han desaparecido y unas 80.000 han muerto en México por la escalada de violencia que arrancó en 2006 con el combate militar al narcotráfico.
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