Autoridades mexicanas reconocieron que ocho personas —y no cuatro o seis como se informó inicialmente— murieron en dos confrontaciones separadas entre maestros sindicalistas y la policía, el domingo en el estado de Oaxaca.
El secretario de Seguridad Pública de ese estado, Jorge Ruiz, dijo que deis personas murieron cerca del pueblo de Nochixtlan, a unos 80 kilómetros al noroeste de la ciudad de Oaxaca, mientras otros dos murieron en protestas relacionadas en Juchitan, en el sureste del estado.
La violencia ha ido en aumento desde el arresto de Rubén Núñez, un líder de la poderosa y combativa Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) a principios del mes.
Miembros de la CNTE acusaron a la policía de infiltrar elementos suyos en las protestas en las que además de los muertos, hubo un centenar de heridos.
Por su parte, el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, acusa a “grupos radicales” de estar detrás de los disturbios del domingo.
En las manifestaciones realizadas el lunes hubo gritos de ‘¡Asesinos!”, pero no hubo violencia.
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