Capítulo 8, Parte 2: Cómo el comunismo siembra el caos en la política (ACTUALIZADO)

Traducción en partes del libro: “Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo”

Por The Epoch Times
31 de julio de 2018 6:45 PM Actualizado: 19 de mayo de 2021 2:22 PM

La Gran Época publica aquí entregas traducidas del inglés de un nuevo libro: “Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo”, del equipo editorial de “Nueve comentarios sobre el Partido Comunista chino”.

Tabla de contenidos (continuación)

4. Política de violencia y mentiras
a. Cómo el comunismo utiliza la violencia y mentiras
b. Instigación de la violencia en Occidente
c. Mentiras que confunden a Occidente

5. El camino al totalitarismo
a. Erradicación del libre albedrío y supresión de la voluntad moral
b. Totalitarismo mediante ayuda social, tecnología y regulaciones excesivas

6. La amenaza del comunismo contra los valores básicos

Referencias

***

4. Política de violencia y mentiras

En la doctrina comunista no hay métodos considerados excesivos. Los partidos comunistas proclaman públicamente que la violencia y las mentiras son sus herramientas para conquistar y controlar el mundo. Desde la primera aparición de un régimen comunista en la Unión Soviética hasta hoy, dentro del corto espacio de un siglo, el comunismo ha causado la muerte de al menos cien millones de personas. Los miembros del Partido Comunista han torturado, asesinado, secuestrado, destruido y mentido. Han utilizado todo método extremo posible. El grado de su maldad es estremecedor. Lo que es peor, los participantes dicen no tener remordimientos.

Las mentiras inventadas por el comunismo varían en magnitud, tanto en países comunistas como en Occidente. Estas varían desde mentiras relativamente pequeñas –como una farsa, noticias falsas o una artimaña contra un oponente político– hasta una serie de mentiras sistemáticas a una escala considerable mediante operaciones complejas. Por ejemplo, el PCCh montó el incidente de la autoinmolación en la Plaza Tiananmen y culpó a los miembros de la disciplina espiritual Falun Dafa –todo para incitar el odio público contra la disciplina.

También usa grandes mentiras, o grandes engaños, y estas son las más difíciles de lidiar, porque las grandes mentiras son casi el equivalente a la ideología comunista en su totalidad. Su escala es tan enorme, sus operaciones tan multifacéticas, su duración tan larga y la cantidad de gente afectada tan numerosa –incluyendo algunos que están sinceramente dedicados a la causa– que se pierde la realidad de la situación. El espectro comunista inventó la mentira de que la “gran unidad” es el objetivo del comunismo. Debido a que tal afirmación no puede ser desmentida en el corto plazo, este fue el engaño sobre el cual se basó el proyecto comunista en su totalidad. Los comunistas dicen que están estableciendo un Cielo sobre la Tierra, pero esta es justamente su mayor mentira, y el único fruto de esta mentira es un infierno sobre la Tierra.

El capítulo anterior analizó cómo el comunismo usurpó la noción del progresismo mediante otro gran engaño. En las últimas décadas, el comunismo se ha apropiado de varios movimientos sociales y ha llevado a la gente hacia el caos y la revolución, de lo cual hablaremos en próximos capítulos.

a. Cómo el comunismo utiliza la violencia y mentiras

Los partidos comunistas incentivan el conflicto de clases, y dicho conflicto es una lucha a muerte. Tal como dice el Manifiesto Comunista: “Los comunistas desprecian el tener que encubrir sus puntos de vista y objetivos. Ellos declaran abiertamente que su fin solo puede ser alcanzado derribando por la fuerza todas las condiciones sociales existentes”. [14]

Lenin también escribió en El Estado y la revolución: “Ya lo hemos dicho arriba, y lo demostraremos completamente más tarde, que la teoría de Marx y Engels sobre la inevitabilidad de la revolución violenta se refiere al Estado burgués. Este último no puede ser reemplazado por el Estado proletario (la dictadura del proletariado) mediante el proceso de ‘debilitamiento’, sino, como regla general, solo mediante una revolución violenta”. [15]

Durante el proceso de apropiarse del poder –tal como se vio durante la Comuna de París, la Revolución Rusa o el surgimiento del PCCh– los partidos comunistas utilizan métodos extremadamente violentos y sangrientos. Sin importar si sus enemigos son jóvenes o viejos, fuertes o débiles, los partidos comunistas los han quemado, robado y asesinado, exhibiendo una crueldad que estremece el alma. Los crímenes cometidos por los regímenes comunistas violentos son tan numerosos que es imposible numerarlos.

