La Gran Época publica aquí entregas traducidas del inglés de un nuevo libro: “Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo”, del equipo editorial de “Nueve comentarios sobre el Partido Comunista chino”.
Tabla de contenidos
4. Cómo el comunismo destruye a la familia en Occidente (continuación)
b. Promoción del feminismo y rechazo a la familia tradicional
c. Promoción de la homosexualidad para desvirtuar a la familia
d. Promoción del divorcio y del aborto
e. Utilización del sistema de ayuda social para fomentar las familias monoparentales
f. Promoción de la cultura degenerada
5. Cómo el Partido Comunista Chino destruye familias
a. Separación de familias en nombre de la igualdad
b. Poner a esposos y esposas uno contra el otro
c. Utilización del aborto forzado para el control de la población
6. Las consecuencias del ataque del comunismo contra la familia
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4. Cómo el comunismo destruye a la familia en Occidente (continuación)
b. Promoción del feminismo y rechazo a la familia tradicional
La ideología comunista detrás del movimiento feminista
El movimiento feminista es otra herramienta que el comunismo ha utilizado para destruir a la familia. Cuando comenzó en Europa en el siglo XVIII, el movimiento feminista (también conocido como la primera ola del feminismo) abogó por que las mujeres reciban el mismo trato que los hombres en educación, empleo y política. El centro del movimiento feminista se desplazó de Europa a Estados Unidos a mediados del siglo XIX.
Cuando se inició la primera ola del feminismo, la noción de la familia tradicional aún tenía fuertes cimientos en la sociedad, y el movimiento feminista no abogaba directamente por desafiarla. Las feministas influyentes de esa época, tales como Mary Wollstonecraft de la Inglaterra del siglo XVIII, Margaret Fuller del Estados Unidos del siglo XIX y John Stuart Mill de la Inglaterra del siglo XIX, todos postulaban que las mujeres en general debían priorizar a la familia después de casarse, que el potencial de las mujeres debía desarrollarse dentro del ámbito de la familia y que las mujeres debían enriquecerse (por ejemplo, accediendo a educación) por el bien de la familia. Estas primeras feministas creían que las mujeres que eran particularmente talentosas no deberían verse restringidas por las normas sociales y deberían tener la libertad de desarrollar sus talentos en ambientes donde la participación era mayormente masculina.
La primera ola del feminismo amainó con la promulgación del sufragio femenino en muchos países, ya que se alcanzó el objetivo de que hombres y mujeres tuvieran igualdad ante la ley. En los años siguientes, con el impacto de la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, el movimiento feminista quedó efectivamente en suspenso.
Pero el comunismo ya había empezado a sembrar las semillas para la destrucción del matrimonio tradicional y la ética sexual mucho antes. Los primeros socialistas utópicos en el siglo XIX sentaron las bases para los movimientos feministas radicales modernos. Fourier, llamado “el padre del feminismo”, declaró que el matrimonio convertía a las mujeres en propiedad privada. Owen maldijo al matrimonio como algo malvado. Las ideas de estos socialistas utópicos fueron heredadas y desarrolladas por feministas posteriores, entre ellos, por ejemplo, Frances Wright, que en el siglo XIX tomó las ideas de Fourier y abogó por la libertad sexual de las mujeres.
La activista feminista británica Anna Wheeler heredó las ideas de Owen, y condenó ferozmente al matrimonio por supuestamente convertir a las mujeres en esclavas. Los activistas feministas socialistas también fueron una parte importante del movimiento feminista del siglo XIX. En ese tiempo, entre las publicaciones feministas más influyentes de Francia estaban La Voix des Femmes, La Femme Libre (luego renombrada como La Tribune des Femmes) y La Politique des Femmes. Los fundadores de estas publicaciones eran seguidores de Fourier o de Henri de Saint-Simon, un promotor del socialismo industrial moderno.
Cuando la primera ola de movimientos por los derechos de las mujeres estaba en pleno auge, los comunistas hicieron planes para introducir una variedad de pensamientos radicales con el objeto de atacar los conceptos tradicionales de la familia y el matrimonio, pavimentando así el camino para el movimiento feminista más radical que le siguió.
La segunda ola de movimientos feministas comenzó en Estados Unidos a fines de los 60, luego se propagó a Europa Occidental y del Norte y rápidamente se expandió a todo el mundo occidental. La sociedad estadounidense de fines de los años 60 pasó por un período de agitación, con el movimiento por los derechos civiles, el movimiento anti Guerra de Vietnam y varias tendencias sociales radicales. En medio de este conjunto único de circunstancias, emergió con una cepa más radical de feminismo y se volvió popular.
La piedra angular de esta ola de movimientos feministas fue el libro La mística de la feminidad de Betty Friedan, publicado en 1963, y la Organización Nacional de Mujeres, que ella misma cofundó. Friedan criticó ferozmente el rol de las mujeres en la familia tradicional y sostenía que la imagen clásica de un ama de casa feliz y contenta era un mito forjado por la sociedad patriarcal. Sostenía que las familias de clase media de los suburbios eran “un campo de concentración cómodo” para las mujeres estadounidenses y que las mujeres modernas con educación debían rechazar el sentido de realización obtenido al apoyar a sus maridos y educar a sus hijos, y que en cambio debían darse cuenta de su valor fuera de la familia. [21]
Pocos años más tarde, feministas aún más radicales dominaron la Organización Nacional de las Mujeres (NOW), heredando y desarrollando las ideas de Friedan. Decían que la mujer había sido oprimida por el patriarcado desde tiempos antiguos y culparon a la familia como la causa raíz de la opresión a las mujeres. En respuesta, llegaron a abogar por la total transformación del sistema social y de la cultura tradicional, y a luchar en todos los aspectos de los asuntos humanos –la economía, la educación, la cultura y el hogar– para lograr la igualdad femenina. [22]
Clasificar a los integrantes de una sociedad entre «opresores» y «oprimidos» para instigar la lucha, la liberación y la igualdad es exactamente lo que hace el comunismo. El marxismo tradicional clasifica a los grupos según su estatus económico, mientras que los movimientos neofeministas dividen a las personas en base a su género.
