La Zona Muerta del Golfo de México en 2015 es casi un 30% más grande que en 2014. Las cifras son alarmantes, considerando que la Agencia Nacional Atmosférica y Oceanográfica de Estados Unidos (NOAA) advirtió el año pasado un nuevo crecimiento por la contaminación de fertilizantes de la agricultura, que se vierten desde el río Misisipi.
“Esto indica que los nutrientes de la cuenca del río Misisipi continúan afectando a los recursos y los hábitats costeros de la nación en el Golfo”, declaró el equipo de NOAA el 4 de agosto.
La Zona Muerta del Golfo es definida como la parte de mar “que tiene poco o nada de oxígeno,y es capaz de matar a los peces y la vida marina”, agregó en su informe.
En junio de 2015 se registraron 6.474 millas cuadradas, equivalentes a unos 16.760 kilómetros cuadrados, cifra muy superior a los 5.052 millas cuadradas del año pasado (13.000 kilómetros cuadrados).
Los investigadores advirtieron que las zonas muertas, también llamadas zonas de hipoxia, son causadas por la escorrentía de nutrientes de las actividades humanas agrícolas y de otro tipo en la cuenca y están altamente influenciadas por la descarga de nitrógeno al río.
“Estos nutrientes estimulan un crecimiento excesivo de algas que se hunden, se descomponen, y consumen el oxígeno necesario para mantener la vida en el Golfo”, agrega el informe.
“La entrega de nutrientes desde la cuenca del río Misisipi-Atchafalaya (MARB) hasta el Golfo de México ha sido identificada como uno de los factores principales que controlan el tamaño de la zona hipóxica que se forma en el norte del Golfo de México cada verano en los últimos años, desde 1985”, destacó a su vez el Servicio Nacional de Geofísica (USGS), quien publicó una tabla de datos con las cantidades que se liberaron.
Los valores reflejan una falta de voluntad por disminuir sistemáticamente la liberación de estos productos que son tóxicos para el ambiente marino.
En junio del año pasado, el sitio de Internet Planet Natural, destacó que la razón del elevado uso de fertilizantes era por los cultivos de maíz modificados genéticamente, que luego se exportan como etanol, jarabe de maíz y otros subproductos para la fabricación de alimentos procesados.
Nancy Rabalais, directora ejecutiva del Consorcio Marino de las Universidades de Louisiana, que dirigió entre el 28 julio y el 3 de agosto las mediciones de la Zona muerta del Golfo de México, desde un crucero, dijo que en mayo se habían recibido datos de una liberación crítica de nutrientes, por lo que los resultados visibles eran de esperarse. Aún así se habían pronosticado cifras menores, sin embargo las lluvias de junio ayudaron a lavar más cantidad de este nitrógeno al río.
Hasta la fecha, la mayor extensión se evidenció en 2002, con 8.497 millas cuadradas, y la menor, en 1988, con 15 millas cuadradas.
El equipo de NOAA recuerda que las metas establecidas eran reducir la hipoxia a 1900 millas cuadradas, sin embargo en los últimos años se mantiene sobre los 5 mil kilómetros cuadrados y, además, está creciendo.
La zona hipóxica de la costa de Louisiana y Texas, formada cada verano, está a su vez amenazando el ecosistema que soporta valiosas pesquerías comerciales y recreativas del Golfo.
Las vidas que no mueren se están desplazando, entre ellos camarones y la corvina, pero lo que encuentran son ambientes más hostiles para reproducirse.
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