El régimen chino está buscando la manera de controlar a los oficiales del ejército, quienes durante décadas utilizaron fuentes extracurriculares para obtener ingresos adicionales. El líder del Partido Comunista Chino, Xi Jinping, anunció recientemente que los funcionarios militares tendrán que vivir de sus salarios, señalando que no deben tener ningún «ingreso oscuro».
Esta nueva orden de Xi puede estar haciendo temblar a los oficiales militares de China. Casi al mismo tiempo, Xi anunció que 16 generales chinos estaban siendo investigados. Es muy probable que una vieja política que estuvo discretamente alimentando la corrupción en las fuerzas armadas de China esté dando vueltas en sus mentes.
Estas áreas de «ingresos oscuros» podrían implicar algunas de las más graves violaciones de derechos humanos que ocurren actualmente en China. Evidencias recientes sugieren que el régimen chino está comprando la lealtad de los oficiales del ejército con dinero proveniente del mercado negro y con dinero manchado de sangre.
«Los militares tienen mucha libertad de acción en la sociedad china, libertad de acción ‘empresarial’», dijo en una entrevista telefónica Ethan Gutman, autor del libro “La Masacre: asesinatos en masa, sustracción de órganos y la solución secreta de China a su problema con los disidentes”, recientemente publicado. «Ellos hacen dinero para sí mismos, pero también hacen dinero para el Ejército».
Asesinatos como negocio
Una fuente de ingresos importante para los militares ha sido la sustracción forzada de órganos de practicantes de Falun Gong vivos para usarlos en trasplantes.
Falun Gong, también llamado Falun Dafa, es una práctica espiritual arraigada en la milenaria cultura china que incluye meditación y una filosofía moral basada en Verdad, Benevolencia y Tolerancia.
A principios de 1999 el régimen chino estimó que cerca de 100 millones de personas practicaban Falun Gong en China, una cifra mayor que el número de miembros del Partido Comunista Chino (PCCh). Entre los practicantes de Falun Gong se encontraban miembros de las fuerzas armadas, las fuerzas de seguridad y del mismo PCCh.
En abril de 1999 el entonces líder del PCCh, Jiang Zemin, dirigió una carta al Politburó. En ella advertía la cantidad de personas que practicaban Falun Dafa, afirmó que estaban manipuladas por fuerzas extranjeras y consideró que las tradicionales enseñanzas morales de Falun Gong eran un desafío a la ideología del PCCh. El 20 de julio de 1999, Jiang lanzó una campaña para erradicar la práctica de Falun Gong en China.
Tan solo un año después de que comenzara la persecución, empezó a aumentar drásticamente el número de trasplantes de órganos en China, país conocido por usar órganos de prisioneros.
Los investigadores piensan que los órganos son sustraídos mientras la víctima aún está viva, para así obtener los órganos más frescos para el trasplante. Siempre que se sustrae un órgano, todos los demás órganos vendibles son también sustraídos, asesinando a la víctima durante el proceso.
Aunque se sabe que también se sustraen órganos de otros prisioneros de conciencia -como uigures y tibetanos-, los investigadores consideran que la principal fuente para el aumento de trasplantes en China son los practicantes de Falun Gong.
Al menos 62.000 practicantes de Falun Gong fueron asesinados por sus órganos entre 2000 y 2008, según estimaciones de Gutman.
David Matas, abogado canadiense de derechos humanos, y David Kilgour, ex secretario de Estado canadiense para Asia-Pacífico, obtuvieron una estimación similar para ese periodo de tiempo en su propia investigación independiente, usando una metodología diferente.
Luego de 2008 la sustracción de órganos a gran escala continúa, y el número de víctimas sigue creciendo.
La sustracción de órganos suma mil millones de dólares al año para los hospitales participantes, principalmente hospitales militares, dijo Matas a CQ Global Researcher en julio de 2011.
La confesión del ex Ministro de Defensa
Liang Guanglie, ex ministro de defensa y jefe del Departamento del Estado Mayor del Ejército chino, admitió conocer la participación de los militares chinos en una operación de asesinato con fines de lucro, durante una llamada telefónica grabada en octubre de 2014 por un investigador encubierto que trabaja para la Organización Mundial para Investigar la Persecución a Falun Gong (WOIPFG).
El investigador le preguntó sobre una declaración hecha por Wang Lijun, el vice-alcalde y jefe del Buró de Seguridad Pública de Chongqing. Wang es famoso por haber huido al consulado de EE.UU. en Chengdu en febrero de 2012, un evento que desencadenó la actual campaña anticorrupción en China. Wang también es famoso por haber recibido un premio por una investigación sobre la cirugía de trasplante de órganos, investigación que implicó miles de operaciones de extirpación de órganos.
