Miles de venezolanos hicieron ayer largas colas pero no como en los últimos tiempos, para comprar alimentos y productos básicos, sino para estampar su firma y activar así el proceso de referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro. «Vine a firmar para acabar con esta anarquía. Faltan medicinas, trabajo, educación, y además el problema eléctrico. Tengo familia en el interior del país y sufren por los cortes», afirmó Miriam Leal, de 54 años.
Con la administración pública paralizada, debido a que Maduro decidió que trabajara sólo lunes y martes para ahorrar energía, y cortes de luz programados de al menos cuatro horas en casi todo el país, la crisis eléctrica se hace más evidente, y encendió algunos focos de violencia. «La situación está muy tensa, hay sectores con hasta 10 horas sin electricidad, esto ha desatado otros malestares», declaró desde Maracaibo, segunda ciudad venezolana (noroeste), Doris Falcón, administradora de un instituto de capacitación.
Protestas y saqueos. En Maracaibo ocurrieron la noche del lunes y martes pequeñas protestas y saqueos aislados en algunos comercios; también hubo ciertos incidentes en un sector de Caracas y en tres ciudades del norte, según reportes de pobladores. «Es un peligro. Esperemos en Dios que esto se solucione», declaró Iris Bracho, cuando acudió a ver los destrozos en su tienda de perfumes, en el centro de Maracaibo. Maduro ordenó a las fuerzas de seguridad evitar desórdenes. «El que intente violencia frente a una circunstancia como esta (…), hay que caerle con todo el peso de la ley porque estaría cometiendo graves crímenes contra la seguridad y la patria», advirtió.
Los apagones —que no se aplican en Caracas— comenzaron el lunes por 40 días para encarar una sequía provocada por el fenómeno El Niño, que tiene al borde del colapso el embalse de la hidroeléctrica Guri, generadora de 70 por ciento de la electricidad del país. Además de la jornada reducida en el sector público, los niños no tendrán clases los viernes, y los centros comerciales y hoteles deben generar parte de la electricidad que consumen, y el domingo se adelantarán 30 minutos los relojes y la hora oficial pasará a -04H00 GMT para aprovechar más la luz del día.
Los cortes han molestado a una población aquejada por la escasez de alimentos y medicinas, alta inflación (180,9 por ciento en 2015) y una violencia delictiva que prácticamente impone toques de queda en sectores de algunas ciudades, incluida Caracas. El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social registró en enero y febrero 1.014 pequeñas protestas en todo el país y 64 saqueos o intentos de saqueo. Maduro atribuye la crisis al derrumbe de los precios del petróleo y a una «guerra económica» de empresarios de derecha para desestabilizar a su gobierno, pero la oposición culpa al modelo socialista. «La convocatoria ha sido masiva, esperamos en pocas horas tener» las firmas necesarias, dijo el líder opositor Henrique Capriles.
1% del padrón electoral. Empeñada en sacarlo del poder, la oposición, mayoría en el Parlamento, recoge las poco más de 195.721 firmas (cerca de 1 por ciento del padrón electoral) que activarán el referendo, tras ser autorizada el lunes a hacerlo por el Consejo Nacional Electoral (CNE), acusado por la oposición de aliado del gobierno. Al llegar a firmar, el ex candidato presidencial Henrique Capriles, quien perdió las elecciones contra Maduro en 2013 por 1,5 puntos, señaló que será un «revocatorio contra la crisis». Si el CNE valida esas primeras firmas, debe autorizar a la oposición a que recolecte luego cuatro millones de rúbricas exigidas para convocar el referendo, el cual removería a Maduro en caso de lograrse un voto más de los 7.587.532 con que fue elegido.
La oposición venezolana teme que el gobierno de Maduro use tácticas dilatorias —sobre todo con el sector público casi paralizado—, para que el referendo no se realice antes del 10 de enero, cuando se cumplen cuatro años del periodo que inició Hugo Chávez y que, tras su muerte en marzo de 2013, está completando Maduro. Si el revocatorio ocurriera después de esa fecha y lo perdiera Maduro, la Constitución prevé que el vicepresidente —nombrado por el propio mandatario— lo reemplace. Si es antes, habría elecciones presidenciales.
“Vayan a cobrar al palacio Miraflores”
El presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento) de Venezuela, el opositor Henry Ramos Allup, aseguró ayer que el Legislativo no recibió del gobierno los fondos para pagar los salarios de este mes de los diputados y trabajadores, por lo que sugirió a los empleados ir al palacio presidencial de Miraflores “a cobrar su sueldo”. Agregó que “si no nos mandan los reales (el dinero), yo no soy Banco Central para emitir dinero inorgánico, yo no soy Ministerio de Hacienda, tranquilamente vayan a cobrar a las puertas de Miraflores”.
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