WHITE PLAINS, N.Y. — Un agente chino que intentó sobornar y manipular al Servicio de Impuestos Internos (IRS) para promover la represión transnacional de Beijing contra una organización sin fines de lucro estadounidense ha sido condenado a 20 meses de prisión.
John Chen, un ciudadano estadounidense de 72 años, fue uno de los principales implicados en una trama de soborno de 50,000 dólares dirigida por un agente de inteligencia chino, para revocar el estatus de organización sin fines de lucro de Shen Yun Performing Arts, con sede en Nueva York.
Shen Yun ha sido durante mucho tiempo un objetivo del régimen chino. Fundada en 2006, la compañía realiza giras mundiales cada año para mostrar la antigua cultura china que existía antes de la toma del poder por los comunistas, mientras expone las violaciones de derechos humanos bajo el régimen actual. Con frecuencia ha llamado la atención sobre la persecución del grupo de meditación Falun Gong.
Chen se declaró culpable en julio tras llegar a un acuerdo con la fiscalía. Ha permanecido detenido durante los últimos 16 meses desde su arresto en mayo de 2023, y cumplirá otros cuatro meses bajo custodia federal.
También deberá entregar 50,000 dólares y enfrentará tres años de libertad vigilada después de cumplir la sentencia completa.
Durante varios meses de 2023, Chen intentó presentar una denuncia fraudulenta para ayudar al Partido Comunista Chino a «derrocar» a Falun Gong, según documentos judiciales. Los fiscales indicaron que la denuncia era «evidentemente deficiente» y empleaba una retórica propagandística típica de las autoridades chinas.
Durante esas conversaciones, Chen enfatizó que los líderes chinos eran «muy generosos» en el apoyo financiero al plan, según los documentos judiciales. «Después de que esto-esto-esto se complete», citaba el documento judicial a Chen, «la recompensa por el trabajo seguramente se entregará en ese momento».
Chen y su cómplice, Lin Feng, quien cumplió 16 meses de detención, pagaron 5000 dólares en efectivo como soborno a un agente encubierto que se hacía pasar por funcionario del IRS. Prometieron otros 50,000 dólares por abrir una investigación, además del 60 por ciento de cualquier compensación que resultara de la denuncia si esta prosperaba.
Fue «un soborno significativo», señaló el fiscal adjunto Michael Lockard durante la audiencia de sentencia. Destacó que el agente encubierto no especificó ninguna cantidad.
«El acusado eligió la cantidad», afirmó.
Tanto Chen como Lin habían viajado al condado de Orange, al norte de Nueva York, donde se encuentra la sede de Shen Yun, para vigilar a los practicantes de Falun Gong, según un documento judicial.
Damian Williams, fiscal federal del Distrito Sur de Nueva York, declaró que la sentencia era un recordatorio de que «el sistema de justicia estadounidense responsabilizará a quienes intenten realizar una represión transnacional maliciosa en suelo estadounidense».
«John Chen se alineó con el gobierno de la República Popular China y sus objetivos de acosar e intimidar a Falun Gong, un blanco histórico de la represión china. Al hacerlo, intentó descaradamente sobornar a una persona que creía era un agente del IRS para corromper la administración del código tributario estadounidense y pervertir el programa de denunciantes del IRS», dijo en un comunicado el 19 de noviembre. «Esta Oficina no tolerará esfuerzos como este para reprimir la libertad de expresión atacando a los críticos de China en Estados Unidos».
Tanto el hijo de Chen como su abogado se negaron a hacer comentarios al salir de la sala del tribunal.
Aunque el hijo de Chen, sus tres hermanos residentes en China, sus dos exesposas y su prometida escribieron cartas solicitando clemencia y describiéndolo como un hombre que ama a Estados Unidos, los fiscales discrepan.
En un memorando del 5 de noviembre, argumentaron que una sentencia de 30 meses de prisión era apropiada debido a la gravedad del caso y la necesidad de disuadir conductas delictivas, «especialmente en casos de represión por parte de una potencia extranjera contra un grupo desfavorecido dentro de las fronteras de Estados Unidos».
«El acusado no tiene motivos atenuantes ni factores externos que justifiquen su delito», escribieron los fiscales, señalando que Chen «no estaba motivado por la pobreza, no tuvo una crianza problemática» y que no existían pruebas de presiones por parte de funcionarios chinos.
Los fiscales destacaron que Chen se había referido repetidamente a los funcionarios chinos como sus «amigos» y que, durante la trama de soborno, «los llamó ‘hermanos de sangre’ y describió cómo ‘nosotros’ —Chen y sus amigos del Gobierno chino— ‘iniciamos esta lucha’ contra el fundador de Falun Gong ‘hace veinte, treinta años'».
El memorando mostraba fotografías obtenidas de los dispositivos electrónicos y cuentas en Internet de Chen donde aparecía en un importante desfile militar en Beijing celebrando el 70º aniversario del régimen comunista chino en 2019. Otra foto lo mostraba estrechando la mano del líder comunista Xi Jinping.
«Chen estaba extraordinariamente orgulloso de su historia con el Gobierno chino y, en particular, de su encuentro con Xi», afirma el memorando, citando una llamada grabada en la que se jactaba de haber «escalado, escalado y escalado hasta esta posición», y de que el «tío Xi» se había reunido con él «tres veces en 10 años».
Chen también había destacado esas tres reuniones, junto con una fotografía, en un currículum digital de 2020, según el memorando.
Chen se alineó con las autoridades chinas en la represión a Falun Gong y «actuó como un participante pleno y entusiasta en los delitos», dijeron los fiscales.
«Era su lucha», dijo Lockard en la audiencia de sentencia, agregando que Chen, mientras disfrutaba de las libertades de Estados Unidos, había intentado usar estas libertades para socavar al país.
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