‘Carta desde Masanjia’: la conmovedora historia de Sun Yi, autor de cartas de SOS

Nuevo documental que se estrenó en renombrado festival de cine revela una verdad aterradora.

Por The Epoch Times
12 de junio de 2018 6:06 PM Actualizado: 28 de abril de 2019 10:32 PM

Para los defensores de los derechos humanos, el campo de trabajo forzado de Masanjia es el símbolo más sombrío del régimen totalitario de China. En la vasta red de campos de trabajo del país, siempre ha sido el más temido.

«Carta desde Masanjia» (“Letter from Masanjia,” en inglés), un nuevo documental del director Leon Lee de Vancouver, Canadá, que se estrenó en el festival de cine Hot Docs en Toronto, Canadá el pasado 27 de abril, cuenta la inverosímil historia de cómo la carta de auxilio de un prisionero escrita a mano, encontró su camino hacia los Estados Unidos y puso toda la atención internacional en el sistema de campos de trabajo forzado de China.

Esta historia comenzó en 2011 cuando Julie Keith, madre de dos niños que viven en Oregon, abrió un paquete de decoraciones de Halloween que había comprado en un establecimiento comercial K-Mart local. Dentro del paquete encontró una nota rota escrita a mano en chino y en inglés que decía, en parte, «Si ocasionalmente compras este producto, por favor, reenvía esta carta a la Organización Mundial de los Derechos Humanos. Miles de personas aquí te agradecerán y recordarán para siempre».

En la nota se describían las penosas condiciones de trabajo en el campo de trabajo de Masanjia y se hacía referencia a la tortura y los maltratos sufridos por los prisioneros.

El escritor de la carta fue Sun Yi, un preso de conciencia de Falun Gong detenido en Masanjia que a menudo escondía cartas en las decoraciones de Halloween que se veía obligado a elaborar y empaquetar.

Sun Yi sosteniendo la carta de SOS que escribió, le dio la vuelta al mundo y regresó a
él. (Cortesía de Flying Cloud Productions)
Perseguido por su fe, Sun fue secuestrado por la policía en 2008 y condenado a dos años y medio de trabajos forzados. Buscando una oportunidad para comunicar su difícil situación al mundo, escribió cartas mientras fingía dormir en su hacinada celda. Él las ocultaba en paquetes de decoraciones de Halloween que iban a ser exportadas cuando se le presentaba la oportunidad.

Cuando Keith encontró la carta, la llevó al periódico de su estado y la historia se convirtió en noticia internacional.

Sun Yi se topó con la historia y su carta en Internet después de ser liberado de Masanjia. Sorprendido y animado, decidió utilizar la publicidad para exponer aún más a Masanjia haciendo un documental sobre su experiencia. Se puso en contacto con Leon Lee y le pidió que le aconsejara sobre la mejor manera de captar su historia en una película. Reunió a un equipo y, con gran riesgo para su seguridad, comenzó a documentar su experiencia. Después filmó el material para Leon, quien lo convirtió en un documental.

Sun Yi se reunió con Julie Keith, la mujer estadounidense que encontró la nota en el paquete de decoraciones de  Halloween proveniente de China. (Cortesía de Flying Cloud Productions)
La oscura guarida del mal

 En 2013, China cerró —al menos nominalmente— su red de campos de reeducación a través del trabajo, donde fuera de cualquier estado de derecho se aplicaban todas las formas de tortura. De estos campos, Masanjia era considerado como el peor. Era conocido entre los practicantes de Falun Gong como «la oscura guarida del mal».

Recreación animada de Sun Yi subrepticiamente escribiendo una carta SOS en la cama por la noche, en el campo de trabajos forzados de Masanjia. (Cortesía de Flying Cloud Productions)
Masanjia fue el epicentro para la persecución hacia los practicantes de Falun Gong, con una notoria reputación por sus abusos contra los derechos humanos. La película de 2014, «Mujeres sobre cabezas de fantasmas» (“Above the Ghosts’ Heads: The Women of Masanjia Labour Camp” en inglés), expuso los crímenes más atroces perpetrados contra las prisioneras, incluyendo varios tipos de tortura sexual.

En las prisiones y campos de trabajo forzado de China, los practicantes de Falun Gong pueden obtener un trato preferencial o liberación renunciando a su fe mediante la firma de una «declaración de garantía» que es forzada u obtenida a través de la tortura.

Sun sufrió un largo período de intensa tortura en Masanjia, incluyendo ser «colgado» de una litera día y noche durante más de un año, pero nunca cedió a las demandas de renunciar a Falun Gong. Como dice uno de sus guardias del campo de prisioneros en la película: «Tiene una gran fortaleza aunque luce como un frágil intelectual».

El costo humano del totalitarismo

La historia de Sun Yi es un microcosmos de la persecución de Falun Gong, también llamado Falun Dafa, una práctica de meditación tradicional transmitida desde la antigua China. Una campaña de persecución fue lanzada por el Partido Comunista Chino en 1999 y en ella decenas de miles de seguidores de Falun Dafa fueron enviados arbitrariamente al sistema de campos de trabajo o condenados a duras penas de prisión.

