Una vez más el Reporte del estado del río Misisipi revela la contaminación, erosión y degrado del mismo, causado por el cultivo de maíz genéticamente modificado de exportación. Más de 18 millones de habitantes se ven afectados directamente, el hábitat de numerosas especies vivientes se ha perdido por el reemplazo de bosques y humedales, y sus fertilizantes siguen alimentando la Zona Muerta del Golfo de México.
La población continúa con las limitaciones para alimentarse con sus peces, contaminados con mercurio, PVC y microfibras presentes peligrosamente en el ambiente. Los niveles de pesticidas, en su mayoría de Monsanto y Syngenta, no han aumentado, pero siguen altos, lo mismo los sedimentos, nitratos, floruros y bacterias Etcheritchia coli.
Pese a todo, los redactores del Reporte del Estado del río Missispi 2016 concluyeron que su ambiente “está más limpio”. “El río está más limpio porque las generaciones precedentes juntas demandaron por algo mejor”, dice el documento publicado en septiembre de 2016.
El gobierno destacó con precedencia la importancia de la contaminación del río por la actividad agrícola, ya que está «afectando la salud humana», y la de todos los seres vivientes de la zona, a la vez que está alimentando la Zona Muerta del Golfo.
El Estado alertó que el cultivo del maíz reemplazó los humedales y los bosques que impedían la erosión y las críticas inundaciones, hoy en aumento. El nuevo reporte confirma que se está perdiendo aún más la absorción de las aguas, y la escorrentía arrastra sedimentos con numerosos otros contaminantes.
El cultivo de grano de maíz está generando además otra contaminación que afecta a la salud, a través de altos niveles de fósforo, por sobre los valores permitidos, y el derrame de pesticidas.
En el informe anterior se recomendó la recuperación de los bosques y humedales, en cambio en el nuevo documento, se resalta mejorar la hidrología de las tierras cultivadas con la plantación de algunas especies perennes entre éstas.
“Aproximadamente el 60% del grano exportado de los EE.UU. se transporta y viene enviado desde el río Mississippi, junto con miles de millones de dólares”, destaca el reporte del estado del río Mississippi de 2016.
El río, pese a que “está más limpio”, se revela con cifras alarmantes de contaminación. No se ha dado remedio a graves problemas ambientales y de salud humana que se han venido denunciando con los años. El Mississippi es quizás un ejemplo y un modelo que muchos países querrían evitar importar en sus tierras.
El río provee agua de beber a unos 18 millones de habitantes, de unas cincuenta ciudades. Sus 29 esclusas controlan la navegación de Norte a Sur, hacia ambos lados, y el río se usa principalmente para transportar el grano.
Su hábitat además “representa uno de los más diversos e importantes recursos naturales en los EE.UU., que sirve como vía migratoria a más del 40% de las aves acuáticas y costeras de América del Norte. Es también el hogar de al menos 260 especies de peces, 50 especies de mamíferos, 145 especies de anfibios y reptiles y 38 especies de moluscos”, dice el informe.
Nitratos en la salud humana y la Zona muerta del Golfo
Los altos niveles de nitratos están afectando la salud humana y la vida acuática, dice el informe. Son los principales responsables de la Zona Muerta del Golfo de México. Su exceso aumenta las algas, y cuando estas mueren dejan el agua sin oxígeno.
Los nitratos han aumentado un 44 por ciento entre 1976 y 2014, y el 72 por ciento viene de los cultivos de maíz, dice el reporte. En EEUU se hacen con biotecnología y semillas y plantas genéticamente modificadas.
En 2015, en vez de disminuir, los niveles de los nitratos aumentaron en comparación al 2014, por lo que no se espera un mejor pronóstico para la Zona Muerta del Golfo. En 1975, los niveles eran cerca de cuatro veces más bajos que los actuales.
Los niños han sido unos de los grandes afectados con enfermedades.
Hay que recordar que el Servicio Nacional de Geofísica (USGS) ya había determinado que “la entrega de nutrientes desde la cuenca del río Mississippi-Atchafalaya (MARB) hasta el Golfo de México ha sido identificada como uno de los factores principales que controlan el tamaño de la zona hipóxica que se forma en el norte del Golfo de México cada verano en los últimos años, desde 1985”.
De acuerdo a Planet Natural, el elevado uso de fertilizantes se debe a los cultivos de maíz transgénico, que luego se exportan como etanol, jarabe de maíz y otros subproductos para los alimentos procesados.
Inundaciones por la dramática pérdida de humedales y bosques
El número de inundaciones del Mississippi ha aumentado con los años. Éstas van acompañadas de erosión y degradación del hábitat.
El nuevo informe indica que este problema sigue en alza, con un 24 por ciento más en los últimos 70 años, y ya ha duplicado los eventos ocurridos al inicio del 900.
Una de las razones de esta erosión de los terrenos son “las zonas agrícolas, y sus cultivos que drenan los campos artificialmente y que han sustituido en gran medida los bosques y humedales nativos”, señala el gobierno.
La siguiente imagen muestra cómo drena el agua en manera normal, sin erosionar los terrenos, cuando hay bosques y humedales.
