Un reciente escándalo sobre la compra de votos en la legislatura nacional de China y en un congreso provincial, que ha provocado la expulsión o la renuncia de cientos de representantes, parece estar conectado con la lucha de poder en la cúpula del régimen.
Entre los 102 delegados de la provincia de Liaoning en el Congreso Popular Nacional (CPN), 45 fueron destituidos en base a los cargos de haber comprado su lugar en la legislatura en 2013. Este episodio ocurrió luego de la expulsión de varios líderes provinciales durante la primavera y el verano boreal.
Esto parece un golpe contra Zhang Dejiang, miembro del Comité Permanente del Politburó –la cúpula del Partido Comunista Chino, compuesta de siete integrantes– y director del Congreso Popular Nacional, el cuerpo legislativo estatal de China.
Desde 2013, las autoridades centrales del Partido Comunista han estado investigando y castigando a miles de funcionarios por corrupción y otros abusos del poder, en una campaña que ha removido a muchos rivales políticos del actual líder, Xi Jinping.
Como director del Comité Permanente del CPN, Zhang Dejiang –nativo de la provincia de Liaoning que, según indican varios factores, no es amigo de Xi– podría ser un obstáculo ante el próximo Sexto Plenario del Partido. En esta sesión plenaria se decidirá cómo se repartirán las oficinas vacantes a partir del 19º Congreso Nacional del Partido Comunista que se realizará el año que viene.
En una entrevista con Radio France Internationale, el profesor Chen Daoyin de la Universidad de Ciencias Políticas y Derecho de Shanghai, dijo que Xi Jinping está tratando de que el escándalo de Liaoning sea una plataforma para colocar su lista de funcionarios para el próximo 19º Congreso del Partido.
“Xi no quiere que nada salga mal durante este proceso”, dijo Chen. “Quiere el poder absoluto”.
Zhang Dejiang en la mira
Los eventos en Liaoning no tienen precedentes. Nunca en la historia de la República Popular China ha ocurrido que delegados del Congreso Popular sean destituidos por comprar o vender votos, en tal cantidad ni a tales niveles.
Aunque Xi es el secretario general del Partido Comunista, debe compartir el poder con el resto del Comité Permanente del Politburó, y no todos en él le son leales. Para poder alcanzar sus objetivos, generalmente tiene que emplear métodos indirectos.
Cuando Xi asumió el poder, los Congresos Populares municipales en las provincias de Hunan y Sichuan estuvieron implicados en fraude electoral y fueron muy criticados en la prensa estatal, la cual catalogó al episodio de ser un desafío al sistema del Partido Comunista.
En teoría, el CPN es el organismo legislativo del Estado, pero en la práctica sólo sirve para validar las decisiones del Partido Comunista. Por ejemplo, entre los más de 2.000 delegados, todos excepto tres votaron para que Xi Jinping sucediera al líder anterior, Hu Jintao, dado que la decisión ya se había tomado antes del 18º Congreso del Partido realizado en el 2012.
La influencia de Zhang Dejiang sobre la legislatura nacional podría poner en peligro o tener una influencia negativa sobre los lineamientos que Xi pretende para el 19º Partido del Congreso.
Al permitir que la campaña anticorrupción alcance a legisladores provinciales y nacionales, la administración de Xi prepara los cimientos para un potencial caso contra Zhang.
Esto es particularmente significativo ante las llamadas “ordenanzas de responsabilidad” promulgadas este verano, que consideran responsables a las organizaciones del Partido por las malas acciones de sus subordinados.
En el escándalo de Liaoning, el vicepresidente del comité permanente del Congreso Popular provincial, Li Feng, fue removido de su cargo el 17 de septiembre en base a estas ordenanzas, según la edición online del estatal Diario del Pueblo.
Desarrollos simultáneos
Zhang se convirtió en una figura prominente en la década del 2000, y según el propagandista militar retirado Xin Ziling, está alineado al ex cabecilla del Partido Jiang Zemin, al igual que sus compañeros en el Comité Permanente del Politburó Liu Yunshan y Zhang Gaoli (no está relacionado con Zhang Dejiang).
Por su parte, Jiang Zemin, de 90 años de edad, hace más de una década que no ocupa ningún cargo oficial, pero numerosos funcionarios que desarrollaron sus carreras con él continúan apoyando sus políticas y beneficiándose de su patrocinio. Esta facción ha recibido los peores golpes en la campaña anticorrupción de Xi Jinping.
Entre los ‘disciplinados’ hay docenas de líderes de nivel provincial y un puñado de funcionarios de nivel nacional, muchos de los cuales están conectados con Jiang Zemin. Si siquiera los integrantes del Politburó están exentos: Zhou Yongkang, un ex miembro del Comité Permanente que dirigió un grupo extralegal del Partido establecido en 1999 por Jiang para perseguir a Falun Gong y luego tuvo aún más poder cuando estuvo al frente de todo el aparato legal y de fuerzas de seguridad de China, fue investigado en 2014. Al año siguiente fue condenado a cadena perpetua.
Los golpes contra el Congreso Popular, y por asociación, a Zhang Dejiang, no son los únicos eventos recientes que han roto las convenciones del Partido.
El 26 de julio, Xi encabezó una reunión del Politburó en la cual se decidió la agenda para la Sexta Sesión Plenaria del 18º Comité Central del Partido Comunista Chino, meses antes de lo acostumbrado. Según la agencia Xinhua, controlada por el Partido, la agenda se enfocará en el “importante asunto de controlar estrictamente al Partido” y en la actualización de dos regulaciones del Partido sobre la disciplina de los cuadros.
La sesión plenaria se realiza generalmente en octubre, y normalmente la agenda se revela diez días antes.
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