¿Podrías imaginarte qué pasaría si un día sales a tu jardín y te encuentras con ratones? ¿Qué harías? Te invitamos a conocer la reacción de un fotógrafo naturista cuando se encontró un pequeño ratón en el jardín de su casa.
Simón Dell, que vive en el Reino Unido, es un aficionado a la fotografía de vida silvestre. Un día salió a su jardín para tomar fotos a las aves y se encontró con un ratón correteando por la hierba, pero lejos de buscar trampas o insecticidas, el fotógrafo sacó sus herramientas y se puso a construir una aldea en miniatura para que fuera el hábitat del curioso animalito, según explica en su página de Facebook.
“Un día salí a tomar fotos de las aves en el jardín y cuando acababa de cortar el pasto, noté que algo se movía en el suelo; apunté mi cámara y aunque me sorprendió, me sentí muy feliz de ver a un ratoncito muy lindo, de pie como un suricato en la hierba recién cortada”, le contó el fotógrafo a BoredPanda.
El fotógrafo relató que al instante supo que «el lindo animal era una estrella», así que corrió adentro a buscar un par de cacahuates para dejarle en el suelo. «Me senté a esperar y pasaron solo algunos minutos antes que volviera por las golosinas”.
“En ese momento tuve el pensamiento de darle al pequeño ratón un refugio, un lugar seguro para que pudiera esconderse y alimentarse”, recuerda Simón.
“Al principio solo había un ratón. Tenía un corte en la oreja y lo llamábamos George. Apilé unos troncos pequeños alrededor de una caja que convertí en hogar para el ratón y la cubrí con musgo y paja, para darle un pequeño refugio”.
Pero Simón sospechó que tal vez había más de un ratoncito, y con la esperanza de hacer unas fotos llamativas y de paso darles cobijo, vio la oportunidad de construir un hogar para ellos.
Y a los pocos días sus sospechas se hicieron realidad, cuando notó que posiblemente había más de un ratón en la pila de troncos. Efectivamente, no pasó mucho tiempo hasta que ambos salieron a comer unos ricos bocadillos.
Según compartió Simón con BoredPanda, él ya tenía un poco de experiencia tomando fotos de la vida de los ratones, pues ya habían tenido uno que solía vivir en el cobertizo de su jardín pero que solo salía de noche. “Era un ratón de madera y los llamábamos Stuart, pero se fue a principios de la primavera de 2018, tal vez para encontrar compañía”.
Decidido a tener una segunda mejor oportunidad con esta familia de ratones, construyó casitas diminutas a partir de madera y fruta ahuecada y también incluyó pequeños accesorios para que los roedores puedan interactuar.
Las fotos resultantes son absolutamente adorables; los ratoncitos parecen agradecer la hospitalidad de Simón y posan como verdaderos modelos entre bayas y manzanas.
Según su publicación de Facebook, los graciosos ratones posan muy cómodos para las cámaras. «Espero que estas imágenes te hagan sonreír tanto como a mi mientras estaba allí de pie», dice con picarda el fotógrafo mientras explica que estaba a solo un par de metros de la cámara.
El proyecto
Simón cuenta que siempre le gustó la fotografía pero no tenía una buena cámara, hasta que hace unos tres años adquirió una cámara reflex digital que le dio la posibilidad de mejorar sus habilidades «y obtener mejores imágenes de los animalitos salvajes”.
Simón hizo una descripción de cómo fue desarrollándose poco a poco la aldea. “La primera etapa de la pila de troncos fue muy fácil y solo tomó alrededor de una hora, pero los días siguientes, fueron apareciendo más ratones por lo que fui haciendo cambios y agregué más habitaciones. La estructura al interior de la caja tiene dos o tres formas de entrar o salir y podrían escapar si fuera necesario”.
Definitivamente, el fotógrafo ahora puede apreciar cómo su precaria pila de troncos terminó en un mini paraíso para sus roedores.
Y como la familia sigue creciendo, Simón está agregando más «habitaciones» a la aldea.
“He contado alrededor de 5 o más ratones y la hembra a la que puse por nombre Mildred se ve embarazada, así que espero que tengamos una gran camada de ratones bebés, que pueden ser hasta 14, ya que puedo construir muchas salas de troncos porque tengo espacio y no me importa vivir junto a esas criaturas tan lindas y fotogénicas”.
Además de construir más habitáculos, Simón los ha acondicionado para pasar un invierno frío, dándoles la mejor oportunidad posible de sobrevivir. “Les he dado un puñado de plumas de una almohada vieja, las que han tomado para alinear sus camas en el interior y mantenerlas calientes en estas frías noches de invierno en el Reino Unido”.
También los provee de alimentos naturales como bayas, nueces y frutas que él mismo recolecta. “Como regalo les doy un par de gusanos de harina secos y algunos gránulos de sebo, pero trato de mantener los alimentos naturales y saludables”, explica a BoredPanda.
Ahora es invierno en Reino Unido, sin embargo, los ratones no se fueron y viven una vida feliz. Y aunque los días son más cortos, aún logra verlos cuando salen a buscar los bocadillos que Simón les prepara, para volver rápidamente al calor de su hogar.
Pero hay algo que Simon no olvida, y es a Stuart. Él sigue esperando que un día de estos vuelva y, quizás, pueda conocer a los nuevos amigos de su jardín.
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