La guerra de Irak iniciada después del 11 de septiembre de 2001 y el atentado a las Torres Gemelas de Nueva York acabó con el Gobierno de Sadam Hussein pero provocó que el país se quedara prácticamente sin control.
Desde la irrupción del ISIS, una gran parte del territorio iraquí está controlado por la milicia yihadista y terrorista. La guerra ha provocado la muerte de 17.000 personas.
En Afganistán, el conflicto talibán ha llegado a las 16.000 víctimas. En Yemen, el enfrentamiento entre hutíes y yemeníes desde 2014 causó que 7.000 personas perdieran la vida. Pero ninguno de estos conflictos supera la guerra contra el narcotráfico en México.
Según el informe Armed conflict survey 2017 publicado este martes 9 de mayo por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS por sus siglas en inglés), el combate contra los cárteles de la droga mexicanos ha provocado la muerte de 23.000 personas durante el año pasado.
Así, México se ha convertido en el segundo país más mortífero del mundo después de Siria y su guerra iniciada en 2011, la cual ha causado 50.000 muertes.
Mientras que en los países de Oriente Medio marcados por el conflicto los enfrentamientos se realizan con armas pesadas y artillería, en México no tiene lugar una guerra de primer nivel, y la mayoría de muertes son por arma de fuego.
«El número de muertos en el conflicto de México supera a los de Afganistán y Somalia. Esto es aún más sorprendente, considerando que las muertes por conflictos son casi todas atribuibles a las armas pequeñas. México es un conflicto marcado por la ausencia de artillería, tanques o aviación de combate», afirmó John Chipman, director ejecutivo y general del IISS.
En total, las muertes por los conflictos internacionales pasaron de 167.000 en 2015 a 157.000 en 2016. En un año, se registraron 10.000 muertes menos aunque los enfrentamientos siguen siendo vigentes en muchos países.
En el caso de México, la Guerra contra el Narcotráfico iniciada en 2006 por el presidente Felipe Calderón provocó la muerte de 150.000 personas, según datos presentados en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Después del sexenio del presidente Calderón en 2012, la guerra llegó a su fin, aunque el conflicto siguió estando presente en muchas partes del país.
El 2016 se registró como el año más violento desde que Enrique Peña Nieto se convirtió en presidente de México con unas 18.000 víctimas más que en 2015 y 17.000 en 2014, según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
El informe expone que estados como Veracruz y Tamaulipas han registrado un aumento considerable de la violencia a causa de tácticas militares por parte de los cárteles y la ausencia de una estrategia por parte del Gobierno mexicano.
El fin de la Guerra contra el Narco no acabó con la violencia en el país y, lejos de conseguir paz y seguridad, México se ha convertido en el punto de mira en las organizaciones de derechos humanos.
Un informe de Human Rights Watch de 2015 arroja que, más allá del número de muertes, el país afronta otros retos como las desapariciones forzadas.
El Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias (GTDFI) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) afirmó que en 2016 desaparecieron 27.659 personas.
Por otro lado, la implicación de las Fuerzas Armadas en el conflicto contra el narcotráfico en México ha provocado la denuncia de unas 9.000 personas por abusos de poder por parte de los militares.
Además, la impunidad en el país se ha convertido en uno de los problemas más graves y que causa un mayor descontento social a la vez de un aumento de la violencia.
Informar sobre este tipo de problemas en el país gobernado por Enrique Peña Nieto es también un peligro. En lo que llevamos de 2017, han sido asesinados cuatro periodistas en México en comparación con los 11 asesinatos y 426 agresiones reportadas en 2016.
Los numerosos conflictos en México han provocado que millones de mexicanos tengan que desplazarse por la situación de violencia en sus estados de origen.
El informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos pone de relieve la grave situación del país y recuerda que solamente un enfrentamiento directo contra el crimen podrá acabar con el alto índice de muertes en México, un país que enfrenta problemas con la acción gubernamental respecto a la violencia, las torturas, la corrupción tanto política como policial y los sobornos.
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