Acapulco, del estado de Guerrero, una de las zonas más turísticas de México, se ha convertido en una de las ciudades más peligrosas del mundo y este fin de semana sufrió una ola más fuerte de violencia en la cual murieron al menos 11 personas.
Ocho personas fueron asesinadas en varios ataques y otros tres cuerpos fueron hallados en una fosa clandestina del municipio, según informaron las autoridades locales.
Desde hace varios meses este centro turístico se encuentra en medio de una batalla entre células que pertenecieron al grupo de “Beltrán Leyva” y que ahora luchan por el control de la plaza.
El Gobierno mexicano anunció una serie de acciones para “devolver el esplendor” al puerto de Acapulco como centro turístico internacional y volver a posicionarlo como el sitio turístico que alguna vez fue.
El municipio de Acapulco es el más violento de México, con una tasa de homicidios de 104.62 por cada 100 mil habitantes, la más elevada a nivel nacional, según los resultados de un reciente estudio de la ONG Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
Estas muertes de Acapulco -sumadas a las registradas en otros cuatro estados y la capital mexicana- dejó un saldo de al menos 40 fallecidos, en apenas 48 horas, por actos violentos en el país americano.
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