El emperador Taizong de la dinastía Tang (618-907) una vez le preguntó a su historiador del Imperio Chu Suiliang, quien mantuvo un registro meticuloso de palabras y hechos de Taizong, si él había anotado incluso cosas que el emperador las había dicho o hecho, y que no eran buenos.
“Yo no me atrevería a no registrarlos”, contestó Chu.
El canciller Liu Ji agregó: “Incluso si Suiliang no los registrase, todo el mundo lo haría”.
A esto, el emperador Taizong replicó, “Es verdad”.
Este intercambio está incluido en “Zizhi Tongjian”, un libro monumental de la historia producida durante la Dinastía Song Norteña (960-1127), eso exploró sabiduría para gobernar a un país a través de lecciones morales de dinastías anteriores.
El nombre del texto de 294 capítulos, significa “espejo comprensivo para ayudar al gobernante”; habla de la utilización práctica del libro-para servir como un espejo que refleja lo bueno y lo malo del pasado con el fin de ayudar a futuros gobernantes y evitar que se repitan los mismos errores.
Grabado para la posteridad
El pueblo chino se enorgullece de haber mantenido 5.000 años de continuos registros históricos. Los emperadores nombraron a historiadores oficiales para que registren eventos importantes, como batallas, desastres naturales y asuntos diplomáticos y económicos. Los historiadores también tomaron notas detalladas de las palabras y hechos reales de los emperadores en la conducción de asuntos estatales.
Fue un trabajo que particularmente enfatiza un registro veraz de la historia. De hecho, la lealtad de los historiadores fue demostrado por su coraje de llevar una contabilidad honesta de todo lo que el gobernante dijo e hizo, bueno o malo.
Por lo tanto, desde la antigüedad, el pueblo chino ha tenido fe en la historia y han utilizado los acontecimientos históricos para ayudar a evaluar el presente e inducir principios para aplicar a circunstancias actuales.
Entre el vasto conjunto de obras históricas de China “Zizhi Tongjian” es uno de los mejores libros de historia imperial del país. El relato cronológico abarca un lapso de 1.362 años a través de unas 16 dinastías, desde el año 403 a.C. al 959 d.C.
Fue recopilado por el primer ministro e historiador Sima Guang (1019-1086), quien fijó destacando ejemplos históricos específicos y ofreciendo comentarios para transmitir Principios Confucianos con la esperanza de que su propio monarca y más adelante los gobernantes puedan reinar con benevolencia y absteniéndose del mal.
‘Gobernantes lúcidos tendrán ministros honestos’
Un ejemplo es el comentario de Sima Guang en una descripción expuesta en “Zizhi Tongjian” acerca del reinado del emperador Taizong, durante una época en que muchos funcionarios tomaban sobornos.
Preocupado por esto, Taizong secretamente ordenó que algunos funcionarios se presentaran a tomar pruebas de su integridad.
Cuando un funcionario aceptó un soborno de un rollo de seda, Taizong quiso ejecutarlo, pero el ministro Pei Ju intervino.
“Su Majestad utilizó engaño para atrapar a este hombre”, dijo Pei.
“Me temo que esto no se ajusta a la norma de usar virtud para conducir al pueblo y usar las reglas con decoro para promover una buena conducta”.
Taizong se mostró satisfecho por este reproche y elogió a Pei por su razonamiento y el coraje para decir la verdad.
Sima Guang, por su parte, valoró el incidente desde un ángulo diferente, usándolo para asesorar a los gobernantes y siendo un ejemplo de moral para sus súbditos.
“Los antiguos tenían un dicho que los gobernantes ilustrados tendrán ministros honestos”, comentó Sima.
“Aquel Pei Ju fue un adulador bajo (la dinastía anterior) de Sui, pero un ministro leal bajo Tang, no fue porque su naturaleza había cambiado; fue porque un gobernante no estuvo dispuesto a oír hablar de sus defectos que pueda convertir la lealtad en adulo, mientras que un gobernante complacido por hablar claro, a los halagos le torna en lealtad”, explicó él.
“Así sabemos que el gobernante es como un gnomon (un poste para indicar la altura del sol, o la hora del día), y a la sombra del ministro. Cuando se mueve el gnomon, la sombra lo sigue”.
Palabras que encajan con juego
Sima Guang abogó por “mantener un corazón justo y cultivar moralidad”, y era un modelo para seguir al confucianismo que demostró lealtad, piedad filial, justicia e integridad.
Él creía que una persona recta lleva honestidad en su corazón, y él mismo cultivó esa honestidad, constantemente combinando sus palabras con sus hechos.
Él describió una vez su propio carácter de esta manera: “No soy nada especial; todo lo que hago es seguir a mi consciencia, y no tengo nada que ocultar”.
Un ejemplo de su honestidad se destacó una vez cuando Sima decidió vender su caballo. Al proporcionar información sobre el caballo, junto con sus atributos también mencionó que el animal enfermaba con regularidad durante el verano.
Su mayordomo sorprendido le preguntó: “La gente por lo general trata de ocultar los defectos en cosas que desea vender. ¿Quién va a decirle a otros acerca de una enfermedad que nadie puede ver?”
Sima respondió: “El dinero es mucho menos importante que nuestra reputación de honestidad, a la que no podemos darnos el lujo de perder”.
Al oír esto, el mayordomo se sintió avergonzado.
El ejemplo de integridad de Sima Guang ha motivado a muchas personas de todos los ámbitos de vida para vivirlo de acuerdo con normas éticas más elevadas.
Había un dicho dirigido a los que habían cometido una mala conducta: “¡Qué vergüenza! ¿No has oído hablar del honorable Sima Guang?”
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