El presidente Joe Biden ordenó el jueves que los trabajadores federales se vacunen contra el COVID-19.
La nueva orden ejecutiva elimina la opción de que los trabajadores y contratistas decidan no vacunarse.
La Casa Blanca dijo en un documento que Biden había firmado la orden.
El contenido de la orden aún no se ha hecho público.
La exigencia tendrá «excepciones limitadas por razones legalmente reconocidas como la discapacidad o las objeciones religiosas», dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, a los periodistas en Washington.
Los trabajadores federales tendrán aproximadamente 75 días para vacunarse completamente.
«Si un trabajador federal no cumple, pasará por el proceso estándar [de recursos humanos], que incluye asesoramiento, y se enfrentará a una acción disciplinaria, a una acción disciplinaria progresiva. Cada agencia va a trabajar con los empleados para asegurarse de que entienden los beneficios de la vacunación, y cómo las vacunas son gratuitas, fáciles y ampliamente accesibles. Pero se empezará a aplicar una vez que se firme la orden ejecutiva», dijo Psaki.
El COVID-19 es la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
Anteriormente, Biden ordenó la vacunación contra el COVID-19, pero permitió que los trabajadores que no lo desearan siguieran sin vacunarse. Sin embargo, a esos trabajadores, y a los contratistas, se les exigía que usaran mascarilla, se sometieran a pruebas periódicas para detectar el virus y se distanciaran físicamente.
Posteriormente, Biden instó a las empresas privadas a exigir la vacunación contra el COVID-19 e imponer «requisitos estrictos» a las que no lo hicieran.
Varios organismos federales ya han impuesto la vacuna contra el COVID-19, entre ellos el Departamento de Asuntos de los Veteranos y el Pentágono.
En Estados Unidos se están administrando tres vacunas. Dos, de Moderna y Johnson & Johnson, se están administrando bajo autorización de uso de emergencia. La tercera, de Pfizer, está técnicamente aprobada, pero las dosis aprobadas aún no están disponibles.
Everett Kelley, el presidente de la Federación Americana de Empleados del Gobierno, que se describe a sí misma como el mayor sindicato de empleados federales, que representa a 700,000 trabajadores del gobierno federal y de D.C. en todo el país, dijo en una declaración enviada por correo electrónico que el sindicato apoya que sus miembros reciban la vacuna COVID-19, pero que cambios como los de la orden «deben ser negociados con nuestras unidades de negociación cuando sea apropiado» porque «los trabajadores merecen una voz en sus condiciones de trabajo».
«Ninguna de estas posiciones ha cambiado. Esperamos negociar este cambio antes de su implementación, e instamos a todos los que puedan vacunarse hacerlo tan pronto como puedan», dijo Kelley.
Psaki habló varias horas antes de que Biden pronunciara un discurso sobre los próximos pasos de su administración para hacer frente a la pandemia de COVID-19.
Tenía previsto anunciar una serie de medidas, entre las que se incluye la exigencia de vacunar al personal de los programas educativos gestionados por el gobierno federal, como Head Start, y el envío gratuito de pruebas rápidas de COVID-19 a domicilio a los bancos de alimentos y los centros de salud comunitarios.
«Nuestro objetivo general aquí es reducir el número de estadounidenses no vacunados —hay, por supuesto, 80 millones de estadounidenses no vacunados en este momento, queremos reducir ese número— disminuir las hospitalizaciones y las muertes, y permitir que nuestros niños vayan a la escuela de forma segura. Y, por supuesto, mantener nuestra economía fuerte. Así que lo que van a escuchar es una serie de requisitos adicionales», dijo Psaki. «Algunos de ellos ya han salido a la luz: formas adicionales en las que va a ampliar el acceso a las pruebas, que es una forma clave en la que podemos asegurar que reducimos la propagación del COVID, y formas en las que vamos a trabajar con los estados y las comunidades para implementar estas propuestas».
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