La desaparición de cientos de migrantes centroamericanos en su camino hacia Estados Unidos, ha llevado a la incesable búsqueda por parte de familiares que anhelan hallar alguna pista que los conduzca a encontrarlos en cárceles, burdeles, hospitales, y refugios.
Diferentes historias han sido narradas en el proceso. Luis Alberto López Martínez, integrante del Comité de Familiares de Migrantes Fallecidos y Desaparecidos (Cofamide) de El Salvador, de visita en Washington, relató a EFE, que su hermano tenía 24 años cuando dejo el Salvador y emprendió su partida a territorio estadounidense en búsqueda de una mejor calidad de vida.
López Martínez llegó hasta el peligroso penal mexicano de Piedras Negras. Logró mirar a los ojos a los reclusos mientras los guardias de seguridad de la cárcel pasaban lista y obligaban a identificarse con nombre y apellido a cada uno de los rostros que aguantaban en largas filas en el patio de la cárcel.
“Mostramos las fotografías de nuestras familias y podías ver su actitud, algunos se reían de nosotros, pero otros aseguraban que habían visto a alguno de los que estábamos buscando y nos daban pistas para iniciar otras búsquedas. Es interesante pero peligroso”, dijo López Martínez.
Según declaraciones por parte de autoridades la mayoría de los crímenes se comenten en México o en la frontera con Estados Unidos, lo que dificulta su investigación.
En diciembre de 2015 la Procuraduría General de la República (PGR) de México creó la Unidad de Investigación de Delitos para Personas Migrantes (la “Unidad”) y el Mecanismo de Apoyo Exterior Mexicano de Búsqueda e Investigación (el “Mecanismo”), organismos destinados a investigar los delitos cometidos por migrantes y en contra de los que pasan por México, así como casos de mexicanos que han desaparecidos en otros países.
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La Unidad está a cargo investigar delitos cometidos en contra de o por personas migrantes que tienen conexión con delitos federales y llevar a cabo acciones de búsqueda y localización de personas desaparecidas, de garantizar el respeto de los derechos de las víctimas, y coordinar con las autoridades extranjeras y solicitar la asistencia jurídica internacional cuando sea necesario.
Por su parte, el Mecanismo permite a los migrantes víctimas de delitos y sus familias—localizadas en otros países, principalmente los Estados Unidos y Centroamérica—acercarse a las autoridades mexicanas sin tener que viajar a México.
La Caravana de Madres Migrantes, que busca a sus hijos desaparecidos en México, concluyó hoy su recorrido de 18 días https://t.co/E7BKv4bcl6 pic.twitter.com/tl7fPVWp7P
— Centro Prodh (@CentroProdh) December 4, 2016
Sin duda la creación de estos organismos es un gran avance y apoyo para las familias de migrantes. Sin embargo, las autoridades no han garantizado que dichas instituciones funcionen correctamente y cumplan su objetivo de investigar delitos contra los migrantes.
La Unidad y el Mecanismo enfrentan dos deficiencias fundamentales. La primera, carece de personal y recursos para investigar los 129 casos de migrantes que ha recibido a la fecha; y la segunda, la falta de resultados en las investigaciones de delitos contra ellos.
Al menos 175 migrantes desaparecieron entre enero de 2015 y enero de 2016
Al mes de septiembre del 2016, la Unidad sólo contaba con cinco Agentes del Ministerio Público y dos policías de investigación, así lo comunicó la Oficina de Washington para América Latina (WOLA) en un reciente informe.
De acuerdo con el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED) de México, al menos 175 migrantes desaparecieron entre enero de 2015 y enero de 2016, mientras que 21.000 migrantes sufrieron secuestros en México entre 2008 y 2009, según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Se espera que estos dos organismos creados por el gobierno mexicano alcancen el objetivo de acercar la justicia a los migrantes y a sus familias que han esperado demasiado tiempo y continúan buscando respuestas para saber qué ha pasado con sus seres queridos.
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