Beijing maneja grupos estudiantiles chinos para atacar la libertad de expresión en campus de EE.UU.

Por Cathy He
04 de Enero de 2021 5:16 PM Actualizado: 04 de Enero de 2021 5:16 PM

Las actividades encubiertas del régimen chino en las universidades estadounidenses han atraído cada vez más atención y preocupación, al tiempo, la administración Trump realiza una la campaña para detener las actividades de Beijing que buscan subvertir a Estados Unidos.

El año pasado Estados Unidos se enfocó en las actividades de robo a las investigaciones estadounidenses por parte de Beijing y procesó a académicos que ocultaban sus vínculos con China. Se prohibió la entrada a estudiantes graduados, afiliados al ejército chino, y se apuntó a científicos militares chinos encubiertos que trabajan en universidades estadounidenses.

Mientras tanto, el consulado chino de Houston fue cerrado en julio, cuando la administración Trump afirmó que el puesto diplomático era una base para los trabajos de reclutamiento chino a científicos locales. Estos programas han sido criticados por funcionarios estadounidenses debido a que incentivan a sus participantes a transferir tecnología y conocimientos técnicos estadounidenses a China.

Más recientemente, la administración instó a las universidades estadounidenses a revisar sus asociaciones con los Institutos Confucio, los cuales son financiados por Beijing, diciendo que difunden propaganda china y ejercen una influencia maligna en los campus universitarios.

Pero una faceta de las actividades de influencia del régimen, que ha llamado menos la atención, es cómo despliega las Asociaciones de Estudiantes y Académicos Chinos (CSSA) para controlar a los estudiantes chinos y suprimir la libertad de expresión en los campus universitarios.

Si bien estos grupos de estudiantes, con filiales en más de 100 universidades estadounidenses, ofrecen una salida social para los estudiantes chinos que se adaptan a la vida en un país extranjero, los analistas dicen que estas organizaciones también tienen una función más insidiosa: promover los intereses del régimen comunista chino en la academia estadounidense.

“Los CSSA son una rama de un árbol muy poderoso, cuyo centro es la recopilación de inteligencia, el espionaje y la propaganda del Partido Comunista Chino”, dijo Jacob Kovalio, profesor asociado de historia asiática en la Universidad Carleton de Canadá.

Controlados por los consulados

Los CSSA forman parte de las actividades de influencia, en expansión, de Beijing en el extranjero, las cuales se llevan a cabo bajo el comando del Departamento de Trabajo del Frente Unido (UFWD) del Partido Comunista Chino (PCCh). El Departamento coordina miles de grupos que llevan a cabo operaciones de influencia política extranjera, reprimen movimientos disidentes, recopilan inteligencia y facilitan la transferencia de tecnología a China, según analistas.

El PCCh ha trabajado durante décadas en países occidentales como Estados Unidos para “difundir la ‘bondad’ del régimen y, al mismo tiempo, establecer importantes canales de propaganda directa entre algunos inmigrantes chinos”, dice Kovalio.

Los CSSA son supervisados por los consulados chinos locales, dijo, y agregó que los grupos son un “vehículo importante” a través del cual Beijing transmite su propaganda en los campus estadounidenses, al tiempo que suprime los discursos que critican al régimen comunista.

Muchos CSSA dicen abiertamente o han declarado anteriormente que están dirigidos, apoyados o financiados por los consulados chinos locales.

Por ejemplo, la carta constitutiva de la CSSA de la Universidad de Saint Louis, en Missouri, dice que la organización está bajo el “liderazgo y apoyo directos” de la embajada y el consulado chino en Chicago. La CSSA de la Universidad de Tennessee, en su estatuto (que ha sido retirado de la red), dijo que la organización recibió fondos de la embajada china.

El control del consulado chino sobre Southwestern CSSA, un grupo que abarca 26 universidades de la región, es aún más flagrante. Su estatuto dice que los candidatos presidenciales de CSSA deben ser aprobados por el consulado chino en Los Ángeles. También dice que el grupo recibe instrucciones del consulado y lo designa como un punto de contacto en su sitio web.

El control del régimen chino sobre las CSSA no es un fenómeno reciente. Frank Xie, ahora profesor asociado en la Escuela de Administración de Empresas de la Universidad de Carolina del Sur-Aiken, llegó en 1986 a la Universidad Purdue, en Indiana, como estudiante de doctorado en química. Xie se sorprendió cuando descubrió que la CSSA estaba “estrictamente controlada” por el consulado chino en Chicago.

“No esperaba eso en una sociedad libre. El régimen de China todavía te controla tan estrictamente”, dijo Xie. “No estaba contento con esto”.

Xie comenzó a presionar por reformas en la CSSA y finalmente se convirtió en vicepresidente. Dos años después, encabezó un “golpe” para cortar el control del consulado. Después de que el club se independizó, el consulado terminó con la financiación y con otros apoyos que recibían, dijo.

