La China comunista está desarrollando sus fuerzas nucleares para amenazar a Estados Unidos y proteger sus ambiciones autoritarias, según la recién publicada Estrategia de Defensa Nacional de la Administración Biden.
La nueva Estrategia de Defensa Nacional (pdf), publicada el 27 de octubre, destaca que el régimen comunista de China es «el desafío más completo y serio para la seguridad nacional de Estados Unidos», y ordena a los líderes políticos y militares que «actúen urgentemente para mantener y reforzar la disuasión de Estados Unidos» contra el régimen.
Cabe destacar la advertencia del documento de que China está desarrollando nuevas armas nucleares para amenazar a Estados Unidos, posiblemente preparando un primer ataque nuclear.
«La RPC está aumentando su capacidad de amenazar a Estados Unidos y a nuestros aliados y socios con armas nucleares», dice la estrategia, utilizando un acrónimo del nombre oficial de la China comunista, la República Popular China.
«El abanico de opciones nucleares a disposición de los dirigentes de la RPC se ampliará en los próximos años, lo que le permitirá adoptar potencialmente una gama más amplia de estrategias para lograr sus objetivos, que incluirán la coerción nuclear y el primer uso de armas nucleares limitado».
La estrategia también advierte que el Partido Comunista Chino (PCCh), que gobierna China como un estado de partido único, se ha alineado con la Rusia de Putin y que la necesidad de disuadir a dos potencias nucleares simultáneamente pondría a prueba los límites de las capacidades nucleares de Estados Unidos.
«La RPC se ha embarcado en una ambiciosa expansión, modernización y diversificación de sus fuerzas nucleares y ha establecido una incipiente tríada nuclear», decía la estrategia. «Es probable que la RPC tenga la intención de poseer al menos 1000 ojivas nucleares para el final de la década».
«Estados Unidos y sus aliados y socios se enfrentarán cada vez más al reto de disuadir a dos grandes potencias con capacidades nucleares modernas y diversas —la RPC y Rusia— creando nuevas tensiones en la estabilidad estratégica».
Los expertos llevan tiempo advirtiendo de que la irrupción nuclear de la RPC podría socavar los esfuerzos de disuasión de Estados Unidos, ya que las capacidades y la postura de las fuerzas nucleares estadounidenses fueron diseñadas específicamente para contrarrestar solo a Rusia.
Para ello, la estrategia también advertía que el PCCh estaba involucrado en «formas muy desarrolladas de coerción en la zona gris» contra Estados Unidos, sus aliados y socios. Además, decía, el régimen estaba tratando de ampliar drásticamente su presencia militar en el extranjero mediante el establecimiento de nuevas bases y la firma de nuevos tratados de seguridad.
«La RPC y Rusia plantean ahora retos más peligrosos para la seguridad en el país, incluso cuando persisten las amenazas terroristas», decía la estrategia.
La estrategia también decía que el PCCh estaba comprometido en un esfuerzo sistémico y «cada vez más agresivo» para desafiar y socavar a Estados Unidos. Al hacerlo, decía, el régimen podría remodelar el orden mundial «para adaptarlo a sus intereses y preferencias autoritarias».
Por ello, según la estrategia, el PCCh estaba ampliando y modernizando drásticamente su brazo militar, el Ejército Popular de Liberación (EPL). Además, este crecimiento se estaba llevando a cabo con el propósito explícito de atacar las defensas de Estados Unidos y sus aliados.
«La República Popular China ha ampliado y modernizado casi todos los aspectos del EPL, centrándose en contrarrestar las ventajas militares de Estados Unidos», decía la estrategia.
«El EPL busca apuntar a la capacidad de la Fuerza Conjunta para proyectar poder para defender intereses vitales de Estados Unidos y ayudar a nuestros aliados en una crisis o conflicto».
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