Los estudios formales de esta planta datan desde 1700, pero sólo se conocen en Estados Unidos durante los últimos 20 años. La historia de popularidad americana de la rhodiola, involuca a una pareja de profesores, esposo y esposa, de Psiquiatría de la parte alta del estado de Nueva York y documentos previamente clasificados de los militares soviéticos.
Según la esposa, la mitad del equipo, la Dra. Patricia Gerbarg, profesora clínica Asistente de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de Nueva York, y autora de la Revolución de la Rhodiola y cómo usar hierbas, nutrientes y Yoga en la Salud Mental, se topó con la hierba por casualidad y la curación que experimentó fue profunda.
“Considero que la planta me salvó la vida, en cuanto a calidad de vida y a mi capacidad para trabajar”, dijo Gerbarg.
En la década de 1990, Gerbarg contrajo un caso muy severo, la enfermedad de Lyme. Los antibióticos se hicieron cargo de la infección, pero quedó todavía con extensa pérdida de memoria y deterioro cognitivo.
El esposo de Gerbarg, el Dr. Richard Brown, profesor clínico asociado en psiquiatría de la Universidad de Columbia, aprendió sobre la rhodiola a través de un paciente. Después de 10 días de tomar la hierba, Gerbarg sintió recuperar su de memoria. Hoy, dice que está operando a plena capacidad.
“Ahora soy capaz de trabajar tiempo completo. Escribo, doy conferencias, e investigo. Mi cerebro es genial. Justo como solía ser”, dijo ella.
Admirados por los efectos y sorprendido de que nadie parecía saber mucho al respecto, Gerbarg y su esposo comenzaron dos años de intensa investigación acerca de la rhodiola. Su búsqueda los llevó hasta el Dr. Zakir Ramazanov, Phytochemist, ex científico soviético de la república de Georgia con el plan de introducir la hierba a Estados Unidos.
Con la ayuda de Ramazanov, Gerbarg y Brown fueron capaces de acceder a un gran cuerpo de investigación llevada a cabo en rhodiola durante la guerra fría. A partir de la década de 1950, el Ministerio de Defensa soviético comenzó una exhaustiva búsqueda de un producto que podría mejorar el rendimiento militar. Libre de las restricciones de la investigación contemporánea, tales como preocupaciones presupuestarias y comités de derechos humanos, los científicos soviéticos fueron capaces de hacer estudios que hoy serían demasiado difíciles y costosos. La investigación desarrolló una fórmula de tres hierbas que se llamaron ADAPT-232. Su componente principal fue la rhodiola.
La fórmula probó ser tan exitosa con los soldados que los soviéticos llegaron a usarla para mejorar el rendimiento de cosmonautas y atletas olímpicos.
“También se utilizó para mejorar el rendimiento intelectual de sus científicos, ya que no sólo reduce la fatiga física, sino también la mental para que con precisión pudieran trabajar durante largas horas”, dijo Gerbarg.
Mientras los soviéticos compartían sus conocimientos acerca de las demás hierbas en la fórmula ADAPT, el ginseng siberiano (eleuthero) y schizandra Berry, sus hallazgos sobre rhodiola, fueron mantenidos en archivos secretos, lejos de sus rivales estadounidenses.
La Unión Soviética se disolvió en 1992, pero incluso después de que los archivos fueron desclasificados, en gran parte siguieron olvidados en el sótano del Departamento de Defensa.
Ramazanov estuvo familiarizado con la investigación de rhodiola en la Unión Soviética, así que sabía dónde y qué buscar. Él hizo varios viajes para obtener artículos de investigación en archivos de gobierno y de sus antiguos compañeros.
Ramazanov trajo de regreso muchos papeles que compartió con Gerbarg y Brown. Sus traducciones fueron la primera información disponible sobre rhodiola en lenguaje inglés. “Así fue como pudimos entender cómo funcionaba y en que podría ser utilizado”, dijo ella.
Para la memoria, pulmones, depresión y más
Rhodiola trata variados aspectos. En la medicina popular tibetana y mongola, se utiliza para resolver problemas pulmonares, como infecciones respiratorias, tos, tuberculosis y asma. Los Vikingos lo tomaban para fortalecerse. Los estudios modernos muestran que la rhodiola ayuda a oxigenar la sangre, mejorar la resistencia, y aliviar el mal de las alturas.
