«No habrá impunidad», añadió el ministro del Interior.
La Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) mexicana ofreció el lunes una recompensa de 60 millones de pesos (unos 3,8 millones de dólares) para quien dé información sobre el paradero del narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán, el doble de lo que había ofrecido la anterior vez que se fugó.
La titular de la PGR, Arely Gómez, justificó el aumento de la recompensa «por tratarse de una persona que ha evadido en dos ocasiones el sistema penitenciario y dado que representa una amenaza para la seguridad pública».
Tras anunciar la recompensa, Gómez indicó que los ciudadanos podrán dirigirse a una línea telefónica gratuita para hacer sus denuncias sobre el caso y mostró «una fotografía reciente» del narcotraficante, jefe del cártel de sinaloa, en la que aparece sin bigote y con la cabeza afeitada.
Además, el secretario mexicano de Gobernación (ministro del Interior), Miguel Ángel Osorio, informó que ha destituido a tres funcionarios por la fuga del narcotraficante.
Osorio dijo a la prensa que independientemente del resultado de las pesquisas sobre la presumible participación de servidores públicos en la fuga, «y para facilitar su correcto desarrollo», ha decidido destituir al titular del órgano de prevención y readaptación social.
También destituyó a la coordinadora de Centros Federales de Readaptación Social y al director del penal Altiplano I, del que escapó Guzmán.
«No habrá lugar para la impunidad. Todo funcionario público federal, estatal o municipal que haya participado en estos hechos será castigado. Caerán todos los involucrados en esta fuga», aseguró.
El capo mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán se fugó el sábado de una cárcel de máxima seguridad a pesar de que tenía un brazalete de monitoreo y vigilancia las 24 horas, por lo que tuvo que tener la complicidad de funcionarios del penal, dijo este lunes el ministro.
«El hoy prófugo de la justicia tuvo que haber contado con la complicidad de personal y/o funcionarios. De confirmarse, constituiría un acto de traición», dijo el ministro Miguel Ángel Osorio.
Una treintena de empleados de la prisión de máxima seguridad de El Altiplano están siendo interrogados sobre la fuga pero Osorio anunció que, independientemente de los cargos que se puedan presentar contra ellos, ya ha destituido al director del penal y a dos responsables del sistema penitenciario mexicano.
El ministro recalcó que a Guzmán, considerado el capo más poderoso del mundo cuando fue detenido en febrero de 2014, se le había colocado un brazalete de monitoreo y era vigilado dentro y fuera de su celda las 24 horas.
Sin embargo, «por razones de derechos humanos y respeto a la intimidad, la videovigilancia tenia dos puntos ciegos» que fueron aprovechados por el capo, reconoció el ministro.
Según el gobierno, Guzmán se escabulló por un orificio oculto en su ducha que conducía a un sofisticado túnel de 1,5 kilómetros de longitud y desembocaba en una precaria construcción en los alrededores del penal.
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