Un turista estadounidense originario de Utah está entre las tres víctimas mortales del ataque en Londres el miércoles y que ha sido reivindicado por el grupo extremista ISIS.
El estadounidense es Kurt Cochran, quien había llegado a Londres junto a su esposa para celebrar su 25 aniversario de matrimonio, según dijeron su iglesia y su familia. La señora Melissa Cochran, resultó con una pierna y una costilla rotas, y una herida en la cabeza, pero se recuperará.
Las otras dos víctimas mortales son Aysha Frade, de 43 años, maestra con familia en España y el policía Keith Palmer, de 48, quien prestaba vigilancia desarmado a las puertas del Parlamento cuando fue apuñalado por el atacante.
Otras 29 personas fueron hospitalizadas y siete de ellas están en estado crítico. Entre los heridos hay tres policías, varios adolescentes franceses de viaje escolar a la capital británica, dos turistas rumanos y cinco de Corea del Sur.
El sitio de noticias Amaq vinculado ISIS aseguró que un «soldado» del autoproclamado califato llevó a cabo el atentado.
Según la agencia Reuters, el sospechoso ha sido identificado como Khalid Massod, nacido en Gran Bretaña, quien de acuerdo a la primera ministra, Theresa May, ya estaba bajo el radar del MI5 —la inteligencia interior británica— aunque era considerado solo como una «figura periférica».
La policía británica allanó seis propiedades y detuvo a siete personas el jueves por su presunta vinculación con el atacante que mató a tres personas, antes de ser abatido por la policía en los terrenos del Parlamento, en Londres.
Mark Rowley, jefe de la unidad antiterrorista de la Policía Metropolitana, dijo que la búsqueda de personas relacionadas continúa en Londres, Birminghan y otras partes del país. No especificó cómo se relacionan los detenidos con el ataque.
“Sigue siendo nuestra convicción, a partir de nuestra investigación, que el atacante actuó solo», dijo Rowley a los reporteros.
La pesquisa se centra en los motivos, la preparación y las relaciones del hombre que embistió con su vehículo a peatones sobre el puente Westminster antes de estrellarse contra las puertas del Parlamento, escalar la valla y matar a puñaladas a un policía antes de ser abatido por agentes.
May ya había calificado el asalto de «ataque terrorista enfermizo y depravado».
El nivel de amenaza de terrorismo internacional en Gran Bretaña ya era alto, lo que significa que un ataque era «altamente probable».
En declaraciones frente al número 10 de Downing Street tras presidir una reunión del comité de emergencia del gobierno, conocido como COBRA, May dijo que ese nivel no cambiaría, y aseguró que los intentos de derrotar los valores británicos de democracia y libertad a través del terrorismo fracasarán.
Los londinenses y los visitantes —remarcó May— “abordarán sus trenes, saldrán de sus hoteles, caminarán estas calles y seguirán todos adelante juntos, sin ceder nunca ante el terrorismo y sin permitir nunca que las voces de odio y maldad nos dividan”.
Los legisladores regresaron el jueves a sus reuniones normales luego de guardar un minuto de silencio por las víctimas del ataque. Londres está bajo medidas de seguridad extraordinarias con un aumento en la presencia de agentes armados y desarmados.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue uno de los líderes mundiales que ofrecieron sus condolencias.
La capital inglesa ha sido blanco de ataques terroristas varias veces en las últimas décadas. El pasado fin de semana, cientos de policías armados participaron en un simulacro de ataque terrorista en el río Támesis.
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