WASHINGTON —El régimen comunista de China cree que debe socavar y desplazar a Estados Unidos para prosperar, según el máximo responsable de los servicios de inteligencia del país.
El régimen está trabajando activamente para expandir su modelo autoritario de gobierno por todo el mundo y para suplantar los intereses de Estados Unidos en Asia específicamente, dijo la directora de Inteligencia Nacional Avril Haines.
«[China] está desafiando cada vez más a Estados Unidos desde el punto de vista económico, tecnológico, político, militar y de inteligencia en todo el mundo», declaró Haines durante una audiencia celebrada el 4 de mayo en la Comisión de Fuerzas Armadas del Senado.
«Evaluamos que el Partido Comunista Chino (PCCh) bajo el presidente Xi Jinping continuará los esfuerzos durante el próximo año para lograr la visión de Xi de hacer de China la potencia preeminente en el este de Asia, y una gran potencia en el escenario mundial».
Para ello, Haines dijo que el PCCh está comprometido en «esfuerzos para socavar las normas, principios y mecanismos globales que promueven y apoyan la cooperación como resultado», y considera el declive de Estados Unidos un objetivo necesario para asegurar su propio ascenso.
«Lo que es quizás más preocupante es que el PCCh está cada vez más convencido de que sólo puede cumplir con la visión de Xi a expensas del poder y la influencia de Estados Unidos, y a través de herramientas de coerción», dijo Haines.
«Percibiendo a Estados Unidos como una amenaza, el [PCCh] busca socavar la influencia de Estados Unidos, y está buscando retratar a Estados Unidos como la raíz de los problemas globales».
Según Haines, una de las formas que tiene el régimen de conseguirlo es utilizar las acciones de Estados Unidos en el extranjero para justificar la agresión, disfrazando acciones planificadas de antemano como reacciones orgánicas a Estados Unidos.
Un ejemplo de ello, dijo Haines, fueron las maniobras militares exageradas del régimen en torno a Taiwán tras una breve conversación entre el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, y la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen. Aunque el régimen alegó que tales acciones eran una respuesta a las acciones de Estados Unidos, en realidad los agresivos ejercicios llevaban meses planeándose.
«China trata de dividirnos de nuestros aliados y socios, y luego enmarcar las acciones de Estados Unidos como provocaciones que proporcionan la base para una agresión [pre]planeada, que luego afirman que son sólo respuestas», dijo.
Este «enfoque cada vez más agresivo», dijo Haines, está diseñado para ayudar al régimen a «remodelar la gobernanza mundial de acuerdo con las preferencias de Xi» y solidificar aún más el «monopolio de poder del PCCh en China».
El PCCh «busca ganar sin luchar»
Si Estados Unidos no hace más para contrarrestar seriamente al PCCh en esta creciente competencia estratégica, dijo el presidente del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, Jack Reed (D-R.I.), podría perder la batalla con China sin verse arrastrado a un conflicto militar.
Esto se debe a que el PCCh «quiere ganar sin luchar», dijo Reed, y su enorme desarrollo militar se centra en «contrarrestar nuestras ventajas» para disuadir a Estados Unidos de enfrentarse al régimen.
Citando el Concepto Conjunto del Pentágono para Competir (pdf), Reed dijo que Estados Unidos corría el riesgo real de perder una influencia y unos recursos inestimables en el extranjero mientras se preparaba para una guerra que podría no llegar nunca a producirse.
«[El Concepto Conjunto dice] que si no adaptamos nuestro enfoque para competir más eficazmente, Estados Unidos corre el riesgo de ceder influencia estratégica, ventaja y apalancamiento, mientras se prepara para una guerra que nunca llega a producirse», dijo Reed. «De hecho, el documento advierte de que Estados Unidos podría perder sin luchar».
El documento del Pentágono, publicado el pasado mes de febrero, pretende centrar los esfuerzos del Pentágono en promover activamente los intereses nacionales y los objetivos estratégicos estadounidenses, en lugar de limitarse a negar a sus adversarios el acceso a los mismos.
El documento dice que la acumulación militar de China está explícitamente diseñada para contrarrestar al ejército estadounidense, no para luchar realmente, sino para asustar a Estados Unidos y evitar que luche mientras China consigue otras victorias no militares en el extranjero.
«[China] pretende disuadir militarmente la intervención estadounidense y presentar a Estados Unidos un hecho consumado que lo obligue a aceptar un resultado estratégico que dé lugar a una esfera de influencia regional [china] y a un sistema internacional más favorable a los intereses nacionales [chinos] y a sus preferencias autoritarias», dice el documento.
En este sentido, Reed afirmó que la competencia estratégica de Estados Unidos con el PCCh tiene lugar en todas las regiones del mundo y afecta a todos los instrumentos del poder nacional.
«Durante varias décadas, [el ejército chino] ha estudiado la forma de hacer la guerra de Estados Unidos y ha centrado sus esfuerzos en contrarrestar nuestras ventajas», dijo Reed.
«Esta competición se produce en todos los ámbitos del poder nacional. Militar, económico, político, tecnológico y más, y en todas las regiones del mundo».
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