El investigador le dijo a Liang que Wang declaró haber cooperado con los hospitales militares de China para investigar la cirugía de trasplante de órganos, y que las personas utilizadas como fuentes de órganos estaban encarcelados por practicar Falun Gong.
Durante la llamada telefónica que el investigador encubierto grabó, Liang primero respondió con cautela. El investigador luego le preguntó, «¿Escuchó sobre esto cuando era Jefe del Estado Mayor?»
Liang respondió: «Sí, así es», y agregó: «Estoy a cargo del trabajo militar, no de estos asuntos logísticos».
Cuando el investigador le preguntó si los militares chinos eran los responsables de proporcionar los órganos utilizados para trasplantes, Liang respondió: «He oído hablar de eso».
El investigador continuó preguntándole si la Comisión Militar Central, el órgano del Partido que rige al Ejército, había discutido sobre los trasplantes de órganos sustraídos. Liang respondió: «Ellos discutieron este asunto».
Si bien breves, los comentarios de Liang dicen mucho. Su mención a «cuestiones de logística» hace referencia al Departamento General de Logística del Ejército chino, que operaba junto al departamento que Liang encabezaba.
Mientras que el departamento de Liang está a cargo de las operaciones de guerra y ejecuta muchas de las tareas de espionaje de China, el Departamento General de Logística controla los hospitales militares, y los investigadores dicen que en estos hospitales está sucediendo ahora uno de los crímenes más atroces del mundo.
El Departamento General de Logística creó un banco nacional de órganos vivos en China a partir de las muestras de sangre de los prisioneros de conciencia de Falun Gong, informó La Gran Época en agosto de 2014. A los supervisores del ejército se les dio el poder de arrestar, detener y ejecutar a todo aquel que intentase filtrar información sobre tales crímenes.
El cuartel general del Departamento del Estado Mayor, que Liang encabezó entre 2002 y 2007, participó con sus sistemas de inteligencia para evitar que se filtrara la información sobre la sustracción de órganos, de acuerdo con el informe anterior. Este departamento dirige a los hackers militares de China, a sus espías extranjeros y a los agentes que operan la inteligencia electrónica.
Wang Zhiyuan, presidente WOIPFG y ex médico de un hospital de la fuerza aérea de China, dijo que la nueva información suma evidencia sobre el papel de los militares en la persecución del régimen chino contra los practicantes de Falun Gong.
«Básicamente, los hospitales (el departamento de salud militar) son controlados por el Departamento General de Logística», dijo Wang en una entrevista telefónica. «Este trabajo es realizado por el Departamento General de Logística».
En una entrevista con New Tang Dynasty TV, Wang puntualizó la implicación del Departamento General de Logística y el conocimiento de la Comisión Militar Central sobre la sustracción forzada de órganos: «Esto significa que la sustracción de órganos de practicantes de Falun Gong vivos no ocurrió al azar, sino que es una masacre nacional llevada a cabo por las autoridades del PCCh y el régimen».
Negocios militares
Según Gutman, los médicos militares suelen aparecer en el sistema de sustracción forzada de órganos del régimen chino.
«Esto ocurrió varias veces, en varios casos en que los órganos están siendo sustraídos y aparecen médicos militares», dijo Gutman, señalando que en su investigación «se hizo evidente que los centros militares son los principales centros de esto».
Gutman dijo que encontró al menos siete hospitales militares en China involucrados en la sustracción forzada de órganos de prisioneros de conciencia, hallazgo basado en las entrevistas que realizó. Añadió que sin embargo, «eso es sólo la punta del iceberg», y señaló que además de utilizar a practicantes de Falun Gong, el sistema del régimen chino para el trasplante con órganos sustraídos a la fuerza también utiliza como fuentes vivas a tibetanos y uigures.
La participación de las fuerzas armadas de China en el esquema de asesinato con fines de lucro proviene de un sistema profundamente arraigado que incluso algunos líderes en China advirtieron podría convertirse en una cloaca de corrupción.
Desde su creación, el PCCh concedió a los militares libertad de acción para realizar negocios. Bajo el mando del fundador del régimen, Mao Zedong, el ejército dominó el sector agrícola de China y jugó un papel importante en los sistemas industrial y político, aunque sus iniciativas empresariales estaban limitadas principalmente a los bienes propios del ejército.
