El presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, firmó el viernes una controvertida ley que introduce la obligación de vacunarse contra el COVID-19 para todos los adultos y que incluye multas.
Aquellos que no tengan una prueba de vacunación o exención se enfrentan a una multa inicial de 600 euros (680 dólares) y a multas adicionales de hasta 3600 euros (4100 dólares). Los individuos pueden ser multados hasta cuatro veces al año, y la ley durará hasta enero de 2024.
Van der Bellen promulgo la ley después de que el Parlamento la aprobara el jueves, según informó su oficina en un comunicado a los medios de comunicación. La ley entrará en vigor el sábado, según su oficina.
Las mujeres embarazadas y las personas que no pueden ser vacunadas porque podrían perjudicar su salud están exentas del mandato. También están exentas las personas que se hayan recuperado recientemente del COVID-19, causado por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), en un plazo de 180 días, según los detalles de la ley.
Según la ley, cualquier persona de 18 años o más tiene que vacunarse. También tienen que recibir refuerzos cuando sean elegibles.
«El mandato de vacunación no nos ayudará inmediatamente a interrumpir la ola de ómicron, pero ese no era el objetivo de esta ley», dijo el jueves el ministro de Sanidad austriaco, Wolfgang Mueckstein, antes de que la cámara alta del Parlamento aprobara el plan. «El mandato de la vacuna debería ayudar a protegernos de las próximas olas, y sobre todo de las próximas variantes».
En marzo, la policía austriaca empezará a comprobar el estado de vacunación de las personas durante los controles de tránsito y de las restricciones por el COVID-19, según la ley. Las personas que no puedan presentar una prueba de vacunación se les pedirá por escrito que lo hagan y se enfrentarán a multas.
Los políticos de la oposición, entre los que se encuentra el líder del Partido de la Libertad de Austria, Herbert Kickl, dijeron que la norma representa «una época poco gloriosa para el Estado de Derecho y los derechos y libertades fundamentales de los austriacos», según Die Presse.
«No veo realmente el valor añadido del mandato de vacunación en este momento», dijo Gerald Gartlehner, epidemiólogo de la Universidad del Danubio de Krems. La naturaleza altamente infecciosa de la variante ómicron y los síntomas más leves han demostrado ser un gran cambio en la pandemia, dijo, añadiendo que gran parte de la población ya tiene inmunidad a través de una infección o vacunación anterior.
Mientras tanto, en Alemania, los miembros del Parlamento están debatiendo la posibilidad de considerar también una vacuna obligatoria para todos los adultos.
Pero en el resto de Europa, algunos países han empezado a abandonar las órdenes relacionadas con el COVID-19, incluida la obligatoriedad de las vacunas. Dinamarca, por ejemplo, levantó todas sus restricciones de COVID-19 el martes y Suecia hará lo mismo el 9 de febrero.
«Al mismo tiempo que las infecciones se disparan, [el número de] pacientes ingresados en cuidados intensivos [está] bajando», dijo Soren Brostrom, director general de la Autoridad Sanitaria de Dinamarca, en una entrevista con CNN. «Ahora mismo hay unas 30 personas en camas de la UCI con un diagnóstico de COVID-19, de una población de 6 millones».
Con información de The Associated Press.
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