La secta comunista emplea violencia y mentiras para mantener el poder. Las mentiras son lubricantes para la violencia y también una manera de esclavizar al público. Los partidos comunistas están dispuestos a prometer cualquier cosa, pero nunca consideran cumplir sus promesas. A fin de satisfacer sus necesidades, cambian sus historias según cómo les plazca, sin ninguna base moral ni sentido de la vergüenza.

Mao, Ben Bella y Castro afirmaron que nunca establecerían regímenes totalitarios. Pero una vez en el poder, inmediatamente comenzaron con un totalitarismo de alta presión, con purgas en el partido y persecución de disidentes y de ciudadanos en general.

Además, la manipulación del lenguaje es uno de los métodos principales que utiliza la secta comunista para engañar a la gente –esto es, alterar el significado de las palabras, e incluso convertir a las palabras en sus opuestos. A medida que el lenguaje alterado se usa repetidamente, sus significados distorsionados se arraigan en lo profundo de las mentes de las personas. Por ejemplo, “Dios” se equipara con “superstición”; “tradición” equivale a “retraso”, “tontería” y “feudalismo”; “sociedad occidental” se equipara con “hostil” o “fuerzas antichina”; el “proletariado” se convierte en “los amos de los activos estatales”. Aunque el público en general no tenga ningún poder bajo el comunismo, los comunistas dicen que “todo el poder pertenece al pueblo”. Señalar la injusticia se califica de “incitar la subversión del poder del Estado”. Por lo tanto, cuando se habla con personas que han sido envenenadas profundamente por la secta comunista, la gente tiende a darse cuenta de que ambos lados suelen carecer de una base en común para la comunicación porque no comparten el mismo significado de las palabras.

La secta del comunismo no solo dice mentiras, sino que crea un ambiente para hacer que toda la población se le una mintiendo –incluyendo mediante el estudio político forzado, la declaración obligatoria de la postura política y el escrutinio político. Esto es para obligar a la gente a decir cosas que no creen y así desmoralizarlos y degradar su sentido de lo correcto y lo incorrecto. Cuando la gente se da cuenta de las mentiras comunistas, responden con sus propias mentiras. La secta comunista sabe que la gente le está mintiendo, pero esto es aceptable porque mentir es parte del juego. El peligro para los comunistas es cuando la gente comienza a decir la verdad.

La imposición de una cultura de falsedades es un medio para la degeneración moral ideado por los comunistas. Este libro ha señalado repetidamente que el régimen del PCCh no solo quiere asesinar al cuerpo físico, sino también provocar una corrupción moral extrema. En este sentido, el espectro del comunismo ha alcanzado parcialmente su objetivo.

b. Instigación de la violencia en Occidente

El espectro comunista está compuesto por la fuerza elemental del odio, y sus teorías están empapadas de odio. Promueve la lucha de clases y atribuye la raíz de todos los problemas a la estructura social tradicional. Dice que los ricos explotan a los pobres a fin de fomentar el resentimiento y el odio contra los ricos e incitar la revolución y la violencia. Con la expansión de los movimientos comunistas, su manipulación, violencia y mentiras se han convertido en algo común en Occidente y han llenado a la sociedad de rencor.

Una sociedad con mayor tendencia a la violencia se volverá menos estable y más dividida. En la sociedad estadounidense, algunos políticos y operativos políticos atacan a sus enemigos por medios inescrupulosos, como el engaño, los ataques personales y similares. Hoy en día, las diferencias irreconciliables entre los dos principales partidos los hacen parecer tan incompatibles como el fuego y el agua.