Friedan no era, como describe su libro, un ama de casa de clase media que vivía en los suburbios y estaba aburrida de las tareas del hogar. Daniel Horowitz, profesor del Smith College, escribió una biografía sobre Friedan en 1998 titulada Betty Friedan y la elaboración de ‘La mística de la feminidad’. Su investigación reveló que Friedan, bajo su nombre de soltera Betty Goldstein, había sido una activista socialista radical desde sus años de universidad hasta los años 50. Cuando estudiaba en la Universidad de California-Berkeley, Friedan fue miembro de la Liga Juvenil Comunista e incluso solicitó dos veces unirse al Partido Comunista de EE. UU. (PCEUA). Judith Hennesee, su biógrafa autorizada, también indica que ella era marxista. En diferentes momentos, fue periodista profesional –o propagandista, para ser más precisos– para varios sindicatos radicales dentro de la órbita del PCEUA. [23] [24]
Kate Weigand, académica estadounidense, señala en su libro Feminismo Rojo: comunismo estadounidense y la fabricación de liberación de la mujer que el feminismo en efecto no se quedó quieto en Estados Unidos desde principios del siglo XX hasta los años 60. Durante ese período, un gran grupo de escritoras feministas con trasfondos comunistas pavimentaron el camino para la posterior segunda ola de feminismo, incluyendo Susan B. Anthony, Betty Millard y Eleanor Flexner. Ya por el año 1946, Anthony aplicó el método analítico marxista para trazar una analogía entre los blancos oprimiendo a los negros, y los hombres oprimiendo a las mujeres. No obstante, el macartismo de la época hizo que tales escritoras ocultaran su trasfondo comunista. [25]
En Europa, la icónica obra El segundo sexo publicado en 1949 por la escritora francesa Simone de Beauvoir, marcó el inicio de la locura de la segunda ola de feminismo. De Beauvoir era una socialista, y en 1941, junto con el filósofo comunista Jean-Paul Sartre y otros escritores, fundó Socialisme et Liberté, una organización socialista francesa clandestina. Con el ascenso de su reputación por promover el feminismo en los años 60, de Beauvoir declaró que ya no creía en el socialismo y afirmó que solo era una feminista.
Dijo: “Una no nace, más bien se convierte, en mujer”. Decía que a pesar de que el sexo está determinado por características fisiológicas, el género es un concepto psicológico autopercibido formado bajo la influencia de la socialidad humana. Ella creía que la obediencia, la sumisión, el afecto y la maternidad derivan del “mito” cuidadosamente diseñado por el patriarcado para oprimir a las mujeres, y proponía que las mujeres rompieran con las nociones tradicionales y que vivieran sin restricciones.
Desde entonces, surgieron diversos pensamientos feministas en un flujo constante, todos viendo el mundo a través de la lente de mujeres oprimidas por un patriarcado dentro de la institución de la familia tradicional –convirtiendo a la familia, por lo tanto, en un obstáculo para la realización de la igualdad femenina. [26]
Muchas feministas radicales contemporáneas sostienen que las mujeres son restringidas por sus esposos debido al matrimonio e incluso dicen que la institución es una forma de prostitución. Al igual que los primeros utópicos comunistas que hablaban de las «esposas compartidas» o de la «comunidad de mujeres», ellas promueven las «relaciones abiertas» y la actividad sexual deshinibida.
Resultados del movimiento feminista
El feminismo ahora prevalece en todos los aspectos de la sociedad. Una de las aseveraciones principales del feminismo contemporáneo es que aparte de las diferencias fisiológicas entre los órganos reproductivos masculinos y femeninos, todas las otras diferencias físicas y psicológicas entre hombres y mujeres son construcciones sociales y culturales. Según esta lógica, los hombres y las mujeres deberían ser completamente iguales en todos los aspectos de la vida y de la sociedad, y todas las manifestaciones de “desigualdad” entre hombres y mujeres son el resultado de una cultura y una sociedad que es opresora y machista.
Por ejemplo, el número de hombres trabajando como ejecutivos en grandes compañías, los académicos de alto nivel en universidades de élite y los altos funcionarios de gobierno supera por lejos la cantidad de mujeres en posiciones similares. Muchas feministas creen que esto es causado principalmente por el machismo, cuando de hecho una comparación justa entre ambos sexos solo se puede hacer considerando factores tales como la habilidad, las horas, la ética laboral, las prioridades en la vida y demás. El éxito en las posiciones de alto nivel suele requerir trabajo extra de alta intensidad a largo plazo –sacrificar los fines de semana y las noches, asistir a reuniones de emergencia repentinas, viajes frecuentes de negocios, y demás.
Tener hijos tiende a interrumpir la carrera de una mujer, y las mujeres son propensas a reservar tiempo para pasar con sus familias e hijos en vez de dedicarse completamente a sus trabajos. Además, las personas con la aptitud para ocupar posiciones de alto nivel tienden a tener personalidades fuertes y enérgicas, mientras que las mujeres tienden a ser más afables. No obstante, las feministas consideran que la tendencia de las mujeres a ser más suaves y a orientarse hacia la familia y los hijos son rasgos impuestos sobre ellas por una sociedad machista. Según las feministas, estas diferencias deberían ser compensadas con servicios tales como guarderías u otras formas de ayuda social.
El feminismo contemporáneo no puede tolerar ninguna explicación sobre las diferencias entre el hombre y la mujer basada en cualidades fisiológicas y psicológicas naturales. Según esta ideología, toda la culpa es del condicionamiento social y los valores tradicionales.
