La prevalencia de una nueva variante del virus que causa COVID-19 probablemente no hará que Estados Unidos vuelva a cerrarse, dijo el viernes el presidente Joe Biden.
«No lo creo, porque muchas personas ya se vacunaron», dijo Biden en la Casa Blanca, cuando le preguntaron por esa posibilidad.
«Pero la variante Delta puede provocar la muerte de más gente en zonas donde las personas no han sido vacunadas», añadió. «Así que, no, este no es un cierre, pero algunas zonas se verán muy perjudicadas».
Estados Unidos entró en un período de confinamiento casi nacional en la primavera de 2020 debido a la pandemia de COVID-19. Desde entonces, todos los estados, así como el gobierno federal retiraron restricciones, aunque algunos mantienen ciertas normativas a pesar de la caída de las cifras de COVID-19, tanto en el promedio de casos diarios como en las cifras de pacientes en los hospitales.
COVID-19 es la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
Las autoridades sanitarias dicen que los cierres ayudaron a mantener la seguridad de las personas al distribuir las infecciones a lo largo del tiempo, evitando la sobrecarga de los hospitales, excepto en la ciudad de Nueva York. De otra parte algunos expertos afirman que la estrategia tuvo consecuencias no deseadas, y a su vez muchos indican que las duras medidas provocaron un aumento del desempleo, el cierre generalizado de empresas y un incremento de los problemas de salud mental.
A lo largo de la pandemia surgieron múltiples variantes del virus. Los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades consideran que la variante Delta, que se detectó por primera vez en India, es una «variante preocupante«. Las autoridades sostienen que esta variante puede provocar un aumento de la transmisibilidad del virus, así como una posible reducción de la eficacia de los tratamientos con anticuerpos monoclonales y la vacunación.
«Es más transmisible que la variante Alfa, o la variante británica, que tenemos aquí», dijo la doctora Rochelle Walensky a ABC News en una entrevista para el programa Good Morning America. «Nosotros vimos que rápidamente se convirtió en la cepa dominante en un período de uno o dos meses, y yo anticipo que eso va a estar ocurriendo con la cepa Delta aquí».
Las vacunas COVID-19 existentes no han mostrado una significativa disminución en la protección contra los virus por lo que las autoridades siguen utilizando la presencia de las variantes para animar al público a vacunarse.
«Nuestras vacunas funcionan. En este momento están funcionando», dijo Walensky, añadiendo que estar completamente vacunado protegerá a la gente contra la nueva variante.
El Dr. Anthony Fauci, uno de los máximos responsables de salud estadounidense, dijo a los periodistas en una reciente sesión informativa que la mejor manera de evitar que la variante se convierta en la cepa dominante es conseguir que más personas se vacunen.
Biden estuvo en Washington para reconocer que se habían administrado 300 millones de dosis de vacunas en Estados Unidos en un período de 150 días.
«Es un hito importante que no ha ocurrido por sí solo o por casualidad. Hizo falta el ingenio de los científicos estadounidenses, toda la capacidad de las empresas estadounidenses y una respuesta de todo el gobierno federal, estatal, tribal y local», dijo Biden.
La «respuesta en tiempos de guerra» condujo a este importante logro, que incluye que el 65 por ciento de los adultos estadounidenses reciban al menos una vacuna, añadió.
Dos de las tres vacunas autorizadas para uso de emergencia en Estados Unidos requieren dos dosis.
El expresidente Donald Trump se pronunció sobre el tema el viernes, señalando que su administración vertió dinero en el desarrollo de las vacunas y en los tratamientos contra el COVID-19.
«Cuando Biden trata de atribuirse el mérito de la distribución de vacunas, un sistema de distribución que fue creado por la administración Trump, debería recordar que si yo no hubiera comprado, muy pronto, miles de millones de dólares en vacunas, frascos, agujas y todo lo que conlleva, él y su administración no habrían estado vacunando hasta octubre o noviembre de este año», dijo Trump, añadiendo que «sin la operación Warp Speed de la administración Trump, estarían muriendo millones de personas en todo el mundo, que en cambio ahora se salvarán”.
Biden a su vez exhortó a la población a vacunarse. Él y otros funcionarios federales afirman que esa es la mejor manera de obtener protección contra el COVID-19, pese a que un creciente conjunto de investigadores apoya la teoría de que las personas obtienen su inmunidad natural cuando se recuperan de la enfermedad.
«Los datos son claros, si uno no está vacunado corre el riesgo de enfermar gravemente, morir o contagiar. Las personas que enferman gravemente y son hospitalizadas debido a COVID-19 son las que no han sido completamente vacunadas. La nueva variante dejará a las personas no vacunadas aún más vulnerables que hace un mes», dijo Biden.
«Este es un problema serio, especialmente por lo que los expertos denominan la variante Delta. Es una variante que se transmite más fácilmente, es potencialmente más mortal y es especialmente peligrosa para los jóvenes. Pero la buena noticia es que tenemos la solución. La ciencia y los datos son claros: la mejor manera de protegerse contra estas variantes es vacunarse completamente”.
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