Una empresa de biotecnología china se asoció a una empresa de Corea del Sur para construir la mayor fábrica de clonación de animales del mundo. Y como en toda buena historia de clonación, está llena de controversias: la posibilidad de una investigación de células madres humanas de dudosa bioética, un investigador surcoreano fraudulento, una empresa con lazos militares y una ciudadanía china profundamente escéptica y desconfiada de la carne clonada.
El 24 de noviembre, BoyaLife Group, una empresa de biotecnología china que se enfoca en la investigación de células madres y la medicina regenerativa, anunció la construcción de un centro de clonación de 15.000 metros cuadrados y un costo de 200 millones de yuanes (U$S 31 millones) en la ciudad portuaria de Tianjin al Este de China, según el periódico estatal China Daily.
La compañía surcoreana Sooam Biotech, socia de BoyaLife, aportará el conocimiento técnico del proyecto. Las dos empresas trabajaron juntas en septiembre de este año para clonar tres mastines tibetanos, una exótica y costosa raza de perro ovejero.
Xu Xiaochun, presidente y CEO de BoyaLife, dijo ante la prensa china que la fábrica espera clonar 100.000 vacas japonesas cuando dé inicio a su producción en la primera mitad de 2016, y luego cambió el número a un millón.
La fábrica de BoyaLife también planea clonar caballos de carrera, perros rastreadores, e incluso animales en peligro para “servir a la humanidad y a la naturaleza”, indicó The Guardian.
“Esto va a cambiar nuestro mundo y nuestras vidas”, dijo Xu en la entrevista con The Guardian. “Va a mejorar nuestras vidas. Por lo que estamos muy, muy emocionados por ello”.
Personajes turbios
Hwang Woo-suk, veterinario y director de Sooam Biotech, supo ser considerado el “rey de la clonación”. Pero es una persona controvertida. En 2006, un tribunal de Corea del Sur lo encontró culpable de fraude en investigación y desviación moral por la manera en que obtuvo óvulos humanos para sus experimentos.
En una entrevista con el periódico surcoreano Dong-A Ilbo en febrero, Hwang dijo que colaboraba con BoyaLife y un científico estadounidense para trabajar en la clonación de animales, y luego pasó a investigar células madres humanas, una rama de la ciencia cuya ética es controvertida.
El centro de clonación de BoyaLife en Tianjin probablemente sea donde se realice la investigación de células madres. Hwang mencionó en la entrevista que esta investigación se llevará a cabo en un laboratorio de China para evitar las estrictas regulaciones de bioética que hay en Corea del Sur.
La empresa de biotecnología china también tiene lazos con el Partido Comunista Chino, tanto en el Ejército chino como en un órgano político. BoyaLife ha “participado en la construcción de centros de citoterapia en el Hospital General del Ejército Popular de Liberación chino y la Academia Militar de Ciencias Médicas de China”, según la información en su sitio web en inglés.
Xu Xiaochun actualmente también integra la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, un órgano de asesoramiento político que es utilizado para mostrar la supuesta naturaleza inclusiva del régimen de partido único en China.
Tianjin, la ciudad donde se construirá la fábrica, tiene actualmente una imagen lúgubre para el público chino. A fines de agosto, una explosión masiva dejó un enorme cráter en un depósito que albergaba químicos tóxicos, haciendo estallar los vidrios de los edificios a casi un kilómetro de distancia. Meses después de la explosión, muchos residentes de clase media en Tianjin todavía buscan recibir compensación por los daños en sus propiedades.
Los chinos son ‘ratas de laboratorio’
“En Tianjin se avecina un desastre peor que el de las explosiones, y presenta una crisis bioquímica para todo el pueblo chino”, escribió un internauta chino en el popular sitio de microblog Sina Weibo, la versión china de Twitter. “El año que viene Tianjin tendrá una fábrica de clonación y los ciudadanos chinos corren peligro de convertirse en ratas de laboratorio”.
Aunque Xu Xiaochun dice que el ganado clonado que producirá su fábrica hará que bajen los precios de la carne en el mercado chino y que es “la carne más sabrosa” que haya probado, según The Guardian, los ciudadanos chinos están más preocupados con la seguridad del producto que con su costo.
“Los máximos líderes del régimen chino y sus familias deben ser los primeros en probar esta carne clonada; ¡el pueblo chino sólo la probará una década después!”, escribió el usuario ZiXuanXiaoWei en Weibo. “En serio, no hay apuro. Aquellos en los niveles más altos deben tener la oportunidad de darse un festín con esta cosa de primer nivel”.
Los ciudadanos chinos tienen serias preocupaciones sobre los alimentos producidos en China continental, ya que los escándalos sobre comida contaminada aparecen regularmente en la prensa china. El más prominente fue el de la leche de fórmula para bebés en 2008, producida en una fábrica al norte de China. Cientos de miles de bebés se enfermaron, y al menos seis murieron. Ahora, los chinos compran leche en polvo de marcas extranjeras en Australia, Alemania y la ciudad autónoma de Hong Kong.
Un usuario de Weibo, al ver las noticias, destacó: “Llegó el momento de ser vegetarianos”.
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