En 2005, Lawrence Summers, entonces presidente de la Universidad de Harvard, describió en una conferencia académica por qué es menos probable que las mujeres enseñen en campos científicos y matemáticos en las mejores universidades. Además de señalar las alrededor de 80 horas por semana que se requieren para estas posiciones y sus horarios de trabajo impredecibles (tiempo que la mayoría de las mujeres reservaría para la familia), Summer postuló que los hombres y las mujeres simplemente tendrían diferentes aptitudes cuando se trata de ciencia y matemática avanzada, y que la discriminación ya no es una barrera. [27]
Summers respaldó sus dichos con estudios relevantes, pero aún así se convirtió en el blanco de protestas de la influyente organización feminista NOW. El grupo lo acusó de machismo y exigió su destitución. Summers fue rotundamente criticado en los medios de comunicación y obligado a disculparse públicamente por sus afirmaciones. Luego anunció que Harvard destinaría USD 50 millones para aumentar la diversidad en la facultad. [28]
En 1980, la revista Science publicó un estudio que mostraba diferencias significativas en la habilidad de razonamiento matemático entre los alumnos y las alumnas de nivel secundario, con un mejor desempeño de los varones por sobre las mujeres [29]. Un estudio posterior que comparó los resultados de los exámenes de matemática de SAT descubrió que era cuatro veces más probable que los varones lograran un puntaje de más de 600 en comparación con las mujeres. Esta diferencia se volvió incluso más extrema en el umbral de los 700 puntos, en el que era 13 veces más probable que los varones alcanzaran este puntaje que las mujeres. [30]
El mismo equipo de investigación hizo otro estudio en el año 2000, y descubrió que tanto los estudiantes masculinos como femeninos que tomaron el examen SAT y obtuvieron puntajes de genios matemáticos tendían a obtener títulos avanzados en campos relacionados con la ciencia y las matemáticas, y estaban satisfechos con sus logros. [31]
Algunos informes señalaron que el trato que recibió Summer luego de su discurso de 2005 refleja las políticas de reeducación utilizadas por regímenes comunistas para suprimir disidentes. Incluso si las causas de la desigualdad aún tenían que ser determinadas, se incentivó la “diversidad” para imponer la igualdad de resultados –esto es, asegurar un número mayor de mujeres enseñando en los campos de matemática y ciencia.
Es simple ver los vínculos entre el feminismo y el socialismo. Alexis de Tocqueville dijo en 1848: “La democracia y el socialismo no tienen nada en común excepto una palabra: igualdad. Pero nótese la diferencia: mientras la democracia busca la igualdad en la libertad, el socialismo busca la igualdad en la restricción y la esclavitud”. [32]
Si bien las razones para las disparidades psicológicas e intelectuales entre hombres y mujeres pueden no ser obvias, negar sus diferencias físicas y reproductivas contradice los hechos. En la visión tradicional tanto de Oriente como de Occidente, los hombres son figuras protectoras. Es normal que los bomberos sean en su gran mayoría hombres. No obstante, las feministas, creyendo en la absoluta igualdad entre el hombre y la mujer, exigen que las mujeres asuman tareas tradicionalmente masculinas, por lo general con resultados inesperados.
En 2015, el Departamento de Bomberos de Nueva York permitió que una mujer se convirtiera en bombera sin pasar las pruebas físicas, que incluyen completar tareas mientras se utilizan tanques de oxígeno y otros equipos que pesan unos 22 kilogramos. El departamento de bomberos contrató a la mujer para evitar una demanda, ya que grupos feministas habían culpado a las altas exigencias físicas de la baja proporción de mujeres que ingresaban a la fuerza de bomberos. Otros bomberos, incluyendo mujeres que habían pasado las pruebas, expresaron su preocupación sobre los colegas que no cumplieran los requisitos físicos. Dijeron que tales personas serían inevitablemente una carga y un peligro para el resto del equipo y para el público. [33]
En Australia, los departamentos de bomberos implementaron cupos de género en 2017. Por cada hombre contratado, también debe contratarse una mujer. A fin de cumplir este requisito, se han establecido estándares físicos mucho más bajos para las mujeres, a pesar de que el trabajo es igual de peligroso y estresante para ambos sexos. [34]
Esta ilógica campaña por la igualdad de resultados no terminó allí. Los cupos crearon una fricción entre los bomberos hombres y mujeres; las bomberas reportaron que sus colegas masculinos las culpaban de no ser aptas ni competentes. Los grupos feministas se agarraron de esto como “bullying” y “presión psicológica”. La situación creó otra batalla más para que las feministas luchasen en su aparente cruzada por la igualdad.
Pero este absurdo es un paso deliberado en los planes del espectro comunista: al desafiar al supuesto patriarcado –esto es, la sociedad tradicional– el feminismo socava la familia tradicional de la misma forma que la lucha de clases es utilizada para socavar el sistema capitalista.
En una cultura tradicional, se da por sentado que los hombres deben ser masculinos y que las mujeres deben ser femeninas. Los hombres cargan con la responsabilidad de sus familias y comunidades al proteger a las mujeres y a los niños –la misma estructura patriarcal que el feminismo desafía bajo el argumento de que confiere ventajas injustas para los hombres mientras restringe a las mujeres. El feminismo no da lugar al espíritu tradicional de cortesía o galantería. En el mundo feminista, los hombres a bordo del Titanic no habrían sacrificado sus lugares en los botes salvavidas para que las pasajeras pudieran tener una mejor oportunidad de sobrevivir.
La cruzada del feminismo contra el patriarcado también tuvo un fuerte impacto en la educación. Una sentencia judicial de 1975 en una demanda contra la Federación Atlética Intercolegial de Pennsylvania ordenó que las escuelas permitieran a las alumnas «practicar y competir con varones» en equipos deportivos y otras actividades físicas, incluyendo la lucha libre y el fútbol americano. Las niñas ya no podían ser excluidas de un equipo masculino solo por su género. [35]
En su libro de 2013, La guerra contra los chicos: cómo el feminismo está dañando a nuestros hombres, la académica estadounidense Christina Hoff Sommers argumenta que la masculinidad está bajo ataque. Ella mostró el ejemplo de la Escuela Secundaria de Aviación en Queens, Nueva York, que principalmente acepta estudiantes de familias de bajos ingresos. La escuela, que se especializa en instruir a sus estudiantes sobre la estructura y el funcionamiento de los aviones mediante proyectos prácticos, educa a estos niños con un alto estándar de rendimiento académico y está bien calificada por US News and World Report. El cuerpo de alumnos está compuesto por una abrumadora mayoría de varones. Las niñas, si bien conforman un porcentaje más pequeño de estudiantes, también se desempeñan de manera notable y se ganan el respeto de sus pares e instructores.