Los partidos y políticos de izquierdas afirman que protegerán los derechos del pueblo y seguirán las normas de una sociedad democrática. Pero cuando llegan al poder, bajo la influencia del espectro comunista, utilizan todos los métodos para reprimir la disidencia y privar arbitrariamente a otros de sus derechos.

No toda la gente quiere conflictos, pero solo hace falta unos pocos activistas comunistas para agitar las cosas. Después de la elección presidencial en 2016, los extremistas de Antifa siguieron de cerca a su objetivo –los conservadores– y fueron tras ellos en actos públicos y otras partes. Impidieron que seguidores del presidente y pensadores conservadores hablaran en eventos y, en algunos casos, incluso los atacaron directamente.

En junio de 2017, Steve Scalise, jefe de la banca mayoritaria de la Cámara de Representantes, recibió un disparo durante una práctica de béisbol por parte de un seguidor de otro partido. Un político izquierdista de Nebraska incluso dijo que le “alegraba” que Scalise hubiera recibido un disparo y que deseaba que hubiera muerto. Poco después este funcionario fue removido de su cargo de presidente de un comité de su partido a nivel estatal.

c. Mentiras que confunden a Occidente

El comunismo tiene una reputación negativa en Occidente, por lo que las mentiras son la única manera que tiene para expandir su influencia. Algunos políticos promueven medidas que son en esencia comunistas pero las presentan con otro nombre, con lemas como “libertad”, “progreso” y “el interés público”. Por ejemplo, al establecer un sistema de cobertura de salud socializada, no se le dice socialista sino «cobertura médica para todos» y «cobertura universal de salud» o lo justifican diciendo que tiene el apoyo de la opinión pública. Cuando los políticos de izquierda quieren forzar a los empleadores a pagar un salario mínimo, lo llaman “sueldo digno”. Hacen promesas vacías para ser elegidos, algo muy similar a lo que hacen los partidos comunistas para obtener el poder. De hecho, su objetivo es promover el socialismo, y sus tácticas imitan las promesas comunistas de crear un «Cielo en la Tierra».

En concreto, los políticos utilizan políticas fiscales y tributarias retorcidas y redistribucionistas –como otorgarles incentivos fiscales a sindicatos, programas gubernamentales y empresas de minorías– al tiempo que aumentan los impuestos a otras empresas y a los de mayores ingresos. El resultado es que los beneficiarios de dichas políticas (incluyendo los pobres, los sindicatos, etc) se vuelven dependientes de esos políticos que los favorecen y luego los apoyan en las elecciones. Tales políticos tienen un pie firme y de largo plazo en esa región y pueden así construir su maquinaria política. Al mismo tiempo, las empresas son exprimidas financieramente y por consiguiente deben achicarse, cerrar o mudarse, lo que da como resultado una constante disminución de los ingresos fiscales y de los empleos en la ciudad, y al final la ciudad cae en bancarrota.

En el pasado, la gente creía que Estados Unidos era una sociedad realmente libre y el último bastión contra el comunismo. Pero hoy en día, la gente ve claramente que los altos impuestos, un Estado benefactor altamente desarrollado, el colectivismo, el gran gobierno, la democracia social, la “igualdad social”, etc, son consagrados en las políticas y puestos en práctica; todos ellos derivan de una u otra manera del ADN ideológico socialista y marxista-leninista. En particular, la generación joven simplemente no conoce la historia de brutalidad de los países comunistas. Ellos anhelan y persiguen un ideal ilusorio y son engañados por el nuevo disfraz que ha asumido el comunismo. El resultado es que, sin saberlo, caminan por el camino hacia su ruina.