Otra imagen muestra cómo los canales artificiales de los cultivos de maíz en EE.UU. impiden que las aguas se filtren y drenen normalmente a los ríos. Como no hay bosques ni humedales, las tierras cuando se inundan por las lluvias, se erosionan.
Los informes del estado del río dicen que los estudios confirman que los cambios en la forma en que se utilizaron las tierras, incluyendo la pavimentación, han producido un aumento de la escorrentía, que por lo general se va aguas abajo aumentando la corriente de inundación.
Las siguientes imágenes muestran la pérdida de humedales (en azul), a causa de su reemplazo por la producción agrícola.
A los residentes, el gobierno estadounidense sugiere controlar la escorrentía urbana. Recomienda instalar jardines para que absorban la lluvia, usar adoquines permeables, techos verdes y restaurar al máximo los paisajes de la pradera.
Cloruros y Pesticidas de Monsanto y Syngenta
El documento destaca un aumento de un 81 por ciento de cloruros en las aguas y el ambiente, y de su derivado tóxico, al formar ciánidos, desde 1985.
Respecto a los pesticidas, escribe que los más frecuentes detectados son el herbicida 2,4 D, también conocido como agente naranja (principalmente de Monsanto y Dow), declarado cancerígeno por la OMS, el acetochlor de Monsanto, perteneciente al grupo cloroacetamide, y el atrazine y metolachlor, ambos de Syngenta. Todos ellos entre 358 herbicidas degradados, 256 herbicidas encontrados, 1 insecticida y 1 fungicida encontrados en las aguas. El informe destaca que son responsables de haber disminuido la vida de los insectos, entre ellos a los polinizadores.
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Fósforo y sedimentos por sobre los niveles permitidos
El 40 por ciento de los altos niveles de fósforo deriva directamente de la agricultura -el maíz OMG- y el resto llega de las aguas residuales vertidas en el río. El nuevo informe recomienda reducir los cultivos de maíz y la escorrentía rural.
Desde el 2004, el lago Pepin, en medio del Misisipi, fue catalogado por el Estado de Minnesota como «deteriorado» por el exceso de fósforo.
El nuevo informe señala que el Misisipi sigue sin cumplir con los estándares de calidad del agua. Sumado a ello hay un «exceso de sedimentos».
“El exceso de fósforo del lago afecta negativamente la vida acuática y la recreación (mediante la reducción de la claridad del agua y agotamiento de los niveles de oxígeno), y puede conducir a floraciones de algas masiva”, dice el Gobierno,
Los sedimentos enturbian el agua y perturban el hábitat por lo que es difícil que prosperen las plantas y los peces.
“El exceso de sedimentos amenaza con llenar completamente el tercio superior del lago dentro de una centuria”, alertaba el documento precedente.
Peces con “altos niveles de contaminantes”
La contaminación de los peces se mantiene grave, con altos niveles de Mercurio, PVC y perfluoroctane sulfonate (PFOS), además de productos de la dieta como hierro, proteínas y ácido grasos omega 3.
El PVC viene de las industrias químicas, y afecta el desarrollo inmune de los niños, así como su sistema nervioso y las funciones endocrinas (de crecimiento y de sexo), dice el documento. Los niveles de hoy permiten solo comer una porción del pez carpa al mes.
El mercurio, “impacta sobre el sistema nervioso, en especial a los niños”. La contaminación disminuyó desde el año 1960, un 70 por ciento, pero se mantiene alta. Si no existiese el problema del PVC se podría comer sólo una porción del pez bajo negro, como máximo a la semana.
Estudios médicos, aparte del informe, recomiendan no consumir por ningún motivo este tipo de peces a las embarazadas y niños.
El perfluoroctane sulfonate (PFOS) es un químico que se acumula en los peces y se deposita en el ambiente poniendo en riesgo a la salud.
El gobierno destaca la presencia de la invasiva carpa asiática, llegada en la década del 70 de China, hoy compite con las especies del río y está “destruyendo los ecosistemas”.
Microplásticos
En el río y ambiente se han encontrado abundantes microplásticos provenientes de las fibras, filmes y otros productos como cosméticos y los que se utilizan para el lavado de la ropa.
Estos constituyen un “potencial riesgo para la salud humana”, advierte el documento, e incluso la vida acuática y de los océanos.
Peces, aves y moluscos los están consumiendo por lo que sus sistemas internos dejan de funcionar correctamente y forman tumores, entre otras enfermedades.
Este tipo de producto incluye químicos y otros contaminantes de riesgo para la salud.
En el ser humano se ha observado inflamación digestiva, alteración de la microflora y del sistema inmunitario. Se han encontrado partículas de microplásticos en el ser humano en la linfa y sistema circulatorio, e incluso pasando por la placenta. Además en peces, aves, abejas, el azúcar, la miel, la sal y alimentos acuáticos.
Altos niveles de Bacterias Etcheritcia Coli
“Beber agua del río no tratada puede causar enfermedades”, destaca el informe, mencionando que aunque las bacterias han disminuido, persisten los altos niveles de la Etcheritcia Coli. Se trata de un problema de millones de litros de aguas servidas que se vierten al río.
La Agencia de Control de la Contaminación de Minnesota había señalado antes que “está desarrollando un plan de limpieza”, al respecto.
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