Sin embargo, la Escuela Secundaria de Aviación enfrentó crecientes críticas y amenazas de juicio por organizaciones feministas que exigían que admitiera más estudiantes femeninas. Al hablar en una mesa redonda realizada en la Casa Blanca en 2009, la fundadora del Centro Legal Nacional de Mujeres apuntó específicamente a la Escuela Secundaria de Aviación como un «ejemplo flagrante de la continua segregación en las escuelas técnico-profesionales». La presidente del Consejo de la Casa Blanca sobre Mujeres y Niñas concluyó el debate diciendo: “Difícilmente descansemos en los laureles mientras no tengamos igualdad absoluta, y aún no estamos allí”. [36]
Para las feministas, educar a los niños para que tengan los rasgos masculinos de independencia y aventura, e incentivar a las niñas a ser amables, consideradas y orientadas a la familia no es más que opresión y desigualdad machista. El feminismo moderno está forzando a la sociedad hacia un futuro sin géneros, atacando los rasgos psicológicos de los hombres y de las mujeres que caracterizan a sus respectivos sexos. Esto en particular tiene implicaciones severas para los niños y jóvenes que están en sus años de formación.
En algunos países europeos, cada vez más niños dicen sentir que nacieron en un cuerpo equivocado. En 2009, el Servicio de Desarrollo de Identidad de Género (GIDS, según sus siglas en inglés), con sede en la Tavistock and Portman NHS Foundation Trust de Londres, recibió 97 pacientes derivados para transición de sexo. Para 2017, el GIDS estaba recibiendo más de 2500 de tales derivaciones anualmente. [37]
Las sociedades tradicionales consideran que el nacimiento de un bebé y la educación de los niños son el deber sagrado de las mujeres, ordenado por lo divino. En los anales tanto de Oriente como de Occidente, detrás de cada gran héroe hay una gran madre. El feminismo descarta esta tradición como opresión patriarcal y sostiene que esperar que las mujeres sean responsables de criar a sus hijos es un ejemplo clave de esta opresión. La literatura feminista contemporánea está repleta de acusaciones a la maternidad y a la vida marital, a las cuales critica como monótonas, aburridas e insatisfactorias. La parcialidad de esta perspectiva sombría se hace evidente al tener en cuenta las vidas personales de las principales feministas, la mayoría de las cuales sufrieron de relaciones rotas o matrimonios fallidos, o no tenían hijos.
La perspectiva feminista radical insiste en que «lo personal es político» y ve a los conflictos domésticos como guerras de género. Algunos consideran que los hombres son parásitos que esclavizan las mentes y los cuerpos de las mujeres. Otros describen a los hijos como un impedimento para las mujeres que aspiran a alcanzar su máximo potencial y afirman que la raíz de la opresión yace en la estructura familiar. El feminismo moderno proclama abiertamente que su objetivo es destruir la familia tradicional. Entre sus típicas declaraciones están las siguientes: “Ser ama de casa es una profesión ilegítima. […] La elección de servir, ser protegida y planear formar una familia es una elección que no debería ser. El núcleo del feminismo radical es cambiar eso” [38] y “No podremos destruir las desigualdades entre hombres y mujeres hasta que no destruyamos el matrimonio”. [39]
Los movimientos feministas resolvieron supuestos problemas sociales promoviendo la degeneración moral y destruyendo las relaciones humanas en nombre de la “liberación”. Según Sylvia Ann Hewlett, economista y especialista en géneros estadounidense, el feminismo moderno es el factor que más contribuye a la proliferación de hogares con madres solteras, mientras que el divorcio no contencioso en realidad provee a los hombres de medios convenientes para abandonar sus responsabilidades. Irónicamente, el ataque del feminismo a la estructura familiar existente trabaja para destruir el refugio que asegura felicidad y seguridad a la mayoría de las mujeres.
El divorcio fácil no emancipó a las mujeres. Un estudio de 2009 de la Escuela de Economía de Londres descubrió que el 27% de las mujeres separadas estaban viviendo por debajo de la línea de pobreza, mientras que los ingresos de los hombres tienden a aumentar más de un 30% después de la separación [40]. Al comunismo no le importan los derechos de las mujeres. El feminismo es meramente su herramienta para corromper a la humanidad.
c. Promoción de la homosexualidad para desvirtuar a la familia
Lo divino creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, y estableció las condiciones para la existencia humana. Cada persona merece bondad y respeto, y la verdadera compasión es vivir de acuerdo con los códigos morales establecidos por lo divino.
En las últimas décadas, el matrimonio homosexual y otras causas de lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT) han sido promovidos agresivamente en la sociedad occidental. El movimiento LGBT ha estado estrechamente asociado al comunismo desde que los primeros utópicos comenzaron a pregonar la práctica de la homosexualidad como un derecho humano. Dado que el movimiento comunista afirma emancipar a la gente de las ataduras de la moral tradicional, su ideología naturalmente propone los derechos LGBT como parte de su programa de “liberación sexual”. Muchos partidarios de la liberación sexual que apoyan la homosexualidad incondicionalmente son comunistas o izquierdistas. Al vincular los derechos LGBT con la liberación sexual, y por lo tanto, al normalizar la promiscuidad en general, los comunistas han desvirtuado la santidad del matrimonio.
Al comunismo no le importan genuinamente los derechos de la comunidad LGBT, sino que usa el vehículo de los derechos LGBT para sus propios fines: destruir la estructura familiar.
La primera organización relevante para los derechos LGBT fue establecida en 1897 por miembros del Partido Socialdemócrata de Alemania (PSA); entre ellos, Magnus Hirschfeld, confundador del Comité Científico-Humanitario, conocido en alemán como Wissenschaftlich-humanitäres Komitee (WhK). Hirschfeld abogaba públicamente por la descriminalización de la homosexualidad.
