Una enorme cantidad de peces muertos inundaron la orilla de un río y una especie de espuma blanca cayó junto con la lluvia al norte de China después de que un depósito con 700 toneladas de cianuro de sodio y otros químicos tóxicos explotara la semana pasada.
En el depósito que estalló había unas 2.500 toneladas de químicos tóxicos, incluyendo nitrato de amonio, nitrato de potasio y cianuro de sodio. El cianuro de sodio, usualmente utilizado en la explotación minera del oro, es altamente tóxico para animales y humanos cuando se convierte en cianuro de hidrógeno al entrar en contacto con agua.
Los niveles de cianuro en las aguas cercanas al lugar de la explosión en el distrito Binhai de Tianjin se han elevado hasta sobrepasar 277 veces el nivel aceptable.
Pero los funcionarios chinos, que han sido criticados por la censura de información y el mal manejo de uno de los peores desastres industriales de China, dicen que todo está bien. El agua potable de la ciudad también es segura, según un informe del 19 de agosto del Buró de Protección del Medio Ambiente de Tianjin.
El 20 de agosto, Tian Weiyong, jefe del departamento de emergencias de la agencia de protección ambiental, dijo en conferencia de prensa que las autoridades chinas estaban limpiando el agua contaminada, que en su mayoría se trataba de vertidos utilizados para combatir el enorme incendio del 12 de agosto, antes de enviarla a las alcantarillas. Tian agregó que los niveles de cianuro del agua en las zonas que rodean el lugar de la explosión eran normales.
Quejas de los residentes
Los residentes de Tianjin se quejaron de que la primera lluvia después de la explosión, el 18 de agosto, les hizo arder el rostro y los brazos y les dejó una sensación de picazón, según informó el portal de Internet chino NetEase. Dos días antes, la estatal CCTV dijo que “la lluvia no representará ningún peligro directo para la salud humana”, citando a “meteorólogos expertos”.
El 19 de agosto, internautas chinos publicaron imágenes de peces muertos flotando en el río Haihe, a unos 7 km del lugar de la explosión. Aunque una estación de radio local desestimó las fotos de los internautas y las calificó de “rumores”, otros periódicos chinos confirmaron el fenómeno al día siguiente: una fotografía de la revista de negocios Caixin muestra una gran cantidad de peces muertos perdiéndose en la distancia.
La respuesta de las autoridades chinas, que en los primeros días después de la explosión fue bastante lenta y vacilante, en esta oportunidad fue casi instantánea.
El director del Centro de Monitoreo del Medio Ambiente de Tianjin, Deng Xiaowen, convocó a una conferencia de prensa para las 16 h del 20 de agosto, y explicó que “es bastante común” que mueran grandes cantidades de peces en el verano debido a la mala calidad del agua, y prometió realizar “más investigaciones” e informar los resultados “al ciudadano común”. Una hora y media después, el Centro anunció que los análisis del agua del río Haihe donde aparecieron los peces muertos no mostraba signos de contaminación con cianuro, según la estatal CCTV.
Guo Hong, profesor de cría molecular de animales de la Universidad Agrícola de Tianjin, dijo al Diario de Leyes, un periódico estatal, que los peces muertos no estaban relacionados con la explosión. “Si mueren peces pequeños y grandes, entonces es muy probable que sus muertes hayan sido causadas por la contaminación… aun más, habrían muerto peces de un área muy grande, no sólo los de esa área”, dijo el Prof. Guo.
Pero a los internautas chinos no les convence esa explicación.
“¿Es posible que la muerte de tantos peces no tenga nada que ver con la contaminación de la explosión? ¿Acaso ni siquiera es necesario limpiar la contaminación? Y si los peces muertos no tienen nada que ver con la explosión, ¿acaso eso no significa que hay un problema incluso mayor?”, escribió “runninglife” en los comentarios de la nota de CCTV sobre los peces muertos.
“El gobierno piensa que todos los ciudadanos son idiotas”, escribió “InvinciblyBravemiko689”.
Cianuro en el agua
David Dzombak, director de ingeniería civil y ambiental de la Universidad de Carnegie Mellon y co-editor de un libro sobre cianuro en agua y suelo, dijo a La Gran Época en una entrevista telefónica que “no sorprendería” que hubiera peces muertos en las aguas cercanas a la explosión, dado que el cianuro de hidrógeno (en lo que se convierte el cianuro de sodio en contacto con el agua) es “muy tóxico para muchas formas de vida acuática y humanos”.
A veces se agrega cianuro al agua para ayudar a la pesca, porque pone lentos a los peces, aunque esta práctica es ilegal en muchas partes del mundo, comentó Dzombak.
El cianuro en el agua se degrada naturalmente, ya sea por la presencia de bacterias o al disiparse en el aire cuando está en la superficie. Esto puede tomar “días o semanas, pero no meses o años”, dijo Dzombak.
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