5. El camino al totalitarismo

El control totalitario que ejercen los regímenes comunistas sobre las vidas de los ciudadanos está bien documentado. Pero los derivados ideológicos del comunismo en países democráticos están constantemente trabajando por el mismo objetivo, promoviendo leyes que expanden agresivamente el poder gubernamental e incrementan las regulaciones sobre la sociedad y la economía. Lo que es incluso más aterrador es el hecho de que los autoritarios de la actualidad tienen ciencia y tecnología a su disposición que les dan el poder de vigilar y controlar a la sociedad a una escala que las tiranías del pasado ni se atrevieron a imaginar.

a. Erradicación del libre albedrío y supresión de la voluntad moral

Cuando los seres humanos siguen los valores tradicionales establecidos por lo divino, el desarrollo de su cultura transitará un camino ortodoxo que les ofrecerá un importante canal para conectarse con lo divino. Los diferentes sistemas sociales y políticos que se ven en las sociedades humanas derivan, del mismo modo, de sus respectivas culturas.

El Creador da a las personas el libre albedrío y la habilidad de manejar sus propios asuntos. La gente debe conducirse con autodisciplina, conducta moral y responsabilidad para con sí mismos y sus familias. Luego de estudiar política estadounidense en el siglo XIX, el filósofo político francés Alexis de Tocqueville llegó a apreciar enormemente dicha sociedad. Le impresionó la habilidad de los estadounidenses para la introspección, su entendimiento de la maldad, su voluntad de resolver problemas con paciencia y la falta de violencia en general a la hora de resolver problemáticas sociales. Él pensaba que la grandeza de Estados Unidos yace en su habilidad de corregir sus propios errores.

Por otro lado, lo que el espectro perverso del comunismo quiere es instigar a la gente a oponerse a la tradición y a la moral, y bloquear el camino para que la gente se incline hacia la bondad y lo divino. La gente de países comunistas se transforman, pasan de ser personas de Dios a convertirse en súbditos del diablo, todo sin darse cuenta. En países comunistas, el gobierno monopoliza los recursos sociales para que todo deba realizarse siguiendo las instrucciones de los líderes del Partido Comunista, quienes deben exhibir suficiente «naturaleza del partido» si quieren sobrevivir a las feroces luchas de facciones que caracterizan a los regímenes comunistas. Ciudadanos comunes o los cuadros de bajo nivel que intentan seguir su conciencia y actuar moralmente terminan casi invariablemente violando la línea ideológica del partido, y son degradados o calificados de enemigos de Estado. Luego se convierten en la clase marginal, obligados a luchar en lo más bajo de la sociedad.

En las sociedades libres, el gobierno también está yendo hacia el autoritarismo, con el “gran gobierno” en control de casi todo. Una de las características principales de la política autoritaria es un fuerte gobierno central que planea y dirige la economía. Actualmente, los gobiernos occidentales tienen un enorme poder para intervenir y controlar la economía a fin de cumplir con los planes del gobierno; utilizan los instrumentos de ingresos y gastos del Estado, los impuestos y el financiamiento de deudas.

La expansión del poder administrativo central, el control de gobiernos locales sobre las vidas de sus ciudadanos y numerosas leyes y dictámenes judiciales son el resultado de una expansión total del poder del gobierno y un control de la sociedad sin precedentes. La “corrección política” es una excusa para privar a la gente de su libertad de expresión. Quienes denuncian abiertamente las políticas siniestras son desestimados y acusados de “discurso de odio”. Quienes se atreven a oponerse a la corrección política son marginalizados, aislados, en algunos casos han perdido sus trabajos, y en casos extremos han sido amenazados o atacados.

Estándares políticos desviados han reemplazado los estándares morales rectos. Estos estándares son luego implementados con el poder de la ley, normativas y ataques públicos, creando una atmósfera de terror social y presión. Este terror social luego puede suprimir el libre albedrío de la gente y su libertad de elegir la bondad. Esta es la esencia de la política totalitaria.

b. Totalitarismo mediante ayuda social, tecnología y regulaciones excesivas

En la sociedad occidental contemporánea abundan las leyes y reglamentos que rigen los detalles de casi todos los aspectos de la sociedad, desde las prácticas en el lugar de trabajo hasta la crianza de los hijos. La ayuda social que brinda el Estado se ve cada vez más como una necesidad predeterminada, más que como una ayuda de emergencia para los verdaderamente desfavorecidos. Los avances en la tecnología han permitido a los gobiernos implementar su burocracia a una escala nunca antes posible. Alentando y acelerando este proceso están los grupos de izquierda y los políticos, que lo publicitan como progreso.