Uno de los ejemplos más radicales de la liberación sexual de esa época ocurrió luego de la Revolución de Octubre de los Bolcheviques en 1917. Las políticas sexuales soviéticas, que fueron discutidas anteriormente en este capítulo, abolieron las prohibiciones legales a las relaciones homosexuales, convirtiendo a la Unión Soviética en el país más liberal de la Tierra según estándares izquierdistas.
En 1924, inspirado por el WhK de Hirschfeld, Henry Gerber fundó la primera organización estadounidense para los derechos de los gays, la Sociedad para los Derechos Humanos. La organización se disolvió al año siguiente después de que varios de sus miembros fueran arrestados. En 1950, el comunista estadounidense y maestro marxista Harry Hay fundó la Sociedad Mattachine en su residencia de Los Ángeles. La organización fue el primer grupo para los derechos de los gays de influencia en Estados Unidos. Se expandió a otras regiones y editó sus propias publicaciones. Hay también defendía la pedofilia.
En la década de 1960, acompañando la ola de liberalización sexual y el movimiento hippie, la causa homosexual se hizo pública. En 1971, la NOW adoptó una resolución reconociendo que «los derechos de las lesbianas son ‘una preocupación legítima del feminismo'».
En 1997, el Congreso Nacional Africano (CNA) de Sudáfrica aprobó la primera constitución del mundo que reconocía la homosexualidad como un derecho humano. El CNA, miembro de la Internacional Socialista (que anteriormente era una rama de la ahora extinta Segunda Internacional), apoyó consistentemente la homosexualidad.
La promoción de la homosexualidad por parte del comunismo ha contribuido al crecimiento de una serie de estados insalubres en dicha comunidad. Un estudio realizado por investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos encontró que la tasa estimada de diagnósticos de VIH entre los homosexuales en 2008 era entre 59 y 75 veces mayor que la de otros hombres; la tasa de diagnósticos de sífilis era entre 63 y 79 veces mayor que la de la población heterosexual [41]. Antes de que se lograran avances en el tratamiento del SIDA en la década de 1990, el promedio de vida de los homosexuales de 20 años de edad era de ocho a veintiún años menor que la de la población media. [42]
La estructura familiar y la moral humana han estado bajo asedio por la manipulación y promoción del feminismo, la liberación sexual y el movimiento LGBT por parte del espectro comunista.
d. Promoción del divorcio y del aborto
Antes de 1969, cuando los estados comenzaron a legalizar el divorcio no contencioso, las leyes estatales de Estados Unidos estaban basadas en valores religiosos tradicionales. Para que un divorcio fuera considerado, requería de una denuncia legítima de culpa de uno o de ambos esposos. Las religiones occidentales enseñan que el matrimonio fue establecido por Dios. Una familia estable es beneficiosa para el esposo, la esposa, los hijos y toda la sociedad. Por esta razón, la iglesia y las leyes estatales de EE. UU. enfatizaban la importancia de preservar los matrimonios, excepto en caso de circunstancias atenuantes.
Pero en los años 60, la ideología de la Escuela de Frankfurt se había irradiado hacia la sociedad. El matrimonio tradicional estuvo bajo ataque y el daño más grande fue hecho por el liberalismo y el feminismo. El liberalismo rechaza la naturaleza divina del matrimonio al reducir su definición a un contrato social entre dos personas, mientras que el feminismo ve a la familia tradicional como un instrumento patriarcal para la supresión de la mujer. El divorcio era promovido como la liberación de la mujer de la opresión de un matrimonio infeliz, o su camino hacia una apasionante vida de aventuras. Esta mentalidad llevó a la legalización del divorcio no contencioso, que permite que cualquiera de los esposos disuelva el matrimonio considerándolo irreconciliable por cualquier razón.
La tasa de divorcios de EE. UU. creció rápidamente en los años 70 y alcanzó su pico en 1981. Por primera vez en la historia estadounidense, hubo más matrimonios que terminaban por desacuerdos que por muerte. De todas las parejas casadas en los años 70, casi la mitad se divorciaron, comparado con el 11 por ciento de los años 50. Los defensores de la liberación sexual creen que el sexo no debería estar limitado a los confines del matrimonio, pero el embarazo no deseado presenta un obstáculo natural para este estilo de vida. Los anticonceptivos pueden fallar, así que los promotores del sexo sin restricciones asumieron la causa de legalizar el aborto. El reporte oficial de la Conferencia Internacional de Naciones Unidas sobre Población y Desarrollo realizada en El Cairo en 1994 estipula que la salud reproductiva «implica que las personas puedan tener una vida sexual satisfactoria y segura y que tengan la capacidad de reproducirse y la libertad de decidir si lo hacen, cuándo y con qué frecuencia». [43]
Al mismo tiempo, las feministas introdujeron el lema “mi cuerpo, mis derechos” para argumentar que las mujeres tienen el derecho a elegir si dar a luz o matar al niño en su vientre. El debate se extendió de permitir el aborto en circunstancias especiales a dar a las mujeres el poder de terminar una vida humana debido a una inconveniencia personal.
Al aceptar el aborto, la gente ha sido impulsada a permitir el asesinato de bebés y, al mismo tiempo, a abandonar el entendimiento tradicional de que el sexo es para la procreación.
e. Utilización del sistema de ayuda social para fomentar las familias monoparentales
En 1960, solo el 5% de los niños nacían de madres no casadas. En esa época, se daba por sentado que los niños crecían conociendo a sus padres biológicos.
Sin embargo, para la década de 2010, las madres no casadas representaban el 40% de los nacimientos [44]. Entre 1965 y 2012, el número de familias monoparentales en Estados Unidos se disparó de 3.3 millones a 13.2 millones [45]. Aunque algunos padres estaban presentes, mediante el concubinato o el matrimonio posterior, la mayoría de los niños nacidos de estas madres solteras crecieron sin sus padres.
