Esta noche será la inauguración del evento deportivo más importante del mundo. La fiesta inaugural de los Juegos Olímpicos Río 2016 promete ser una clara muestra de austeridad y de exaltación musical de la tolerancia.
Sin la presencia de la suspendida presidenta Dilma Rousseff ni la de Lula Da Silva, la ceremonia contará con apenas 45 mandatarios acompañando al presidente interino Michel Temer en el mítico estadio Maracaná.
La fiesta exhibirá la variada cultura popular brasileña pero sin excentricidades ni lujos, cuando el país vive una crisis económica y política.
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, pidió a los cariocas que “se queden en casa o cerca de casa”, para evitar la paralización de la ciudad.
En recesión económica, Brasil además atraviesa una grave inestabilidad política que mantiene suspendida a la presidenta Dilma Rousseff, a la espera de que el Senado juzgue si será destituida por supuesta manipulación de las cuentas públicas.
Los organizadores desmintieron, sin embargo, las informaciones de que hubieran mecanismos previstos para camuflar las posibles pifias a Temer.
“Las ceremonias olímpicas quedan en la memoria colectiva, pero no se recuerda quién era el presidente (del gobierno) de España en Barcelona-92 o en Atlanta-96. Te acuerdas del espectáculo, de Mohamed Ali con la mano temblorosa al encender el pebetero o del arquero que lanzó la flecha en Barcelona”, comentó Marco Balich, productor ejecutivo del espectáculo.
Y a solo horas de la ceremonia continúa el misterio sobre si será Pelé el encargado de encender el pebetero, el candidato principal que puede vivir su mayor emoción en el Maracaná, décadas después de haberse retirado como el mejor futbolista del planeta y ganador de tres mundiales.
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