Esta hermosa historia, que ejemplifica el espíritu de dar y ayudar con amor, tocó muchos corazones el año pasado, cerca de la Navidad.
El precioso suceso, que tuvo lugar en una zapatería de Muntinlupa City, Filipinas, fue relatado en Facebook por Caloy Pineda, el gerente de la tienda.
Ese día en particular, de diciembre, Caloy notó a un cliente llamado Rexel que entró en la zapatería con una camisa desgastada, pantalones desaliñados y un viejo par de zapatillas.
Rexel, que probablemente tenga entre 30 y 40 años, parecía emocionado de poder comprar zapatillas nuevos, después de todo el trabajo duro. «Se puede ver, que es muy trabajador, como si trabajara en tareas difíciles», escribió Caloy.
Miró a su alrededor en la sección de descuentos y eligió un par de zapatillas con un precio de aproximadamente 22,09 dólares.
Cuando sacó su dinero ganado con esfuerzo, aproximadamente 0,37 centavos de dólar y comenzó a contar, se dio cuenta de que no tenía suficiente dinero para comprar un par de zapatos.
En ese momento, una mujer, Lilliam Quiat, que también estaba comprando zapatillas, vio a Rexel contando su dinero y se acercó a él para charlar.
A través de la conversación, Lilliam se enteró de que Rexel estuvo ahorrando para comprar un par de zapatillas World Balance porque su zapatillas estaban gastadas. La situación de Rexel tocó su corazón y decidió aportar dinero para comprarselas.
Lilliam insistió y convenció al tímido Rexel para que escogiera el par de zapatos que realmente deseaba tener.
Al final, seleccionó un par con un precio de aproximadamente 33,12 dólares. Los zapatos excedían su presupuesto, sin embargo, Lilliam se ofreció a pagar el resto de los dólares.
Caloy le contó a Lilliam que le encantaría pagar la cantidad total, pero no tenía su billetera.
«Los 9 dólares era lo último de mi dinero», escribió Liliam, en la publicación de Caloy.
Después de ayudar a Rexel a conseguir los zapatos, Lilliam le dijo adiós, deseándole «¡Feliz Navidad!»
Rexel parecía feliz de tener el nuevo par de zapatos, realmente los necesitaba.
Mientras tanto, Caloy se puso a pensar, que a pesar de vivir en un mundo lleno de fraudes, caos y codicia, todavía hay gente buena que se preocupa por los demás y una de esas almas estaba creando la magia de la bondad allí mismo, en su zapatería.
«Dios bendiga a la señora y espero que halla muchos más como usted. El Señor es quien le devolverá las bendiciones a usted y a su familia. ¡Adelante, Feliz Navidad!» concluyó Caloy.
La publicación se viralizó, con más de 29.000 reacciones.
¿Te inspira el acto de generosidad de Lillian hacia Rexel? ¡Ella nos mostró el verdadero espíritu de la Navidad!
Nuestros corazones y almas se enriquecen al dar y ayudar a otros a mejorar sus vidas. Como dijo el antiguo filósofo chino Lao Tsé: «El sabio no acumula sus propios tesoros. Cuanto más da a los demás, más tiene para si mismo».
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