Los padres son ejemplos a seguir para sus hijos, ya que les enseñan a ser hombres, y les muestran a sus hijas qué se siente ser respetada como una mujer se merece. Los niños sufren mucho por la ausencia de un padre. Investigaciones muestran que los niños que crecen sin padre suelen sufrir de baja autoestima. Son propensos a abandonar la escuela, drogarse, unirse a pandillas, cometer crímenes y suicidarse. La mayoría de los jóvenes encarcelados proviene de hogares sin padre. Experiencias sexuales precoces, embarazo adolescente y la promiscuidad son comunes. La gente que crece sin padres son 40 veces más propensos a cometer delitos sexuales comparados con el resto de la población. [46]
El Instituto Brookings ofrece tres consejos clave para los jóvenes que quieren salir de la pobreza: graduarse de la escuela secundaria, conseguir un trabajo a tiempo completo y esperar hasta cumplir los 21 años de edad para casarse y tener hijos. Según las estadísticas, solo el 2% de los estadounidenses que cumplen estas condiciones vive en la pobreza, y el 75% pertenece a la clase media [47]. En otras palabras, ese es el camino más confiable para convertirse en un adulto responsable que lleva una vida saludable y productiva.
La mayoría de las madres solteras depende de la ayuda del gobierno. Un informe publicado por la Fundación Heritage utilizó datos estadísticos detallados para demostrar que la política de ayuda social que tanto defienden las feministas en realidad fomenta la creación de hogares encabezados por madres solteras, aun al punto de penalizar a las parejas que se casan, ya que reciben menos beneficios [48]. El gobierno en efecto ha reemplazado al padre con la ayuda social.
Las políticas de ayuda social no han ayudado a las familias que viven en la pobreza. En cambio, simplemente han apoyado al creciente número de familias monoparentales. Con los niños de tales familias propensos a la pobreza, el resultado es un círculo vicioso que expande la dependencia en la ayuda del Estado. Esto es exactamente a lo que apunta el comunismo: a controlar cada aspecto de la vida de la persona.
f. Promoción de la cultura degenerada
En el año 2000, el 55% de los estadounidenses entre 25 y 34 años de edad estaban casados, y el 34% nunca había estado casado. Para el año 2015, estas cifras se habían casi invertido, con el 40% casado y el 53% nunca casado. Los investigadores que estaban estudiando esta tendencia en la Universidad de Texas-Austin descubrieron que los jóvenes en Estados Unidos estaban evitando el matrimonio porque en la cultura actual, el sexo y el matrimonio se consideran dos cosas separadas. Entonces, ¿para qué casarse? [49]
En este ambiente degenerado, la tendencia va hacia las relaciones sexuales casuales y sin compromisos. El sexo no tiene nada que ver con el cariño, ni mencionar el compromiso y la responsabilidad. Aún más absurda es la profusión de nuevas orientaciones sexuales, que ahora se usan casi como si fuera un estilo de moda. Las opciones de los perfiles de Facebook en el Reino Unido, por ejemplo, llegaron a incluir más de 70 géneros diferentes. Si los jóvenes ni siquiera pueden decir si son hombres o mujeres, ¿cómo verán al matrimonio? El comunismo ha utilizado a la ley y a la sociedad para reformular por completo estos conceptos instaurados por lo divino.
“Adulterio” solía ser un término negativo que se refería a una conducta sexual inmoral. Hoy en día, ha sido suavizado a “relaciones sexuales extramaritales” o “concubinato”. En la novela clásica de 1850 La letra escarlata, de Nathaniel Hawthorne, la protagonista Hester Prynne cometió adulterio y se esforzó por recomponerse mediante el arrepentimiento, pero en la sociedad actual, el arrepentimiento no es necesario: los adúlteros pueden disfrutar de la vida con la frente en alto. La castidad solía ser una virtud tanto en la cultura oriental como en la occidental. Hoy es tratada como una broma anacrónica.
Juzgar la homosexualidad y la moral sexual está prohibido por la corrección política de hoy. La única postura aceptable es respetar la «libre elección» de los demás. Esto es cierto no solo en la vida cotidiana, sino en todo el mundo académico, en el que la moral está divorciada de la realidad práctica. Cosas desviadas y degeneradas se han normalizado. Aquellos que se entregan a sus deseos no sienten ninguna presión ni culpa.
Los occidentales menores de cincuenta años apenas recuerdan la cultura que existía en la sociedad, en la que casi todos los niños crecían con la presencia de sus padres biológicos. Los vestidos de novia blancos representaban la castidad. El contenido pornográfico estaba prohibido en la televisión y la radio. Todo eso se ha deshecho en apenas sesenta años.
5. Cómo el Partido Comunista Chino destruye familias
a. Separación de familias en nombre de la igualdad
El lema “las mujeres sostienen la mitad del cielo” de Mao Zedong se ha abierto paso en Occidente como una frase de moda adoptada por las feministas. La ideología de que hombres y mujeres son iguales, promovida por el régimen del Partido Comunista Chino, en esencia no es diferente del feminismo occidental. En Occidente, la “discriminación de género” se utiliza como un arma para mantener el estado de “corrección política”. En China, aunque difiere en la práctica, la etiqueta de “machismo” se utiliza con un efecto destructivo similar.
La igualdad de género que el feminismo occidental promueve exige la igualdad de resultados entre hombres y mujeres mediante medidas como cuotas de género, compensación financiera y estándares más bajos. Con el lema del PCCh de que las mujeres sostienen la mitad del cielo, se espera que las mujeres muestren la misma habilidad en el mismo trabajo que sus contrapartes masculinos. Quienes intentaron realizar tareas para las que apenas estaban calificadas fueron elogiadas como heroínas y recibieron títulos como Poseedora de la Bandera Roja del 8 de Marzo, otorgados a mujeres contemporáneas que «promueven vigorosamente los valores socialistas centrales».
Los posters de propaganda del PCCh de los años 60 y 70 generalmente retrataban a mujeres con físico robusto y poderosas, mientras Mao Zedong convocaba con entusiasmo a las mujeres a convertir su amor por el maquillaje en amor por sus uniformes militares. Trabajar en minas, talar árboles, fabricar acero y luchar en el campo de batalla –se les abrieron todo tipo de trabajos o roles.
