En este año electoral, la población en general está expectante por lo que va a suceder y, además de eso, sobrevuelan debates sobre cuál es el mejor método de sufragio a adoptar y proyectarlo a futuro.
Por primera vez los ciudadanos de la Ciudad de Buenos Aires podrán utilizar el sistema de voto electrónico para elegir los representantes en las elecciones primarias y eso trae aparejado distintos cuestionamientos sobre si es el mecanismo más apropiado en cuanto a transparencia o si, por el contrario, esto puede ocasionar más fraudes aún que el sistema convencional. Los opositores se preguntan realmente los motivos detrás de querer implementarlo ya que, según ellos, esta reforma política puede esconder algún otro tipo de interés -por ejemplo direccionar los votos- y tampoco consideran que haya un problema de fondo que se solucionaría con la aplicación de este sistema.
Hace 10 años que se utilizó por primera vez el voto electrónico en algunas ciudades de la provincia de Buenos Aires y hubo otras experiencias en las provincias del interior. En el año 2011 Salta fue la primera que aplicó este sistema en su totalidad. Según el Director Nacional Electoral, el Dr. Alejandro Tullio, la experiencia fue muy positiva desde todas las perspectivas que se deben tener en cuenta a la hora de evaluar una elección. “El éxito salteño no tiene secretos, buena tecnología, buena organización y mucho pero mucho trabajo”, expresó el funcionario en declaraciones a La Gran Época.
La Gran Época estableció un contrapunto entre distintos profesionales y expertos en la materia sobre los diferentes procedimientos de sufragio y las posibilidades de replicar el voto electrónico en un futuro próximo en toda la Argentina.
Desafíos para implementar el voto electrónico
Dr. Alejandro Tullio (Director Nacional Electoral)
Implementar el voto electrónico o alguna de sus variables requiere de: gradualidad, profesionalismo en los órganos electorales, empresas confiables y expertas, planificación oportuna, capacitación adecuada de ciudadanos, autoridades de control, partidos políticos y legislación garantista.
Ma. Inés Tula (Investigadora de CONICET)
El principal desafío para aplicarlo a nivel nacional no es solamente una legislación fuerte que tenga que ver con contar con delitos informáticos y delitos penales que deriven del voto electrónico, sino de contar con toda una infraestructura que lo haga posible, como una red de comunicaciones que sea controlada, segura, con todo lo que tiene que tener una elección general. Después tiene que ver con la capacitación a todos los actores involucrados, no solamente los partidos políticos sino también a las autoridades electorales y por supuesto los votantes, o sea que si estamos hablando de la incorporación del voto electrónico a nivel nacional tenemos que pensar a largo plazo, nunca de un día para otro porque esto exige tiempo de adaptación.
Creo que progresivamente seguiremos incorporando tecnologías al proceso electoral
(Dr. Alejandro Tullio – Director Nacional Electoral)
Dr. Alejandro Prince (Director Prince Consulting)
El principal desafío de implementar el voto electrónico en Argentina es de cultura política, no económico ni tecnológico.
Para muchos partidos tradicionales, el sistema como está, resulta más entendible y “manejable”. Para los niveles inferiores de la política, punteros y otros, el voto electrónico les aparece como la pérdida de su relativo poder local. No hay una demanda manifiesta o insatisfecha por el voto electrónico ni de parte de la población ni de la clase política. Es un fenómeno o posibilidad que algunos proponemos y promovemos desde hace más de una década pensando en sus potenciales ventajas.
Beatriz Busaniche (Fundación Vía Libre)
El principal desafío es tener una planificación adecuada y un análisis profundo y sólido de la necesidad que se pretende subsanar. Lamentablemente, todas las implementaciones que se están haciendo apuntan a traer «modernidad, transparencia y rapidez» pero son muy poco claras las cuestiones centrales de las implementaciones. No hay un problema claro a resolver y por lo tanto, no se sabe si la «solución» adoptada es la correcta.
La posibilidad de fraudes
Dr. Alejandro Tullio
Todo mecanismo electoral es susceptible de distorsiones si no hay control, éste varía de acuerdo a la complejidad del mecanismo de votar. En el caso argentino, votar con boletas partidarias implica una tecnología básica, fácilmente controlable, por lo que el control está muy extendido lo que baja las posibilidades de fraude a casi nulas; en el caso de las boletas con múltiples candidatos y marcas, cuanto más complejas mayor necesidad de contralor y mayor vulnerabilidad; en el caso del voto electrónico es necesario auditar los dispositivos de votación, el software de votación y el software de totalización o escrutinio, pero ya hay técnicas de control desarrolladas tanto para el control previo como el posterior. En cualquier caso, en los países donde se verifican fraudes la constante es la debilidad institucional tanto de los Órganos Electorales como de los Partidos Políticos, aquí eso no podría pasar.
