China busca un “Nuevo Mundo Feliz” de embriones genéticamente modificados

01 de mayo de 2015 9:16 PM Actualizado: 01 de mayo de 2015 9:51 PM

La noticia de que un grupo de investigadores chinos realizaron una modificación de líneas germinales (alteración de células sexuales y embriones) con el fin de eliminar el gen responsable de una enfermedad sanguínea común, fue recibida con poco alarde por parte de los principales investigadores en su campo, pues ya se había condenado premeditadamente su práctica semanas antes de que los investigadores de la Universidad Sun Yat-sen de Guangzhou publicaran sus resultados.

En la edición de marzo de la revista Science, un grupo de biólogos pidió una moratoria sobre la modificación de líneas germinales hasta que se concluyeran las discusiones sobre las posibles consecuencias médicas, legales y éticas del procedimiento.

“Tenemos que asegurarnos de que estamos haciendo las investigaciones adecuadas antes de emplearlas en formas que podrían ser perjudiciales”, dijo Jennifer Doudna, presidente del Centro Biomédico y de Ciencias de la Salud de la Universidad de Berckley y coautora del artículo publicado en Science, a partir de una entrevista realizada en abril. “La recomendación es para una pausa clínica”.

Doudna es una pionera del CRISPR-Cas9, el innovador método de modificación del genoma que fue utilizado por los investigadores en Sun Yat-sen. CRISPR involucra el uso de un complejo de enzimas que se abren paso en el ADN y reemplazan genes específicos.

CRISPR fue descrito por primera vez por Doudna y su coautora, Emmanuelle Charpentier, para la revista Science en 2012. A pesar de la novedad de la técnica, la modificación de genes tiene décadas de antigüedad; CRISPR principalmente amplió las posibilidades al hacer que los genes sean más accesibles.

CRISPR fue descrito como un importante avance para la biotecnología, y en el pasado noviembre, Doudna y Charpentier recibieron el Premio Breakthrough de manos de Cameron Díaz y el CEO de Twitter Dick Costolo, por un valor de 3 millones de dólares para cada una de ellas.

Las extensas investigaciones clínicas sobre la modificación de genes ya eran conocidas, pero hasta ahora, solo se limitaban a la modificación de células humanas somáticas (no sexuales).

Peligros de la modificación de embriones

La modificación de líneas germinales plantea una serie de problemas médicos y éticos distintos respecto de la modificación genética existente, que tienen que ver más con sus posibles usos terapéuticos. Un ejemplo dado por los defensores de la precaución fue el de las células T modificadas, que podrían sustituir a los medicamentos actuales para el HIV/SIDA.

La infusión de células somáticas modificadas no corre el riesgo de alterar los genes y transmitirse a la siguiente generación, mientras que un “bebe de diseño” sí puede transmitir sus genes, lo que conlleva peligros desconocidos hasta el momento; sin embargo esto no es un problema para los investigadores de Sun Yat-sen, que deliberadamente utilizaron embriones no viables.

“Los científicos actualmente carecen de una comprensión adecuada de la seguridad y los posibles riesgos a largo plazo de la modificación genética de líneas germinales”, dijo la Sociedad Internacional para la Investigación de Células Madres (ISSCR, por sus siglas en inglés) en marzo, en una declaración que pedía por una moratoria de la modificación de líneas germinales humanas clínicas.

La ISSCR afirma que todavía no se llega a un consenso sobre las potencialidades terapéuticas del método o sobre cómo distinguir sus usos terapéuticos de los “intentos de mejoramiento humano”, lo que generalmente es considerado un tabú dentro de la comunidad científica.

En la novela ‘Un Mundo Feliz’ de Aldous Huxley, la sociedad está rígidamente organizada en cinco castas determinadas por medio de la modificación embrionaria. Muchas de las preocupaciones que rodean la idea del “diseño de bebés” tienen que ver con que la modificación de líneas germinales podría hacer realidad la visión del futuro despótico de Huxley.

“El temor es que la ingeniería de líneas germinales conduzca hacia una distopía de súper-personas y bebes diseñados quienes puedan permitírselo”, escribió Antonio Regalado en la revista Technology Review. “¿Por qué no diseñamos un grupo de personas inteligentes para que en el futuro sean nuestros líderes y científicos?”.

Hasta el momento, los prospectos de un mundo poblado por bebés diseñados se mantiene en el campo de la ciencia ficción. El estudio de la genética de la inteligencia se encuentra en sus comienzos, con el mejoramiento artificial de la inteligencia humana aproximándose al borde de lo imposible.

La altura humana, una variable infinitamente menos compleja que el coeficiente intelectual, fue recientemente relacionada con 697 variables genéticas en un descubrimiento reciente. No hay un único gen que explique mucho sobre la variancia de la altura, aparte de mutaciones perjudiciales, como el síndrome de Marfan.

Investigaciones similares en el campo de la inteligencia se encuentran todavía muy lejos. Un informe del año 2013 dice que, la investigación más grande de los componentes genéticos del coeficiente intelectual solo cuenta con muestras de ADN de 5.000 personas, la mitad de las 10.000 que en un principio arrojaron resultados para los estudios genéticos de la altura.

Gran parte de las investigaciones están siendo encabezadas por el Instituto Genómico de Beijing (BGI, por sus siglas en ingles), una compañía china parcialmente fundada por el estado. En sus instalaciones de Hong Kong, un proyecto consistió en la secuenciación del genoma de 220 individuos con un coeficiente superior a 160.

“Las personas eligieron ignorar la genética de la inteligencia por un largo tiempo”, dijo Zhao Bowen, que supervisa las oficinas del BGI en Hong Kong. “Se cree que es un tema controversial, especialmente en occidente. Ese no es el caso de China”, agregó.

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