En la actual sociedad china que cuida las apariencias y está plagada de sobornos, dar regalos llegó a ocupar un lugar de peso en la economía local. Tal es así que, de hecho, las tiendas están ganando dinero al recomprar la mercadería vendida para influenciar funcionarios.
En 2012, el Instituto de Investigación de la Industria de los Regalos de China estimó que las compras para regalos rondaban los 768 mil millones de yuanes (alrededor de U$S 115 miles de millones) por año, un negocio de rápido crecimiento que parece estar vinculado de cerca con el mundo de la corrupción y el lavado de dinero.
Mao Yushi, un reconocido economista chino, a menudo observaba cómo personas que llevaban bolsas llenas entraban en las oficinas gubernamentales en la calle sur Yuetan de Beijing y salían con las manos vacías. Al ver desde su ventana en casa, luego veía a los funcionarios salir del trabajo con las bolsas que habían recibido y dirigirse a las tiendas cercanas, donde vendían los regalos.
Según Mao, la mercadería se vendía nuevamente a las personas que llegaban a Beijing, para ser entregadas como regalos otra vez, según informó la revista Phoenix Weekly de Hong Kong en junio de 2012.
El negocio, según la revista, tiene una variedad de formas, con más de 200 tiendas en Beijing solamente. Xinhua, una agencia de noticias estatal, dice que la práctica surgió a principios de la década de 2000, cuando China comenzó a experimentar un mayor crecimiento económico.
Algunos se especializan en reprocesar alcoholes y vinos finos, otros en productos menos ostentosos. Algunos de estos empresarios llevaban tiendas reales mientras que otros ofrecían servicios y preguntaban por precios online.
Algunos no tenían tiendas en absoluto. Xinhua informó que una mujer se paraba afuera de una tienda y compraba tarjetas de regalo de 1000 yuanes a los funcionarios por 850 yuanes, luego se la daba a otra persona que las revendería por 900 yuanes.
Procesando la corrupción
Según un artículo de 2004 de China Radio International, la industria de regalos ha cimentado el camino para que los funcionarios conviertan los regalos que recibieron en dinero, formando un “anillo [comercial] que orbita alrededor de un cuerpo corrupto”.
El soborno es común en China, pero a menudo es tapado con una pretensión de cortesía, en el cual dar regalos juega un rol.
Wang Huaizhong, ex vicegobernador de la provincia de Anhui, quien fue ejecutado en 2004 por aceptar 5 millones de yuanes en sobornos (alrededor de U$S 780.000) defendió su comportamiento en una declaración reportada por el Diario de la Procuraduría del poder judicial estatal.
“Durante las vacaciones y celebraciones de Año Nuevo, siempre hay gente que viene a visitarme para expresar su buena voluntad”, dijo Wang. “Esta es una cortesía recíproca. ¿Cómo puede ser considerada una forma de soborno?”.
Al recibir cadena perpetua en el año 2000 por aceptar sobornos de 500.000 yuanes, miles de dólares estadounidenses, y regalos por 15.000 yuanes, el ex secretario del partido comunista en un pueblo, Ding Yangning, dijo a los investigadores que simplemente estaba siguiendo el espíritu del año nuevo lunar chino al dar y recibir efectivo en sobres rojos, informó el Diario de la Procuraduría.
El medio estatal China Central Television(CCTV) informó que la reventa de regalos es ilegal y que las autoridades nunca se registran en tiendas que se especializan en ello. Pero en 2012, el abogado Wang Liang dijo a la agencia de noticias Xinhua del Partido Comunista que no había ninguna norma que prohíbiera específicamente la práctica de comprar y revender regalos.
En 2014, CCTV hizo un reportaje de media hora sobre la corrupción vinculada con la industria de las compras. En Hangzhou, había más de cien tiendas que compraban regalos, mayormente ubicadas cerca, y a veces en, edificios gubernamentales. Según CCTV, algunos propietarios de negocios admitieron que la gente promedio conformaba sólo una pequeña porción de sus clientes.
La recompra de regalos parece haber sido significativa ya en 2001, cuando Xinhua publicó un artículo sobre la lucrativa práctica. Cuando se le preguntó sobre el llamado a la frugalidad del Partido Comunista y cómo esto puede afectar el negocio, un propietario de una tienda fue citado al decir que “las autoridades tienen todo tipo de eslóganes, pero la gente continúa dando regalos. ¿Qué puede hacer el gobierno con eso?”.
Ajustando los tornillos del despilfarro
Pero luego de diez años y modificaciones en el liderazgo, cambios más concretos pueden estar cerca.
La industria de los lujos y el vinculado negocio de recompra de regalos parecen estar en declive dado que la campaña anticorrupción lanzada por el líder chino Xi Jinping en 2013 (un año después de que tomara el mando) está pasando factura a miles de delincuentes.
En enero de 2014, el sitio estatal de noticias People’s Net informó una caída en la demanda de tabaco y productos alcohólicos de alta calidad.
En abril de este año, el medio estatal Silver Evening News del oeste de China publicó una historia en su cuenta de WeChat, diciendo que la industria de la recompra en Baiyin, provincia de Gansu al norte y centro de China, estaba debilitándose por el Reglamento de Ocho Puntos dictado por Xi en 2012. Esa proclamación anticipó la campaña anticorrupción al demandar más disciplina entre los funcionarios del Partido Comunista.
A lo largo del país en la provincia costera de Zhejiang, Qianjing Evening News informó que las tiendas locales de recompra estaban abandonando el mercado.
Su Shuaixiong, un graduado postdoctoral de economía aplicada de la Universidad de Peking, dijo a Xinhua en 2014 que las ordenanzas estatales habían reducido el despilfarro, llevando al mercado de los regalos en una dirección más asequible y “accesible para el ciudadano común”. También dijo que una caída en el despilfarro reflejaba un “desarrollo saludable y racional” en el cambio de las tendencias de compra.
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