Venezuela, el primer país de mundo certificado por la Organización Mundial de la Salud por haber eliminado la malaria en 1961, lucha nuevamente contra la enfermedad en medio de una crisis económica sin precedentes.
Artículos en diarios internacionales como The New York Times, The Guardian, BBC y otros apuntan a un aumento de un 72 por ciento de casos de malaria en los últimos seis meses.
Todos los reportajes apuntan a la minería ilegal y a las condiciones económicas de Venezuela como causa de la resurgencia de la enfermedad.
Según reseña la prensa internacional, la crisis económica ha llevado a muchos trabajadores de cuello blanco desesperados a trabajar en la minería ilegal, donde son dirigidos por grupos armados que los obligan a trabajar en condiciones desesperantes e incluso cuando están enfermos.
Estas personas regresan a las urbes con malaria y propagan la enfermedad, indican los reportes.
Los pozos de las minas son foco de la proliferación del mosquito que transmite la malaria dice The New York Times.
El diario indica que en mayo de este año, unas 300 personas llenaron la sala de espera de una clínica en Ciudad Guayana. Todas tenían síntomas de malaria: fiebre, escalofríos y temblores incontrolables.
Como si fuera poco, no había luz porque el gobierno había cortado la energía para ahorrar electricidad, no había medicinas porque el Ministerio de Salud no las había entregado, y los trabajadores manipulaban los exámenes de sangre a mano limpia porque no había guantes.
El gobierno venezolano dice que alrededor de 10 personas mueren anualmente a causa de la malaria en el país; pero Feliz Oletta, un exministro de Salud que ahora dirige la red Defendamos la Epidemiología, su organización contó 80 muertes en 2015.
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