China está aprovechando vacíos legales para comprar tierras agrícolas estadounidenses con el objetivo de sabotear la seguridad nacional de Estados Unidos, advirtió Ross Kennedy, fundador de la consultora estadounidense de logística y cadena de suministro Fortis Analysis y miembro sénior del Security Studies Group.
Han emergido informes de que las empresas chinas han incrementado la compra de tierras agrícolas estadounidenses para diversos proyectos, desde la energía verde hasta la agricultura. Las autoridades locales han justificado la autorización de estas empresas, alegando que los proyectos contribuirían a generar empleo e ingresos fiscales en sus regiones.
«Cada vez que estas empresas chinas vienen a Estados Unidos con promesas de desarrollo económico, ellas están aprovechando los vacíos legales de nuestra propia base de infraestructuras y fabricación industrial», declaró Kennedy el 17 de diciembre al programa China in Foco de NTD, medio de comunicación hermano de The Epoch Times.
«Ellos van a explotar todos los vacíos legales (…) cada medio de su arsenal de tácticas y trucos y estrategias para socavar la seguridad nacional de Estados Unidos», añadió Kennedy.
También destacó la adquisición por un multimillonario chino de 140,000 acres de tierras de cultivo en el condado de Val Verde, Texas, desde 2016, para construir un parque eólico.
«Así que en el caso de los parques eólicos de Texas, fue que esa parte de Texas puede ser bastante deficitaria de energía en ciertas épocas del año, y la estructura de crédito fiscal para los parques eólicos, la necesidad de energía adicional en esa parte del estado de Texas, todo eso fue explotado para decir: ‘Bueno, uno realmente necesita estos parques eólicos. Nosotros compraremos estos terrenos, asumiremos la carga de construirlos y devolveremos energía a la red», afirmó Kennedy.
Respecto a los terrenos agrícolas comprados en Texas, dijo que están situados en la ciudad fronteriza de Del Rio, junto a la base aérea de Laughlin.
Además, destacó la compra de 370 acres de terreno en Dakota del Norte por parte de Fufeng Group, una entidad cuyo propietario tiene estrechos vínculos con el Partido Comunista Chino, para instalar en él una planta de molienda de maíz.
El proyecto propuesto está situado a unas 12 millas de la base aérea de Grand Forks.
Debido a la proximidad de estos proyectos con bases militares estadounidenses, Kennedy indicó que las entidades chinas se inclinan por esos estados «donde tenemos mucha infraestructura militar, especialmente instalaciones de la Fuerza Aérea y la Fuerza Espacial, que se ocupan mucho de la transmisión de datos, telecomunicaciones, cosas de tipo aeroespacial».
Estas ubicaciones permitirían a las entidades chinas «llevar a cabo actividades pasivas y activas de recopilación de señales de inteligencia, inteligencia electrónica y contraespionaje», entre otras cosas.
Riesgos para la seguridad nacional
En el caso de la transacción de tierras agrícolas de Dakota del Norte, Kennedy cree que la ciudad de Grand Forks desempeñó un papel ayudando al grupo chino a eludir los protocolos de seguridad nacional.
En otoño de 2021, Fufeng compró 370 acres de tierra en Dakota del Norte por 2.6 millones de dólares. En julio, la ciudad de Grand Forks aprobó el acuerdo de desarrollo para el proyecto del molino de maíz.
El acuerdo se cerró después de que el Ayuntamiento votara a favor de anexionar la propiedad. La ciudad cambió entonces la designación de la parcela de zona agrícola a zona industrial para permitir que el proyecto siguiera adelante conforme a la legislación federal.
En septiembre, la ciudad aplazó la ejecución de los proyectos de infraestructuras relacionados con Fufeng debido a las conclusiones de un estudio del Comité de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos (CFIUS).
La intervención del CFIUS se produjo después de que los dos senadores que representan al estado señalaran los problemas de seguridad nacional asociados a la empresa.