De hecho, la expansión de la supervisión gubernamental y la ayuda social del Estado plantean una grave amenaza a la libertad y la moral. En el siglo XIX, Tocqueville observó que «si el despotismo se estableciera entre las naciones democráticas de nuestros días, podría asumir un carácter diferente; sería más extenso y suave; degradaría a los hombres sin atormentarlos». [16]

Desde el nivel federal hasta los niveles estatales, de condado y municipales, se aprueban miles de nuevas leyes cada año. Casi todo tiene una ley o regla que lo limita. El código fiscal de Estados Unidos tiene decenas de miles de páginas, mientras que la reciente ley de seguro médico tiene más de veinte mil páginas. Incluso los jueces y abogados no pueden comprender todas las leyes, ni hablar de un ciudadano promedio. Una persona puede violar una ley sin siquiera darse cuenta.

Además, no importa cuán perfecta sea la ley, es solo una forma externa de restricción y no puede controlar el corazón humano. Como dijo Lao Zi, «Cuantas más leyes se promulguen, más ladrones y bandidos habrá».

La gente ignora el hecho de que los problemas sociales son causados por desatar el lado malvado del hombre. A medida que crean más y más leyes, ignorando el quid de la cuestión, se forma un círculo vicioso y la sociedad comienza su marcha paso a paso hacia el totalitarismo.

A lo largo de la historia, gobiernos competentes mantuvieron la capacidad de asignar recursos a los pobres, como en épocas de hambruna, sequía o inundaciones. Además, existían organizaciones benéficas en las comunidades locales y organizaciones religiosas. El jurista británico A.V. Dicey observó que en el siglo XX, sin embargo, los gobiernos comenzaron a ver a la ayuda social como algo que debía ser regulado y provisto por impuestos:

Ahora, antes de 1908, la cuestión de si un hombre, rico o pobre, debía asegurar su salud era una cuestión que quedaba completamente a la libre discreción o indiscreción de cada individuo. Su conducta no le concernía al Estado más que la cuestión de si debería vestirse con un abrigo negro o un abrigo color pardo. Pero, a largo plazo, la Ley Nacional de Seguros traerá sobre el Estado, es decir, sobre los contribuyentes, una responsabilidad mucho más pesada que la anticipada por los votantes ingleses […] [El seguro de desempleo] es de hecho la admisión por parte del Estado de que es su deber asegurar a un hombre contra la maldad resultante de la falta de trabajo. […] La Ley Nacional de Seguros concuerda con las doctrinas del socialismo. […] [17]

Sin embargo, los Estados con fuerte ayuda social del gobierno están plagados de debilidades inherentes. Nada es gratis. Los altos niveles de ayuda social están basados en altos impuestos, lo que causa todo tipo de males sociales. El modelo nórdico de asistencia social ha sido considerado un ejemplo positivo de prosperidad socialista a imitar por Occidente, pero en el norte de Europa, la relación entre tasa impositiva y PBI está entre las más altas del mundo, y muchas de las tasas impositivas de esos países son de alrededor del 50%.

Varios analistas han señalado que hay varios problemas fatales en la cobertura médica socialista. No es sustentable, ya que la gente quiere beneficiarse de los servicios gratuitos más de lo que paga por ellos. No hay recompensas ni multas por desempeño, y quienes trabajan en la industria médica no asumen ninguna responsabilidad legal por lo que hacen. Esto causa enormes pérdidas al gobierno: la gente roba por los agujeros del sistema, abusa del mismo y se involucra en transacciones clandestinas. El gobierno decide sobre la vida y la muerte de la gente a través del sistema médico, el cual está plagado de burocracia. [18]

