El presidente Jair Bolsonaro dijo este miércoles que tuvo razón al rechazar la vacuna desarrollada por la empresa china Sinovac, luego de que el gobierno de Sao Paulo anunciara que su efectividad contra el virus del Partido Comunista Chino (PCCh) es de poco más de 50%.
El Instituto Butantan dijo el martes que la eficacia global de la Coronavac, vacuna desarrollada por el laboratorio chino Sinovac y el instituto brasileño, fue del 50,38 %–una tasa escasamente suficiente para su aprobación y muy por debajo del 78% de efectividad anunciado la semana pasada.
«Este 50% es bueno, ¿verdad? Todas las [críticas] que recibí por mis comentarios, y ahora están viendo la verdad. Fui [atacado por] cuatro meses debido a la vacuna», dijo el presidente a sus partidarios frente a su residencia oficial, el Palacio de la Alvorada, reportó Reuters.
La vacuna china se encontraba en fase tres de los ensayos en el Instituto Butantan, que ya tiene 10 millones de dosis de la vacuna almacenadas. Sin embargo, Sinovac anunció en diciembre que retrasaría la publicación de los resultados del ensayo hasta enero. Antes de eso, Sinovac había retrasado su anuncio dos veces, lo cual generó dudas sobre la eficacia de la vacuna.
Desde el comienzo de la pandemia, el presidente Bolsonaro y el gobernador de Sao Paulo– y rival político del presidente–Joao Doria, han tenido discrepancias por la postura de cada uno con respecto al manejo de la pandemia–entre ellas las vacunas.
Doria, invitó a Sinovac a suministrar su vacuna Coronavac para los 44 millones de residentes de su provincia, lo cual le costó al gobernador USD 360 millones. De acuerdo con The Rio Times, la administración de la Coronavac comenzará el 25 de enero en Sao Paulo y el primer grupo que será vacunado serán los trabajadores de la salud, los indígenas y las comunidades quilombolas.
Bolsonaro rechazó la propuesta de Doria y dijo en octubre que no compraría la vacuna de Sinovac hasta que no pasara todas las pruebas del Ministerio de Salud y fuese certificada por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA), la autoridad de medicamentos del país.
“El pueblo brasileño no será conejillo de Indias de nadie”, dijo Bolsonaro en ese momento.
El presidente brasileño había puesto sus esperanzas en la producción nacional de la vacuna Astra Zeneca, que también se estaba sometiendo a ensayos de fase tres en el Instituto Fiocruz del país–controlado por el gobierno federal–, pero los ensayos comenzaron tarde, por lo que el país decidió importar la vacuna india Covishield fabricada por Serum Institute de Oxford-AstraZeneca.
Según Reuters, solo el 47 por ciento de los brasileños que participaron en una encuesta de Datafolha dijeron que se aplicarían una vacuna hecha en China, mientras que el 50 por ciento dijo que no lo harían y el tres por ciento dijo que están indecisos.
Otra compañía china que llevó a cabo ensayos clínicos en Latinoamérica para la vacuna contra el COVID-19 es Sinopharm, la cual inició ha sido adquirida por Perú.
El gobierno peruano pagó USD 26 millones por el primer lote de vacunas del laboratorio chino, de un millón de dosis, con la expectativa de recibirlas este mes y empezar la inmunización del personal médico y sanitario, así como a las fuerzas armadas y policiales, según informó el ministro de Economía, Waldo Mendoza.
Sin embargo, esta vacuna china también enfrenta diversas críticas por su efectividad.
El especialista en vacunas con sede en Shanghai, Tao Lina, posteó en Weibo–una red social china parecida a Twitter–una foto de las instrucciones de la vacuna contra el COVID-19 desarrollada por Sinopharm, en la que se enumeraban 73 efectos secundarios.
“Es muy probable que tenga efectos secundarios graves como hipertensión arterial, pérdida de visión, pérdida del sentido del gusto e incontinencia urinaria”, decía la etiqueta, según el posteo de Tao.
«Esta vacuna se ha convertido exitosamente en la vacuna menos segura del mundo”, comentó Tao.
Desde comienzos de año, Brasil experimentó un aumento mortal de los casos de virus del PCCh, ya que las vacaciones de fin de año registraron un récord de 87,843 nuevos casos.
Con información de EFE y de las reporteras de The Epoch Times, Nicole Hao y Venus Upadhayaya.
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