A continuación, el 12 de diciembre, el CFIUS determinó que la venta de terrenos para el proyecto chino de molienda de maíz en Dakota del Norte «no era una ‘transacción cubierta'» bajo la jurisdicción del Comité, por lo que se levantaron las retenciones.
«La ciudad de Grand Forks hizo de forma muy transparente y abierta todo lo que pudo, dentro de sus competencias legales, para allanar el camino a esta transacción, tanto a nivel estatal como federal», opinó Kennedy.
«Cuando nos fijamos en el calendario de recalificación, el calendario de compra de los terrenos y el calendario de muchas de estas cosas, había que superar una serie de umbrales desde el punto de vista legal y normativo para llegar hasta aquí», dijo a continuación.
«Así que para estructurar el acuerdo de tal manera que evitara la supervisión del CFIUS y que no fuera en contra del centenario código de Dakota del Norte en cuanto a las normas sobre la propiedad extranjera de la tierra y el estado, ellos enhebraron un camino muy estrecho y deliberado para asegurarse de que esta transacción sucediera de la manera como lo hizo, sin la capacidad del CFIUS para detenerla para su revisión», añadió Kennedy.
En su opinión, la revisión del CFIUS fue inadecuada.
«Ellos sabían de la transacción con meses de antelación. Ellos esperaron hasta después del hecho, hasta que el terreno ya estaba vendido, y entonces dijeron: «Bueno, la venta se produjo, el terreno está dado. Ya ha pasado a mejor vida. Ahora no tenemos jurisdicción. Aquí hubo muchos errores deliberados», dijo el experto.
«Así que creo que algunas de las agencias del CFIUS no han revisado este asunto y luego fueron capaces de alzar las manos y decir ‘bueno, hicimos lo que pudimos’. Ellos no hicieron realmente lo que pudieron», añadió Kennedy.
Contraatacando
Kennedy sugirió además «un enfoque a varios niveles» para hacer frente a esta práctica en el futuro.
«En mi opinión, los estados que albergan bases militares e infraestructuras militares, en particular, tienen la enorme responsabilidad de liderar esta cuestión», afirmó el experto.
«Hacer esto a nivel estatal también nos da la oportunidad de que tanto la infraestructura civil como la militar cooperen estrechamente en tiempo real», añadió a continuación.
Además, destacó el hecho de que Dakota del Sur ya haya tomado medidas después que salieron a la luz los acuerdos.
La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, anunció el 13 de diciembre una nueva propuesta legislativa para restringir la compra de tierras agrícolas por parte de países extranjeros, concretamente China.
«Nosotros podríamos incluir disposiciones en la ley agraria sobre tierras de propiedad extranjera o tierras que hayan estado recibiendo pagos del gobierno de EE. UU. durante los últimos 10 años, para que no puedan ser adquiridas por entidades extranjeras durante al menos 5 años después de recibir los pagos del gobierno», dijo Kennedy.
«Hay que pensar en cosas así y aplicarlas a nivel estatal y federal, para que no tengamos oportunidades de que vengan entidades y se aprovechen».
En su opinión, los ciudadanos estadounidenses también podrían desempeñar un papel.
«Los ciudadanos tienen, dependiendo del estado, mucha capacidad para influir en sus líderes políticos locales —su representante estatal, su senador estatal, incluso su alcalde— para crear una corriente de apoyo a tipos de legislación similares en cada estado», dijo Kennedy.
«A medida que el público vaya conociendo estas cosas, los ciudadanos que tengan la capacidad de hacerlo deben actuar, exigir que se apruebe una legislación similar en sus propios estados y participar en la tarea de garantizar que esa legislación funcione y esté bien orientada», afirmó el analista.
The Epoch Times se ha puesto en contacto con la ciudad de Grand Forks, el CFIUS, Fufeng USA y la empresa china responsable del proyecto del parque eólico de Texas para recibir sus comentarios.
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