La rodiola también tiene reputación de curar la mente. Los estudios demuestran que aumenta los químicos neurotransmisores en el cerebro.
En manos de un profesional experimentado, la rhodiola puede utilizarse como tratamiento individual, o para mejorar efectos en las drogas psicotrópicas. Gerbarg lo prescribe a sus pacientes para la depresión y problemas de memoria. “Es muy útil para las condiciones donde hay deterioro en la función cognitiva o memoria, así haya sido por envejecimiento o daño cerebral”, dijo.
Mientras algunas hierbas (como la hierba de San Juan) no se mezclan bien con productos farmacéuticos, la rhodiola puede funcionar en equipo. Gerbarg usa la rhodiola sola o en combinación con medicación psiquiátrica convencional. Dice que puede ayudar como paliativo con pacientes que obtienen alivio de una pequeña dosis de medicación, pero que desarrollan efectos secundarios en dosis más altas. La rhodiola también ayuda sobre síntomas residuales en la depresión, como la fatiga, sobre la cual las drogas no alcanzan a actuar.
“La Rhodiola aumenta el efecto de antidepresivos convencionales, por eso la persona tiene más energía. Ellos tienen esta sensación de levantarse y hacer cosas que de lo contrario no habrían tenido con el antidepresivo estándar”, mencionó la Dra. Gerbag. “Actúa como un activante del antidepresivo”.
En varias tradiciones de la medicina popular, la rhodiola era conocida por prolongar la vida. Estudios recientes dan credibilidad a esta idea, mostrando que la hierba mejora la función celular y la repara. Esto significa que las personas que sufren de estrés crónico o cualquier condición provocada por el constante daño oxidativo y tóxico de las células, podrían beneficiarse con la rhodiola.
Gerbarg cree en la capacidad de la rhodiola para fortalecer y desintoxicar las células, lo que permiten sanar al cerebro.
Qué buscar
No hace mucho tiempo, la rhodiola era un espécimen oscuro en el mercado de hierbas en América, ahora parece que cada fabricante tiene un producto de ella. Pero antes de recoger una botella, hay varias cosas por considerar.
En el pasado, era cosechada en estado silvestre, pero para mantener el suministro al ritmo de la demanda, gran parte en los suplementos de hoy es cultivada. La mayoría de hierbas cultivadas provienen del extranjero: Escandinavia, Rusia, Europa Oriental o China.
Cuando llegó por primera vez al mercado, podría identificar la calidad de rhodiola por la presencia de dos compuestos en la etiqueta. Los consumidores buscaron las que prometieran al menos 3% de rosavin y el 1% de salidroside.
Gerbarg dice que hoy en día algunos fabricantes intensifican los compuestos de sus productos con fuentes más baratas. Los números parecen buenos, pero el producto carece de muchos de los otros compuestos bioactivos encontrados en rhodiola que todavía la ciencia no ha clasificado.
Los libros de Gerbarg identifican a los productos de mejor calidad. Dice que una buena regla es comprar productos que han sido usados en investigación controlada. “Si un producto o marca en particular demostró su eficacia en un estudio publicado, es un muy buen indicador de que ese producto es de alta calidad”, comentó.
Cómo utilizarla
Para un mejor efecto, tome rhodiola por la mañana, por lo menos 30 minutos antes de comer. Con el estómago vacío, el cuerpo la absorbe mucho mejor.
Una dosis por la mañana también es importante porque es energizante. Esto es también el por qué debe evitarse en ciertas condiciones. Por ejemplo, en personas con trastorno bipolares, la rhodiola puede causar síntomas maníacos, pero cada situación es diferente.
“Si los pacientes son medicados por su condición para estabilizarlos, pero siguen teniendo depresión, puede serles útil, pero tiene que saber en términos de cómo se dosifica”, dijo Gerbarg.
Asimismo, para pacientes que sufren de ansiedad y que se agitan fácilmente con estimulantes, la rhodiola podría no ser una buena opción. Sin embargo, Gerbarg ha tenido éxito con PTSD, un trastorno que a menudo puede incluirse como síntomas de ansiedad. “Hay muchos tipos de ansiedad, depende del diagnóstico real, de si desea o no usarla”, concluyó.
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