Para los puertorriqueños las comunicaciones se han vuelto un recurso casi tan preciado como el agua, los alimentos y la electricidad tras el paso del huracán María.
Miles se congregan en torno a las pocas torres celulares que han quedado en pie para tratar de comunicarse con sus familiares, tanto al interior como al exterior de la isla.
El domingo, Margarita Aponte y sus familiares utilizaron dos bueyes para limpiar la calle frente a su casa y condujeron una hora hasta el antiguo telégrafo en San Juan, la capital de Puerto Rico.
“¡Está llamando, está llamando, está llamando!”, gritó Aponte cuando su teléfono se conectó al internet inalámbrico gratuito y su llamada de FaceTime se conectó hacia el territorio continental de Estados Unidos.
La conserje, entre lágrimas, conversó con sobrinos, tíos, hermanos y hermanas en Florida y Massachusetts por primera vez desde que María destruyó casi toda conexión celular y de fibra óptica en la isla, un territorio estadounidense de 3,4 millones de habitantes.
(Árboles derribados en un estacionamiento en el Coliseo Roberto Clemente en San Juan, Puerto Rico, el 20 de septiembre de 2017, durante el paso del huracán María. (HECTOR RETAMAL / AFP / Getty Images))
Sin embargo, no todos tienen la misma suerte. La mayoría de las personas pasan horas moviendo sus teléfonos para captar alguna señal pero no logran conectarse.
“No hay comunicación. Estamos en las manos de Dios”, afirmó Yesenia Gómez, que trabaja en una cocina, mientras dejaba un mensaje para su madre en República Dominicana.
Decenas de otros puertorriqueños optaron por detener su vehículo a un lado del camino en varias carreteras, donde las señales de internet tienen mayor potencia.
Carlos Ocasio, trabajador de mantenimiento, caminó entre ramas y botellas de vidrio quebradas hasta que encontró un lugar con buena señal. Pronto logró comunicarse con su hermano en Nueva Jersey.
“Se me hizo un nudo en la garganta y no pude hablar durante un minuto”, afirmó. “Me llaman de todas partes, me preguntan cuándo voy a llegar”.
(Captura de video del momento en el que el huracán María tocó tierra en Puerto Rico. (Imagen de Vídeo))
Otros en Puerto Rico y el extranjero llamaban a una estación radiofónica local a la que dieron nombres, números, direcciones exactas y fotografías de sus seres queridos con la esperanza de entablar comunicación.
Pero, para cientos de miles de puertorriqueños que viven en el territorio continental de Estados Unidos, solo hay silencio en la isla.
Empresas como T-Mobile y AT&T trabajan para restablecer la señal lo más pronto posible pero la tarea es enorme.
Las autoridades han dicho que 1.360 de las 1.600 torres celulares resultaron dañadas durante el paso del huracán y el 85 por ciento de los cables aéreos y subterráneos de teléfonos e internet fueron inutilizados.
T-Mobile informó que lo que más afecta en la falta de servicio es la desconexión de dos líneas ultramarinas desde Puerto Rico a Estados Unidos que transportan toda la comunicación de esa empresa telefónica.
La compañía ya recibió de Estados Unidos seis aviones con equipo y generadores de emergencia, además de técnicos especialistas en emergencias.
AT&T también informó haber recibido ayuda del exterior y esperan más en los próximos días. Algunos de sus clientes en lugares como San Juan, Guynabo y Bayamón dicen haber recuperado la señal.
Mientras tanto, y quizás por largo tiempo, lo único que queda es tener paciencia.
“Este va a ser un proceso largo y frustrante para todo el mundo. Hay un daño tremendo en la isla”, dijo el director de relaciones públicas de FEMA, William Booher.
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