‘Carta desde Masanjia’ es una crítica directa al totalitarismo, así como una celebración al espíritu humano.

Los parientes no practicantes de esta disciplina espiritual también son perseguidos debido a su relación, lo que resulta en familias fracturadas; la presión comúnmente lleva a que las parejas se divorcien. Esta triste historia se desarrolla en la vida de Sun y es desgarrador ver cómo su estoico pero desafortunado matrimonio se vino abajo. La entrevista a la esposa de Sun es una de las más conmovedoras de la película. Está claro que se preocupa mucho por su marido, pero se enfrenta a una serie de circunstancias adversas.

Aunque «Carta desde Masanjia» es una crítica al sistema de campos de trabajo de China, también es una historia de cómo un matrimonio, buenas personas que sólo querían vivir una vida normal, son destrozadas por el miedo y la intimidación de un estado policial corrupto.

Sun Yi huyendo de las autoridades chinas en Beijing. (Cortesía de Flying Cloud Productions)

Uno podría esperar que Sun guardara algo de resentimiento hacia sus captores, pero en vez de eso se le ve tranquilo y bondadoso. La difícil situación de los disidentes de China se hace conmovedoramente humana a través de la humilde fuerza de voluntad de Sun.

Haciendo bien la historia

Flying Cloud, de Leon Lee, se ha convertido en la productora cinematográfica de facto por exponer los crímenes del régimen chino. Películas como «Cosecha Humana», ganadora del premio Peabody, le han ganado a la compañía la reputación de ser una feroz y creíble defensora de los derechos humanos.

Leon Lee director del documental originario de Vancouver, Canadá (Derecha) finalmente conoce a Sun Yi en persona en Yakarta, Indonesia. (Cortesía de Flying Cloud Productions)
Leon Lee y su equipo se han esforzado mucho debido al peso de responsabilidad que ha supuesto esta historia. Tuvieron que tomar decisiones difíciles, sabiendo que la película podría poner en peligro los contactos de Sun en China. A Lee se le confió la responsabilidad de hacer justicia al viaje de Sun, y con «Carta desde Masanjia» dio en el blanco.

La película en sí misma es un milagro. La mayor parte de las imágenes fueron sacadas de contrabando de China por Sun en el curso de la producción. Es raro que este tipo de material de documentación escape de las fronteras fuertemente controladas del país y aún más raro que reciba este nivel de producción.

Rodado por cineastas aficionados, el metraje muestra las circunstancias inmediatas de Sun de manera que mantiene a la película en un ritmo rápido y en suspenso. Dependía de Leon y su equipo montarla con una narrativa coherente.

La película se complementa con una animación distópica de las crudas realidades de Masanjia y de los métodos de tortura aplicados a Sun, no de manera gráfica sino diseñados para transmitir el mensaje. Los bocetos originales fueron dibujados a mano por él mismo, añadiendo un elemento de autenticidad a la animación.

Una fisura en los cimientos

Uno podría esperar un final feliz y una resolución justa del problema, pero el viaje de Sun Yi no termina en triunfo. Su sacrificio final hace que esta historia sea aún más importante de contar.

En la obra maestra de Aleksandr Solzhenitsyn «El archipiélago de Gulag», un crudo relato del sistema de reeducación laboral de la era soviética y el impacto que tuvo en la sociedad, pusieron al descubierto las patologías ideológicas del marxismo. La exposición en tres volúmenes se considera un documento clave en la caída de la Unión Soviética. El conocimiento, combinado con la desesperación y el cansancio de la opresión, volvió a un público ya desafecto contra la doctrina comunista que el país había abrazado una vez.

China se encuentra en una encrucijada similar. La persecución y la intimidación hacen que la población sea desconfiada y rebelde. La inspiradora historia de Sun puede que no derribe por sí sola al Partido Comunista que gobierna el país con un puño de hierro, pero seguramente ensanchará las fisuras en sus cimientos.

Con poco más de una hora de duración, «Carta desde Masanjia» es una señalada crítica al totalitarismo, así como una celebración al espíritu humano. La veracidad de la difícil situación de Sun y su familia dice mucho sobre el estado del régimen chino. No es una imagen bonita.

Plenamente consciente del sufrimiento que su familia soportó a causa de sus convicciones, un resuelto Sun dice: «Creo que hacer algo para cambiar el sistema es la mejor manera de compensar a mi familia». Y él ya lo hizo.

«Carta desde Masanjia» se proyectó en el festival Hot Docs el 27 de abril, 29 de abril y 4 de mayo en el teatro TIFF Bell Lightbox, con la presencia del director Leon Lee y la invitada especial Julie Keith la mujer que encontró la carta. El festival se celebró del 26 de abril al 5 de mayo del año en curso.

 

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