Fue entonces cuando Xie se dio cuenta de que el consulado había enviado estudiantes chinos para espiarlo a él y a otros estudiantes prodemocracia del campus.

“Estaban reportando nuestras identidades, nuestras actividades al consulado”, dijo Xie.

El profesor dijo que después de la sangrienta represión de los estudiantes prodemocráticos en la Plaza de Tiananmen, por parte del régimen en junio de 1989, los estudiantes chinos en Estados Unidos, en solidaridad con los manifestantes, tomaron el control de todas las CSSA en todo el país, independizándose de los consulados. Pero a medida que esa cohorte de estudiantes chinos se graduó, los grupos volvieron a caer en manos del PCCh, dijo Xie.

Desde entonces, el régimen ha “perfeccionado este esquema de control e influencia” sobre los estudiantes chinos en el país, dijo. Los estudiantes chinos saben que los CSSA y los consulados los vigilan, y que las autoridades pueden amenazar a sus familiares en casa si expresan públicamente puntos de vista que no coinciden con los puntos de vista de Beijing.

“Constantemente tienen este miedo”, dijo Xie.

En 2017, la estudiante china, Yang Shuping, sintió la ira del régimen chino después de elogiar “el aire fresco de la libertad de expresión” que se encuentra en Estados Unidos, pero que no se disfruta en casa, durante su discurso de graduación en la Universidad de Maryland. Eso provocó una violenta reacción de la CSSA de la escuela y de otros estudiantes chinos y cibernautas, quienes dijeron que sus comentarios eran traidores; finalmente se vio obligada a disculparse públicamente.

The Epoch Times informó en 2018 que una estudiante china de 20 años, de la Universidad Carnegie Mellon en Pensilvania, fue convocada a una reunión con miembros de la Asociación de Estudiantes Chinos de la universidad. La reunión se realizó porque la estudiante criticó la promoción de un videojuego violento tras el mortal tiroteo en la sinagoga de Pittsburgh, la promoción la hizo la asociación y la crítica de la estudiante se publicó en un grupo de chat privado de WeChat. WeChat es una popular plataforma de redes sociales china.

Los miembros le advirtieron que no generara problemas y le exigieron una disculpa por sus comentarios, diciéndole: “No se puede hablar de esta manera en el círculo de sus amigos”, dijo la estudiante.

Cadena de escándalos

Las CSSA en Estados Unidos y en otros lugares han generado repetidas críticas por sus intentos de cancelar eventos o discursos organizados por grupos disidentes en el extranjero, incluidos tibetanos, musulmanes uigures y practicantes de Falun Gong.

En 2017, cuando estaba programado que el líder espiritual tibetano, Dalai Lama, hablara en la Universidad de California en San Diego, la CSSA dijo en una publicación en las redes sociales que había pedido al consulado chino en Los Ángeles instrucciones sobre cómo detener el evento.

En septiembre de 2019, la Universidad McMaster de Canadá prohibió su CSSA, citando la violación por parte del club de una regla que prohíbe la conducta que pone en riesgo la seguridad de las personas. La medida se tomó meses después de que la CSSA protestara por un evento de derechos humanos, en el campus, en el que se discutió la persecución del régimen a los musulmanes uigures en la región de Xinjiang.

El consulado chino en Toronto había pedido a los estudiantes que informaran sus impresiones sobre la reunión, también pidió a la CSSA que se quejara del evento a los funcionarios de la universidad, según los chats grupales de WeChat vistos por The Epoch Times en ese momento.

Pero muchos de los esfuerzos de las CSSA, para reprimir la discusión abierta, no se reportan. Xie relató un incidente que ocurrió alrededor de 2004, cuando enseñaba en la Universidad Drexel de Pensilvania. Allí, conoció el club económico de estudiantes chinos en la Universidad de Pensilvania y ayudó a la prominente economista, He Qinglian, para que diera un discurso a estudiantes chinos en el campus. La economista, colaboradora de The Epoch Times, es conocida por sus críticas a la economía y al sistema político de China.

Sin embargo, el presidente del club fue presionado para descartar el evento, dijo Xie, y finalmente lo canceló. Si bien el presidente no quiso reconocer quién lo estaba presionando, el profesor dijo que era obvio que era obra de la CSSA o del consulado chino.

Las CSSA también se han relacionado con actividades de espionaje. A mediados de la década del 2000, la CSSA de una universidad belga actuó como fachada de espionaje industrial para China, según el periódico francés, Le Monde.

En otro caso de la década de 1990 y principios de la década del 2000, los funcionarios de inmigración canadienses acusaron a Yong Jie Qu, líder de una asociación de estudiantes chinos en la Universidad de Concordia, por participar “en actos de espionaje y subversión”. Las autoridades dijeron que Yong identificó a los estudiantes prodemocracia y entregó información sobre ellos a la embajada china.

Omid Ghoreishi y Joshua Philipp contribuyeron a este artículo.

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