El hombre más rápido del planeta, Usain Bolt, contó cómo una derrota que sufrió le sirvió de aprendizaje para esforzarse y convertirse en el mejor del mundo.
Fue durante el Mundial del 2007 cuando tuvo que enfrentar a uno de sus grandes rivales, Justin Gatlin. Esa tarde Gatlin le estampó un rotundo ‘no’ a Usain y ganó la carrera, coronándose campeón.
El atleta jamaiquino estaba confundido, sintió que había dado lo mejor de sí y sin embargo quedó segundo. Usain quedó pensativo y luego escuchó a su entrenador quien le dio todas las razones de por qué había perdido. Luego de procesar lo que había escuchado, lo decidió: Voy a convertirme en el hombre más rápido del mundo.
En estos momentos, compitiendo en Río 2016 con sus 29 años, explica en una entrevista cómo ha sido su crecimiento físico luego de haber participado en Pekín 2008. Nueve años después, reconoce que si bien su estado físico es óptimo, las recuperaciones son distintas a diferentes edades: las lesiones ahora se sienten más.
También se refirió a su futuro, que al parecer no es ser entrenador. “No creo tener la paciencia suficiente. Siempre se lo digo a mi entrenador, lo mío es correr. Por el momento, no me veo como entrenador. No es algo fácil dedicarte a los demás. Dejas de ser el centro de atención y pasas a un medio”, concluyó.
El ‘Rayo’, como muchos lo llaman, posee el récord mundial de los 100 metros planos con un tiempo de 9,58 segundos. El atleta jamaicano, especialista en pruebas de velocidad, ostenta once títulos mundiales y ocho olímpicos.
Ahora que ya ganó en Río 2016 su primera medalla de oro en 100 metros planos, le quedan los 200 metros planos y el relevo de 4×100.
Ese es Usain, el preferido del público, el que payasea en las pistas, la gente lo quiere y él lo sabe.
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