Autoridades venezolanas investigaban el martes la muerte de un estudiante universitario que participaba en las protestas contra el presidente Nicolás Maduro, mientras los líderes de la oposición coordinaban sus próximos pasos para presionar por elecciones y funcionarios del gobierno realizaban una concentración para reunir apoyo estatal.
Daniel Queliz, un joven de 20 años, murió el lunes por la noche de un disparo, en Valencia, una ciudad al este de Caracas donde los estudiantes han participado activamente en las protestas que comenzaron el primero de abril después que el Tribunal Supremo de Justicia decidió asumir la autoridad del Congreso y luego revirtió la decisión.
Se desconoce quien disparó a Queliz, pero la oposición rápidamente culpó por el trágico suceso al uso de la fuerza excesiva del gobierno venezolano para contrarrestar las protestas. Las fuerzas de seguridad han estado usando bombas lacrimógenas y balas de goma para dispersar a la multitud, y varios líderes de oposición han sido maltratados y violentamente atacados en manifestaciones.
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El gobierno culpa a la oposición de incitar a la violencia y detuvo a 18 personas el lunes. Hasta el momento dos personas han muerto y decenas han resultado heridas en las protestas.
Organizaciones de derechos humanos y varios países, incluido Estados Unidos han pedido a Venezuela que permita las protestas y evite el uso innecesario de la fuerza, agregándose a las crecientes presiones internacionales para el gobierno de Maduro llame a elecciones y respete las instituciones democráticas.
«La existencia de actos aislados de violencia durante las protestas no puede justificar una restricción total de los derechos de asamblea pacífica y libertad de expresión o el uso indiscriminado o desproporcionado de la fuerza contra los manifestantes», dijo el martes la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH.
El padre de Queliz, Alexander Queliz, dijo a la prensa local que su hijo estaba en la manifestación del lunes «como cualquier otro joven» cuando ocurrieron los disparos y la gente comenzó a correr. El hombre señaló que su hijo tuvo mala suerte de estar en medio de la violencia, y pidió una respuesta «de los más altos niveles de la nación».
Legisladores en la Asamblea Nacional, AN, controlada por la oposición acudieron a los cuarteles de la Guardia Nacional en Caracas la mañana del martes para entregar un documento en el que denunciaron la respuesta del gobierno a las protestas.
En declaraciones directas a los agentes que resguardaban la entrada a la institución policial, el presidente de la AN, Julio Borges, les dijo que ellos podían decidir ser los herederos del líder de la independencia Simón Bolívar o «los guardaespaldas de Nicolás Maduro».
Los parlamentarios luego se reunieron en una sesión especial con decenas de miembros de la sociedad civil para establecer una agenda y crear grupos de trabajo con el objetivo de realizar elecciones, permitir la entrada de ayuda humanitaria al país, restaurar las instituciones democráticas y liberar a los prisioneros políticos.
Entretanto el gobierno organizó una concentración en Caracas en conmemoración de los 15 años del golpe de estado de 2002 que destituyó brevemente a Hugo Chávez, el predecesor y mentor de Maduro.
Los representantes del oficialismo también usaron la protesta para pedir a sus seguidores que apoyen su rechazo a las llamadas de la oposición para continuar las protestas.
Durante toda la tarde del martes, la oposición anunció que continuará las manifestaciones durante el resto del feriado de Semana Santa.
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