En un artículo publicado el 1 de octubre de 1966, el Diario del Pueblo publicó una historia titulada “Las niñas también pueden matar cerdos”. En ella describía a una mujer de 18 años que se convirtió en una celebridad local al trabajar como aprendiz en un matadero, y a la que estudiar el Pensamiento de Mao Zedong la ayudaba a reunir el coraje para matar cerdos. Ella dijo: “Si ni siquiera puedes matar un cerdo, ¿cómo podrás matar al enemigo?” [50]
Aunque las mujeres chinas estaban “sosteniendo la mitad del cielo”, las feministas de Occidente todavía encontrarán que la igualdad de género en China es deficiente en muchos aspectos. El Comité Permanente del Politburó, que actualmente está compuesto de siete miembros, nunca ha incluido a una mujer. El PCCh teme que incluir a una mujer podría incentivar un movimiento social por más derechos políticos, como democracia, lo cual sería una amenaza fatal para el régimen totalitario del PCCh.
Debido a preocupaciones similares, el Partido también evita apoyar públicamente a la homosexualidad y adopta una postura relativamente neutral sobre el tema. Sin embargo, en ciertos momentos el Partido promovió discretamente la homosexualidad en China utilizando la influencia de los medios de comunicación y la cultura popular. Los medios de comunicación reemplazaron silenciosamente la palabra “gay” por “camarada”, un término más “positivo”. En 2001, la Sociedad China de Psiquiatría eliminó a la homosexualidad de su lista de trastornos mentales. En 2009, el PCCh aprobó la primera semana del orgullo de Shanghai.
La metodología puede variar, pero en todos lados el espectro comunista persigue el mismo objetivo: abolir el ideal tradicional de la buena esposa y madre amorosa para forzar a las mujeres a abandonar su carácter suave, y así destruir la armonía entre hombres y mujeres que es necesaria para formar una familia equilibrada y criar niños sensatos.
b. Poner a esposos y esposas uno contra el otro
Los valores tradicionales chinos están basados en la moralidad de la familia. El diablo sabe que la forma más efectiva de socavar los valores tradicionales es comenzar por sabotear las relaciones humanas. En las constantes luchas políticas iniciadas por el PCCh, los familiares se denunciaban entre sí ante las autoridades, en una competencia insana por un mejor estatus político. Al traicionar a las personas más cercanas a ellos, podían demostrar una postura más firme y leal a favor de la ortodoxia del Partido.
En diciembre de 1966, Hu Qiaomu, secretario de Mao, fue arrastrado hasta el Instituto de Hierro y Acero de Beijing, donde su propia hija subió al escenario y gritó: “¡Aplastemos la cabeza de perro de Hu Qiaomu!” Aunque ella no participó, otros sí lo hirieron. En esa época, los Guardias Rojos encontraron una familia “capitalista” en el subdistrito de Dongsi de Beijing. Los Guardias golpearon a los padres casi hasta la muerte y obligaron a su hijo en edad escolar a aplastar la cabeza del padre con mancuernas. El niño luego se volvió demente. [51]
Generalmente, quienes son condenados por el partido como “enemigos de clase” desconocen a sus familias para evitar implicarlos. Aun los “enemigos de clase” que se suicidaron primero rompían sus lazos familiares para evitar que el PCCh persiguiera a sus familias. Por ejemplo, cuando el teórico literario Ye Yiqun fue perseguido y empujado al suicidio durante la Revolución Cultural, su carta de despedida decía: “A partir de ahora, lo único que se requiere de ustedes es escuchar con determinación las palabras del Partido, mantenerse firmes en la posición del Partido, reconocer gradualmente mis pecados, provocar el odio contra mí y cortar sin vacilar nuestros lazos familiares”. [52]
En la época actual, la persecución contra la práctica espiritual Falun Dafa es la mayor campaña política iniciada por el PCCh. Una estrategia común que las autoridades utilizan contra los practicantes de Falun Dafa es forzar a los familiares a participar en la persecución. El PCCh impone el hostigamiento administrativo, penalidades financieras y otras formas de intimidación sobre los familiares para hacerlos presionar a los practicantes a renunciar a su fe. El PCCh culpa a las víctimas de la persecución por el acoso a sus familias, diciendo que el hostigamiento no se detiene solo porque el practicante se rehusa a renunciar a sus creencias. Muchos practicantes de Falun Dafa tuvieron que divorciarse o fueron desconocidos por sus seres queridos debido a esta forma de persecución. Incontables familias han sido destruidas por la campaña del Partido.
c. Utilización del aborto forzado para el control de la población
Poco después de que las feministas occidentales tuvieran éxito en la batalla para legalizar el aborto, el PCCh impuso el aborto obligatorio a las mujeres en la República Popular China mediante sus políticas de planeamiento familiar. El asesinato masivo de bebés por nacer ha resultado en un desastre humanitario y social de una escala sin precedentes.
El PCCh sigue el materialismo marxista y cree que el nacimiento de un niño es una forma de acción productiva similar a la producción de acero o la agricultura. Por lo tanto, resulta que la filosofía de planeamiento económico puede extenderse a la familia. Mao dijo: “La humanidad debe controlarse a sí misma e implementar el crecimiento planificado. A veces puede crecer un poco, y a veces se puede detener”. [53]
En la década de 1980, el régimen chino comenzó a implementar la política de un solo hijo con medidas extremas y brutales, tal como lo demuestran los lemas que se desplegaron por todo el país: “Si una persona viola la ley, todo el pueblo será esterilizado”. “Nacimiento del primero, ligamiento de trompas luego del segundo, ¡raspado del tercero y el cuarto!” (Una variación de este lema era simplemente “Mata, mata, mata al tercero y al cuarto”). “Es mejor ver un río de sangre que el nacimiento de demasiados” y “Diez tumbas más es mejor que una vida extra”. Este tipo de frases sedientas de sangre estaban por todas partes en China.
La Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar ha utilizado fuertes multas, saqueo, demoliciones de residencias, ataques, detenciones y otros castigos similares para lidiar con las violaciones de la política de un solo hijo. En algunos lugares, los funcionarios de planificación familiar lanzan bebés a los campos de arroz para ahogarlos. Incluso mujeres con embarazos a pocos días de la fecha de parto han sido forzadas a tener un aborto.
En 2013, el ministerio de salud del régimen publicó cifras que revelaron que desde 1971 se realizaron al menos 336 millones de abortos en China. La política de un solo hijo comenzó en 1979, lo que significa que en los cuarenta años de su existencia, varios millones de niños por nacer fueron asesinados por el PCCh cada año.
Una de las consecuencias más serias de la política de un solo hijo es el número desproporcionado de niñas abortadas o abandonadas, lo que provocó un serio desequilibrio en la proporción de géneros entre los chinos menores de 40 años de edad. Debido a la escasez de mujeres, se estima que para 2020 habrá unos 30 millones de hombres jóvenes que no podrán casarse con una mujer en edad de tener hijos.
El desequilibrio de géneros en China está provocando serios problemas sociales, como un aumento de los abusos sexuales y la prostitución, la comercialización del matrimonio y el tráfico de mujeres.
7. Las consecuencias del ataque del comunismo contra la familia
Marx y otros comunistas exageraron la existencia de fenómenos como el adulterio, la prostitución y los hijos ilegítimos para dar crédito a sus teorías antimatrimonio y antifamilia –como si la existencia de tales vicios significara que las normas sociales predominantes eran hipócritas y corruptas.
La degeneración gradual de la moral que comenzó en la época victoriana socavó la sagrada institución del matrimonio y alejó a la gente de las enseñanzas divinas. Los comunistas alentaron a las mujeres a violar sus votos matrimoniales en pos de su supuesta felicidad personal, pero el resultado fue justamente lo opuesto.
La “solución” del comunismo para la opresión y la desigualdad no es más que arrastrar los estándares de la moral humana hasta profundidades infernales. Hizo que el comportamiento que antes se condenaba universalmente como malo e imperdonable se convirtiera en la nueva norma. En la “igualdad” del comunismo, todos marchan juntos al mismo destino: la destrucción.
El espectro del comunismo fabricó la creencia errada de que el pecado no es causado por la degeneración moral, sino por la represión social. Llevó a la gente a buscar una salida dándole la espalda a la tradición y apartándose de lo divino. Utilizó la bella retórica de la libertad y la liberación para promover el feminismo, la homosexualidad y la perversión sexual. Ha despojado a las mujeres de su dignidad, ha removido a los hombres su responsabilidad y ha pisoteado la santidad de la familia, convirtiendo a los niños de hoy en títeres del diablo.
A continuación: Capítulo 8, Parte 1
Actualizado el 24 de mayo de 2020.
Referencias
21. Betty Friedan, The Feminine Mystique (New York: W.W. Norton & Company, 1963).
22. Joanne Boucher, “Betty Friedan and the Radical Past of Liberal Feminism,” New Politics, vol. 9, no.3 (Summer 2003).
23. David Horowitz, “Betty Friedan’s Secret Communist Past,” Salon, January 19, 1999, https://www.salon.com/1999/01/18/nc_18horo.
24. Kate Weigand, Red Feminism: American Communism and the Making of Women’s Liberation (Baltimore, MD, and London: The Johns Hopkins University Press, 2002).
25. Ibid.
26. Simone de Beauvoir, The Second Sex, trans. Constance Borde and Sheila Malovany-Chevallier (New York: Vintage Books, 2011).
27. Lawrence Summers, “Harvard President Summers’ Remarks About Women in Science, Engineering,” PBS NewsHour, February 22, 2005, https://www.pbs.org/newshour/science/science-jan-june05-summersremarks_2-22.
28. Alan Finder, “Harvard Will Spend $50 Million to Make Faculty More Diverse,” The New York Times, May 17, 2005, https://www.nytimes.com/2005/05/17/education/harvard-will-spend-50-million-to-make-faculty-more-diverse.html.
29. C. P. Benbow and J. C. Stanley, “Sex Differences in Mathematical Ability: Fact or Artifact?” Science, 210, issue 4475 (December 1980): 1262–1264, https://science.sciencemag.org/content/210/4475/1262.
30. Camilla Persson Benbow, “Sex Differences in Ability in Intellectually Talented Preadolescents: Their Nature, Effects, and Possible Causes,” Behavioral and Brain Sciences 11, no. 2 (June 1988): 169–183. https://www.cambridge.org/core/journals/behavioral-and-brain-sciences/article/sex-differences-in-mathematical-reasoning-ability-in-intellectually-talented-preadolescents-their-nature-effects-and-possible-causes/C0BC8628A056CB9B38A3464D2DF5FA44.
31. Camilla Persson Benbow et al, “Sex Differences in Mathematical Reasoning Ability at Age 13: Their Status 20 Years Later,” Psychological Science 11, no. 6 (November 2000): 474-480, https://my.vanderbilt.edu/smpy/files/2013/02/SexDiffs.pdf.
32. Alexis de Tocqueville, as quoted in Friedrich A. Hayek, The Road to Serfdom (London: Profile Books, 2005), 47.
33. Susan Edelman, “Woman to Become NY Firefighter Despite Failing Crucial Fitness Test,” The New York Post, May 3, 2015. https://nypost.com/2015/05/03/woman-to-become-ny-firefighter-despite-failing-crucial-fitness-test.
34. Una Butorac, “These Female Firefighters Don’t Want a Gender Quota System,” Special Broadcasting Service, March 24, 2017, https://www.sbs.com.au/news/the-feed/these-female-firefighters-don-t-want-a-gender-quota-system.
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52. Ye, Zhou 葉舟, “Ye Yuqin de zuihou shinian” 葉以群的最後十年 [“The Last Decade of Ye Yiqun”], Wenhui Monthly, no. 12 (1989).
53. Pang Xianzhi 逄先知 and Jin Chongji 金冲及, Mao Zedong zhuan (1949–1976) 毛泽东传(1949–1976) [Biography of Mao Zedong (1949–1976)] (Beijing: Central Party Literature Press, 2003).
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