En 2010, un hombre de 32 años de edad llamado Jonas en el norte de Suecia tuvo que suturar sus heridas después de estar horas esperando por atención médica. Luego de cortarse mientras renovaba su casa, primero fue a una clínica de pacientes ambulatorios, pero estaba cerrada. Luego fue a una sala de emergencias, donde estuvo esperando una hora a que lo atendieran mientras su herida seguía sangrando. Finalmente, al ver una aguja con hilo que las enfermeras habían dejado a la vista, trató de suturar sus heridas. El personal del hospital luego lo denunció por violar la ley al usar equipamiento médico sin autorización [19]. Este es solo un ejemplo de cómo una estructura de asistencia socializada puede tener resultados ridículos. Ya que todos quieren cobertura médica gratuita, se abusa de los recursos. El choque entre las limitaciones de recursos y la exigencia de que las cosas sean gratis causa desequilibrios entre la oferta y la demanda. La falta de oferta significa largas esperas y atención inadecuada. Quienes realmente necesitan cuidado médico se ven perjudicados por la medicina socializada.

Además, mientras que tener ayuda social desde la cuna hasta la tumba puede parecer bueno para muchos, la dependencia de la población en el gobierno establece la base para un régimen autocrático. Este principio se refleja claramente en el entendimiento marxista de que el socialismo es meramente la etapa primaria del comunismo.

Una mayor participación de las autoridades en la regulación de la sociedad o en la vida de los ciudadanos requiere sistemas más amplios de control estatal: contratar personal y elaborar reglamentos requieren dinero, que se genera a partir de los impuestos. Con la expansión del Estado también se crean poderosas camarillas políticas que tienen un interés personal en mantener y ampliar el alcance de su autoridad.

La tecnología hace que sea aún más conveniente para los gobiernos controlar a sus poblaciones. El Partido Comunista Chino es el representante más obvio de esto, pero los mismos peligros se presentan en países occidentales, particularmente en Europa, donde los programas socialistas son ya omnipresentes.

La China de hoy tiene el sistema de vigilancia más grande del mundo. En lugares públicos y en los caminos hay por todas partes cámaras de vigilancia. En pocos minutos, los rostros que están en una lista negra pueden ser filtrados de un mar de 1400 millones de personas. El software de vigilancia embebido en los teléfonos celulares a través de WeChat permite la vigilancia abierta, y la privacidad está completamente ausente para cualquiera con un celular. Simplemente no hay dónde esconderse.

A medida que la tecnología se vuelve más y más avanzada y los gobiernos se hacen más y más grandes, que Occidente continúe en el camino al socialismo daría como resultado un destino igualmente horroroso: estar constantemente monitoreados, presionados y manejados. Este último escenario no es en absoluto una exageración.

Además de la vigilancia física y la censura, el gobierno también puede utilizar el big data e información financiera para que determinados ciudadanos sean despedidos de sus trabajos. Puede hacer que los bancos cancelen sus hipotecas. Un gobierno con estos medios tecnológicos puede revocar las licencias de los ciudadanos desobedientes y cortarles el acceso a la ayuda social que, debido a otras políticas económicas, es su única forma de mantener el sustento.

6. La amenaza del comunismo contra los valores básicos

Las ideologías comunistas han causado estragos en la esfera política durante siglos. En Oriente, los regímenes comunistas movilizaron las fuerzas del Estado para aplastar a los opositores políticos, destruir la cultura tradicional y matar a decenas de millones de personas. En Occidente, los movimientos de izquierda se han ido apoderando del proceso democrático. Aunque evitan la violencia y la dictadura abiertas, las políticas que proponen siguen la misma filosofía de lucha.

El deseo de poder, riqueza y fama son tan viejos como la humanidad misma, y cada persona alberga la capacidad de hacer el bien y el mal. Al aprovecharse de las debilidades morales inherentes a la naturaleza humana, el espectro del comunismo ha cultivado redes de «agentes» en todo el mundo.

Debido a la infiltración del espectro comunista, las sociedades occidentales de hoy en día están divididas a un grado sin precedentes, con la izquierda usando todo su poder para obstruir y boicotear a quienes tienen puntos de vista tradicionales en la política. No es exagerado decir que Occidente está en guerra por sus propios valores.