El sistema cambió después de la muerte de Mao en 1976, cuando Deng Xiaoping llegó al poder. Deng abrió China al comercio exterior, y las primeras quitas de restricciones para hacer negocios fueron para el ejército del régimen.
«Básicamente dijo que necesitaban encontrar la manera de hacerlo», señaló Gutman en referencia al papel de Deng en la complicada relación militar-empresarial china.
Los negocios militares del régimen chino comenzaron con la apertura del mercado interno. Esto condujo a la creación de grandes empresas estatales bajo el poder militar, que incluyen a gigantes como China Poly (comercio internacional y de bienes raíces) y China Xinxing (importación y exportación, con 54 empresas subsidiarias), y a la participación en el mercado, desde bancos hasta granjas y desde hoteles hasta prostíbulos.
No fue sino hasta los años 90 que los líderes del régimen chino decidieron comenzar a refrenar las iniciativas empresariales de los militares.
Según un informe del 2008 del Dr. Gary Busch, editor de la publicación web Ocnus sobre relaciones internacionales, «Las reformas estaban destinadas a mantener la gestión de las empresas del ELP bajo el control de los altos mandos militares y a prevenir que oficiales de menor rango se involucrasen en el funcionamiento cotidiano de las empresas militares”.
Pero en 1998 el sistema estalló. El entonces cabecilla del PCCh, Jiang Zemin, convocó a una reunión en la que anunció que «el ejército chino ya no hace negocios».
Para ese entonces, el Ejército Popular de Liberación era propietario de 70 fábricas de automóviles, cerca de 400 laboratorios y 1.500 hoteles, de acuerdo con el Phoenix News –con base en Hong Kong pero bajo la influencia de Beijing.
Sin embargo, este anuncio no puso fin a las fuentes alternativas de ingresos de los militares chinos. Tan sólo cambió la manera en que los oficiales de las fuerzas armadas se llenaban los bolsillos.
Ingresos oscuros
Jiang era el líder de la Comisión Militar Central y durante su anuncio estaba flanqueado por los principales generales del ejército. Según un informe del Instituto Hoover de 2001, varios generales de nivel superior apoyaron públicamente este anuncio, como por ejemplo, el jefe del Estado Mayor General, Fu Quanyou; el director del Departamento General de Logística, Wang Ke; y el director del Departamento General de Armamento, Cao Gangchuan.
Un año después, el 20 de julio de 1999, Jiang lanzó la persecución contra los practicantes de Falun Gong, y de acuerdo con los hallazgos recientes de la WOIPFG, en el año 2000 Jiang dio la orden de comenzar la sustracción forzada de órganos.
Según Hu Zhiming, ex oficial de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación, las reformas sólo afectaron a oficiales de bajo rango y a las empresas oficialmente bajo control militar. «Los oficiales de alto rango pueden usar su estatus militar como ventaja para hacer negocios y obtener ganancias», dijo en una entrevista telefónica. «Eso todavía ocurre».
Hu desertó de China y testificó ante el Congreso estadounidense en 2012 sobre su experiencia de ser encarcelado y torturado en China por practicar Falun Gong.
Aunque Jiang canceló a nivel superficial los proyectos empresariales de los militares chinos, «esto alentó la corrupción del ejército», añade Hu.
Los cambios superficiales profundizaron los negocios y la corrupción, y la sustracción de órganos pasó a formar parte de las nuevas formas de comprar la lealtad de los oficiales militares.
«Jiang y su camarilla utilizaron este sistema corrupto con el fin de comprar a los militares y de hacerse escuchar, tanto él como el PCCh», dijo Hu.
Según Sarah Cook, principal analista de Freedom House, uno de los problemas fundamentales es que en China los militares no tienen a la defensa nacional como objetivo específico. Su rol puntual es proteger al Partido Comunista Chino, y esto se vincula directamente con el énfasis de su adoctrinamiento por sobre el entrenamiento de combate, y en los intereses del régimen para comprar a los líderes militares con el fin de garantizar su lealtad.
«Es el ejército del Partido», dijo Cook en una entrevista telefónica. «También funciona como ejército nacional, tiene así una doble misión, y las tensiones surgen porque estas dos misiones a menudo se contradicen entre sí».
«Un ejército nacional debería encargarse de proteger al país», dijo Cook, «pero el ejército de un partido acaba con este tipo de operaciones para garantizar su lealtad política».
«Hay cosas específicas que el partido necesita hacer para mantener su lealtad», dijo, «en el sentido de que permite que los oficiales militares se hagan ricos y hagan ganancias porque busca mantener su lealtad».
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