El presidente de EE.UU., Joe Biden, está buscando una reunión con el líder comunista chino, Xi Jinping, para discutir los sucesos relacionados con el derribo de un globo espía chino por parte de Estados Unidos, a principios de este mes, y reanudar las relaciones normales con China.
Biden ordenó que el globo fuera derribado cuando ingresó al espacio aéreo sobre los Estados Unidos continentales cerca de la frontera entre Idaho y Montana el 31 de enero. El Pentágono optó por recopilar inteligencia del globo y finalmente esperó hasta el 4 de febrero para derribarlo en la costa de Carolina del Sur.
“Espero hablar con el presidente Xi, y espero que lleguemos al fondo de esto”, dijo Biden durante una conferencia de prensa el 16 de febrero.
“Pero no me disculpo por derribar ese globo”.
El Partido Comunista Chino (PCCh), que gobierna China como un estado de partido único, cerró las comunicaciones militares de alto nivel con Estados Unidos después del incidente y se negó a aceptar llamadas del secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin.
A pesar de las obstrucciones, la administración Biden ha prometido mantener abiertas todas las líneas de comunicación con China y busca continuamente volver a involucrar al poder comunista para evitar un mayor empeoramiento de las relaciones entre los dos poderes.
“Este episodio subraya la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación entre nuestros diplomáticos y nuestros militares profesionales”, dijo Biden.
“Nuestros diplomáticos se involucrarán más y me mantendré en comunicación con el presidente Xi”.
Con ese fin, Biden dijo que Estados Unidos continúa con los esfuerzos para involucrar a China y buscar relaciones normales entre los dos países.
Hasta ahora, la administración Biden ha adoptado una respuesta relativamente suave por la violación al espacio aéreo de EE.UU., optando por sancionar a seis entidades relacionadas con el programa militar de globos espía de China.
Asimismo, China ha emitido sanciones, en gran parte simbólicas, a los dos mayores fabricantes de defensa de Estados Unidos, Lockheed Martin y Raytheon.
A principios de mes, la administración reconoció que el programa de globos espía de China había estado en desarrollo durante años y estaba dirigido a 40 naciones en los cinco continentes, incluidos los “aliados y socios más cercanos” del país.
A pesar de esto, subrayó Biden, la administración todavía no cree que esté en una guerra fría con el PCCh.
“También continuaremos interactuando con China, como lo hemos hecho durante las últimas dos semanas”, dijo Biden.
“Como he dicho desde el comienzo de mi administración, buscamos la competencia, no el conflicto, con China. No estamos buscando una nueva Guerra Fría”.
El gobierno de Biden busca normalizar las relaciones con China
Los comentarios de Biden parecen estar en línea con una postura política más amplia, aunque no oficial, adoptada por la administración, que busca mejores lazos con China a pesar de la creciente agresión del régimen.
De hecho, a lo largo de la semana, varios funcionarios de la administración Biden han subrayado que no plantearán ninguna penalización política por la incursión del globo espía chino.
Hablando con Politico el 14 de febrero, la vicepresidenta Kamala Harris dijo que no veía ninguna razón por la cual la violación al espacio aéreo de EE.UU. por parte del globo espía chino debería interferir con la diplomacia más amplia entre EE.UU. y China.
Cuando se le preguntó directamente si el incidente debería afectar las relaciones diplomáticas, Harris dijo simplemente: “No lo creo, no”.
“Creemos que todo lo que sucedió en la última semana y media es muy consistente con nuestro enfoque declarado”, agregó Harris en defensa de la toma de decisiones de la administración.
Asimismo, la subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, dijo el 15 de febrero que Estados Unidos buscaría evitar una guerra fría y que el gobierno tenía toda la intención de enviar al secretario de Estado, Antony Blinken, a China, un viaje que antes se había postergado a raíz de la violación de China al espacio aéreo de EE.UU.
“Nuestras comunicaciones no se han detenido”, dijo Sherman durante una charla en la Institución Brookings, un grupo de expertos con sede en Washington.
“Esperamos que cuando las condiciones sean las adecuadas nos volvamos a ver cara a cara”.
El Congreso condena a China y le pide transparencia a Biden
A pesar de que la administración Biden aseguró lo contrario, el Congreso parece creer que el PCCh está intensificando una guerra fría que ya existe y que las repercusiones políticas son necesarias.
Tanto la Cámara como el Senado aprobaron resoluciones que condenan formalmente al régimen comunista de China por violar la soberanía de EE.UU. y por espiar a los ciudadanos e instalaciones militares estadounidenses.
«El uso por parte del Partido Comunista Chino de un globo de vigilancia a gran altitud sobre territorio estadounidense es una descarada violación a la soberanía de Estados Unidos», decía una resolución de la Cámara de Representantes aprobada el 9 de febrero.
“La recopilación de inteligencia del Partido Comunista Chino dirigida contra Estados Unidos representa una amenaza para los intereses y la seguridad de Estados Unidos”.
El sentimiento de esa resolución, que fue aprobada por unanimidad con una votación de 419-0, se reflejó nuevamente en dos resoluciones del Senado aprobadas el 15 de febrero.
Una de ellas no sólo condenaba la violación ilegal a la soberanía de EE.UU. por parte del PCCh, sino que le «pide al presidente que sea transparente con el pueblo estadounidense y el Congreso en relación con este último incidente de espionaje y todos los demás intentos del Partido Comunista Chino de llevar a cabo la vigilancia a los ciudadanos, el territorio y los activos de Estados Unidos”.
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