La influencia política de la izquierda ha demostrado ser extremadamente resistente a los intentos de debilitarla o revertirla. Los políticos y activistas bajo la influencia del comunismo se confabulan con los medios de comunicación para desacreditar a la oposición y difundir información engañosa para confundir al público. Los funcionarios de izquierda ignoran u obstruyen los decretos gubernamentales, desvían recursos públicos para apoyar sus planes ideológicos y promulgan políticas que exacerban la división y el conflicto social.

En 2018, según una encuesta realizada por The Associated Press y el Centro de Investigación de Asuntos Públicos del NORC, más del 80 por ciento de los encuestados creía que el país estaba más profundamente dividido en la política que en el pasado y que los estadounidenses estaban muy divididos en valores importantes. [20]

El Estado tiene una capacidad inigualable para reunir recursos humanos y económicos. Ejercido correctamente, el poder político puede traer grandes beneficios a toda la nación y mejorar la comunidad internacional. Pero como se ha visto a lo largo de la historia, y en la historia del movimiento comunista, el abuso de ese poder conduce a crímenes monstruosos.

El expresidente de EE. UU. Reagan dijo en su primer discurso inaugural: «De vez en cuando, hemos estado tentados a creer que la sociedad se ha vuelto demasiado compleja para ser administrada por el autogobierno, que el gobierno de un grupo de élite es superior al gobierno para, por y del pueblo. Pero si nadie entre nosotros es capaz de gobernarse a sí mismo, entonces, ¿quién de nosotros tiene la capacidad de gobernar a alguien más?» [21] El presidente Donald Trump dijo que en Estados Unidos, «no adoramos al gobierno, adoramos a Dios». [22]

La unidad de un país requiere un conjunto de valores comunes y una cultura compartida. Aunque las doctrinas difieren entre las religiones, los estándares para el bien y el mal son similares. En Estados Unidos, esto hace posible que personas de diferentes orígenes étnicos y culturales vivan juntas en armonía. Sin embargo, cuando el pueblo está dividido por cuestiones de moralidad básica, lo que está en juego es la supervivencia misma del país.

A continuación: Capítulo Nueve, Parte 1

Actualizado del 29 de mayo de 2020

Referencias

14. Marx and Engels, “Manifesto.”

15. Vladimir Lenin, The State and Revolution (1918), 381–492, Marxists Internet Archive, accessed April 17, 2020, https://www.marxists.org/archive/lenin/works/1917/staterev/ch01.htm.

16. Alexis de Tocqueville, Democracy in America, vol. ii, Henry Reeve, trans., (London: Longmans, Green, and Co., 1889), 289.

17. Albert Venn Dicey, Lectures on the Relation Between Law & Public Opinion in England, During the Nineteenth Century (London: Macmillan and Co., 1919), xxxviii, Online Library of Liberty, accessed April 17, 2020,
http://oll.libertyfund.org/pages/dicey-on-the-rise-of-legal-collectivism-in-the-20thc.

18. Paul B. Skousen, The Naked Socialist (Salt Lake City, UT: Izzard Ink, 2014), Kindle edition.

19. Peter Vinthagen Simpson, “Jonas, 32, Sewed Up His Own Leg after ER Wait,” The Local, August 3, 2010, https://www.thelocal.se/20100803/28150.

20. Juana Summers, “AP-NORC Poll: Most Americans See a Sharply Divided Nation,” The Associated Press, http://www.apnorc.org/news-media/Pages/AP-NORC-Poll-Most-Americans-see-a-sharply-divided-nation.aspx.

21. Ronald Reagan, “First Inaugural Address of Ronald Reagan” (speech, US Capitol, Washington, DC, January 20, 1981), The Avalon Project, accessed April 17, 2020, https://avalon.law.yale.edu/20th_century/reagan1.asp.

22. Donald Trump, “Remarks by President Trump at the 2017 Values Voter Summit” (speech, Omni Shoreham Hotel, Washington, DC, October 13, 2017), White House, accessed April 17, 2020, https://www.whitehouse.gov/briefings-statements/remarks-president-trump-2017-values-voter-summit.

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