María Inés Tula
Lo importante en el control de un proceso electoral, a diferencia del voto con papel, está en lo que precisamente no ves, porque en un procedimiento tradicional el día del acto electoral están los fiscales que son los que controlan la identidad del elector y también que cada votante introduzca en la urna el voto de manera ordenada. Con las urnas electrónicas que almacenan información, es mucho más difícil el control porque ahí ya no tenés una urna tradicional con papeles y con boletas sino que tenés un chip que va almacenando esa información, por lo tanto este podría ser adulterado si no se hicieran mecanismos de auditoria previos, el software también podría haber sido manipulado direccionando los votos de un candidato hacia otro y sobre todo después que pasa con ese chip que es tan chiquito, que puede ser fácilmente manipulable, no es lo mismo escaparse con una caja que tiene 500 votos que con un chip que te lo podés meter en tu bolsillo y cambiarlo.
No es lo mismo escaparse con una caja que tiene 500 votos que con un chip que te lo podés meter en tu bolsillo y cambiarlo
(Ma. Inés Tula – Investigadora CONICET)
Dr. Alejandro Prince
Si el llamado voto electrónico se implementa en su opción de voto presencial, con impresión de boleta (método Mercuri) que queda en una urna física, así como al mismo tiempo el voto es electrónicamente imputado (por pantalla táctil u otro medio), tenemos los beneficios de ambos mundos físico y digital. Auditar, votos en papel, en un control por excepción a pedido o aleatorio no cambia nada. No requiere nuevas habilidades especiales ni costos adicionales y asimismo permitiría cotejarlo con el ticket de resumen total de los votos emitido por la urna electrónica al final del acto. La transmisión desde cada mesa o local de votación y el conteo final de votos siguen del mismo modo que hoy se hace. Lo digital no se trata de reemplazar lo físico sino de complementarlo, de tener nuevas opciones híbridas y mejoradas que toman de cada mundo lo mejor. No uno u otro. Obviamente, para auditar previamente y posteriormente urnas seleccionadas y el software utilizado, los partidos y otros observadores u ONGs deberían enviar a sus especialistas. Un fraude masivo sería un complot difícil de implementar (no hablo de lo técnico) y más aún de conservar en secreto.
Beatriz Busaniche
La gran diferencia entre un sistema y otro es la escala. Para hacer fraude en una mesa donde se vota en papel y que ese fraude sea significativo y redunde en, por ejemplo, dar vuelta una elección reñida, hace falta contar con la connivencia y la complicidad de muchos actores. El fraude en el sistema actual de papeletas es posible, pero demanda muchos recursos y para que sea significativo debe ser enorme.
En cambio, en un sistema de voto electrónico, la cantidad de personas que deben estar en connivencia se reduce considerablemente, ya que el mero hecho de instalar software malicioso que modifique el resultado hace que la escala sea enorme y las posibilidades de auditar sean mínimas.
Hoy es un tema de voluntad política, de decisión, que debería ser con amplio debate y consenso de los partidos y expertos
(Dr. Alejandro Prince – Director Prince Consulting)
Por otro lado, con el sistema de voto electrónico, probablemente sólo haga falta manejar las acciones de la empresa proveedora de los servicios o tener una buena relación política con ella.
Perspectivas de implementarlo a futuro a nivel nacional
Dr. Alejandro Tullio
Creo que progresivamente seguiremos incorporando tecnologías al proceso electoral y no puede descartarse una reforma legal en materia electoral para incorporar estas formas de votar. Por supuesto que será, una vez que un número suficiente de provincias lo hayan adoptado. Sinceramente creo que, con todo lo que implica, hemos reformado aspectos más importantes como las primarias o el régimen de campañas por lo que la forma de votar es un paso más en el camino de la modernización electoral.
Ma. Inés Tula
Proyectos de ley en la cámara de diputados hay bastantes, modificar la ley no sería un problema, sino que éste estaría dado por una complicación en elecciones generales porque la Argentina, al ser un país federal, cada provincia de acuerdo a sus constituciones puede elegir también desdoblarse si la ley lo admite o en algunos casos es una facultad del gobernador. Habría que armonizar las leyes, ese sería el primer inconveniente a nivel práctico. Por otro lado tenés que preguntarte para qué querés voto electrónico, qué es lo que va a modificar y sobre todo cómo va a impactar, y preguntarse qué problemas tenés ahora que el voto electrónico lo soluciona y sobre todo si esta incorporación no te va a traer más problemas que antes.
El mero hecho de instalar software malicioso que modifique el resultado hace que la escala sea enorme
(Beatriz Busaniche – Fundación Vía Libre)
Dr. Alejandro Prince
La normativa puede modificarse y de hecho en casi cada elección nacional se la modifica. Hoy es un tema de voluntad política, de decisión, que debería ser con amplio debate y consenso de los partidos y expertos. Mañana puede ser una demanda social, y pasado, puede ser que sea algo tarde.
Beatriz Busaniche
Esa posibilidad siempre existe, aunque no parece estar en el mapa en un escenario de corto y mediano plazo. El oficialismo que tiene actualmente mayoría en ambas cámaras no tiene esta idea en su agenda. Sin embargo, siempre es posible modificar las normas electorales con un cambio en las relaciones de fuerza del congreso. Hay diversos proyectos que lo promueven y algunos de los principales referentes de la oposición hoy son impulsores acríticos de estos sistemas, por lo que cabe esperar que haya intentos de impulsar algo así a nivel nacional.
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